Miqueas 7, 8-17

° No te alegres por mi causa, enemiga mía, | pues si caí me levantaré; | si vivo en tinieblas, | el Señor es mi luz. Cargaré con la cólera del Señor, | pues pequé contra él, | hasta que se vea mi causa | y se proclame mi sentencia; | me hará salir a la luz | y veré su justicia. Cuando lo vea mi enemiga | se cubrirá de vergüenza, | esa que me decía: | «¿Dónde está el Señor, tu Dios?». | Mis ojos llegarán a verla | convertida en lugar pisoteado, | como barro de la calle. Llega el día de reconstruir tus muros, | el día de ensanchar las fronteras; día en que lleguen a ti | desde Asiria hasta Egipto, | desde Egipto hasta el Éufrates, | de mar a mar, de montaña a montaña. Todo el país y sus habitantes | se convertirán en una desolación, | por el fruto de sus acciones. Pastorea a tu pueblo con tu cayado, | al rebaño de tu heredad, | que anda solo en la espesura, | en medio del bosque; | que se apaciente como antes | en Basán y Galaad. Como cuando saliste de Egipto, | les haré ver prodigios. Los pueblos lo verán y se avergonzarán, | a pesar de todo su poder; | se quedarán mudos y sordos; morderán el polvo como la serpiente | que se arrastra por la tierra; | saldrán temblando de sus fortalezas | hacia el Señor, nuestro Dios; | se asustarán y te temerán.
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