Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Capitulo 7.
E l capítulo 7 de Mt sigue con una cierta conexión lógica con la segunda parte del c.6, en el que se comenzó a exponer una serie de temas morales, que se continúan y concluyen en éste. Soiron piensa que aquí hay un nuevo giro: poner en guardia sobre posibles conclusiones a sacar
de su reinterpretación de la Ley, sobre todo en el juicio/condena l
.
No se ha de juzgar a los otros, 7:7-5 (Luc_6:37-42).
1
No juzguéis y no seréis juzgados, 2
porque con el juicio con que juzgareis seréis juzgados y con la medida con que midiereis se os medirá. 3
¿Cómo ves la paja en el ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo? 4
¿O cómo osas decir a tu hermano: Deja que te quite la paja del ojo, teniendo tú una viga en el tuyo? 5
Hipócrita, quita primero la viga de tu ojo y entonces verás de quitar la paja del ojo de tu hermano. Este pasaje comienza con una enseñanza inicial temática: No juzguéis para no ser juzgados.
El juicio al que se refiere no es el judicial, necesario a la sociedad y a la Iglesia, y que Cristo reconoce en el Evangelio (
Mat_22:21;
Mat_18:17.18); ni a la corrección fraterna, que supone un juicio, al menos desfavorable, de la conducta externa, y que Cristo manda ejercer (
Mat_18:15-17); ni a reconocer las faltas de nuestras deudas (
Mat_5:12), en las que manda perdonar; ni a las faltas evidentes, que no admiten excusa,
pues Cristo no manda imposibles. Se trata del juicio fácil y pronto con que se
condena al prójimo.
El verbo ÷ñßíù, lo mismo puede significar juzgar que condenar 1. Este es preferentemente aquí su sentido. En esta forma oriental y extremista se formula la prohibición en absoluto. Está redactada en forma sapiencial, lo que admite, justificadamente, excepciones. Este juicio condenatorio está formulado con la amplitud sapiencial a que afecta el tema. Por eso, no se limita a una condenación externa, puede serlo igualmente interna. La valoración moral afecta a ambos. En este contexto del Sermón se valoran en cristiano todas las actitudes de los temas tratados.
Así, v.gr., se condena el pecado interno: deseándola. en su corazón (
Mat_5:28, etc.). En la forma
para que no seáis condenados (ßíá ìç ÷ñéèçôå), el éíá puede tener sentido final o consecutivo. Acaso abarque a ambos.
No se trata de una regla de prudencia social, no juzgar para no ser juzgados, conforme a la sentencia del gran rabino Hillel: Para juzgar a tu prójimo, espera a que estés en su lugar 2; ni porque incluso puede traerle a él benevolencia; Cristo no mira, propiamente, a dar normas para hacer más llevadera la vida social; incluso este juicio humano pudo haber sido interno, en cuyo caso no serían juzgados. Cristo está exponiendo un aspecto
moral: la conducta y superioridad de la Ley cristiana sobre la judía.
El sujeto por el que seréis juzgados es Dios. Todo el contexto del sermón lleva a esto: Dios es el que premia. Dios sujeto es algo claro. Pero también la literatura rabínica arrojó luz sobre este punto. Son citados numerosos casos análogos en los que, dándose en forma impersonal, el sujeto que ha de suplirse, puesto, como en Mt, en tercera persona de plural, es Dios 3.
Dios juzgará/condenará a los seres humanos con la medida
conque éstos se juzguen y condenen entre sí. Esta fórmula, que aplica a los seres humanos la medida de la cual ellos se sirven, aparece también en el Talmud 4. Debía de ser fórmula proverbial. En éste es la ley del talión. Rabí Eleazar decía: En la olla en que vosotros hayáis cocido a los otros, vosotros seréis cocidos, a su vez (por Dios), y con el celemín de que tú te sirvas para medir, se medirá para ti. 5
Si esta formulación suponía la ley del talión, en el caso de Cristo no tiene el mismo valor de adecuación. No es que en Dios no haya justicia estricta, sino que la medida a la que Cristo alude es la medida de la semejanza y de la
proporción. Si no se condena al prójimo, tampoco Dios nos condenará a nosotros. Y si se perdona, el perdón, como se lee en Lc, la medida que se usará con nosotros, será una medida. colmada, rebosante, será derramada en vuestro seno (
Luc_6:38). Es análogo a la petición del
Pater: si los hombres perdonan, Dios también perdona (
Eco_18:20); pero, por parte de Dios, esta medida de perdón es rebosante.
El pensamiento se matiza al progresar. En este tribunal privado, celoso e inapelable que el hombre lleva dentro de sí para los demás, se le exige, para practicar rectamente su justicia, que se cite antes a sí mismo al tribunal para juzgarse. y condenarse en él. Que, antes de ver la paja en el ojo ajeno, vea que en el suyo hay una viga.
La imagen está tomada del medio ambiente. Sobre 279 (d.C.) contaba rabí Yohanam: Se decía a uno: 'Quita la astilla de tu ojo'. Y él respondía: ¾ tú quita la viga del tuyo. 6
El pensamiento de Cristo está matizado de ironía; no sólo es
ver la paja en el ojo ajeno, sin ver la viga en el suyo, sino que es
ofrecerse a quitársela al otro, quedándose tranquilo con la suya.
Estos contrastes acusan en el que así obra, no sólo falta de decoro moral, sino falta de celo por obrar el bien. Pues éste exige comenzar por uno propio.
Cristo llama hipócrita al que así obra. En general, podía tener un valor moral en el evangelio etizado de Mt. Pero se encuadra en un contexto general. En Mt es un término casi técnico para denominar a los fariseos (
Mat_6:2.5.16). Y era un tema demasiado candente en aquel medio en el que los fariseos despreciaban a los demás, teniéndose ellos por los solos hombres justos (
Mat_5:28).
Y Cristo expone, ante este cuadro, cuál ha de ser la doctrina de la perfección cristiana. Es un pasaje
adelantado por Mt, pues aún no había comenzado el contacto y denunciación de Cristo contra los fariseos, y ahora aparece
aplicado y etizado a su grupo.
No profanar las cosas santas,Mat_7:6.
6
No deis lo que es santo a los perros ni arrojéis vuestras perlas a los puercos, no sea que las pisoteen con sus pies y, revolviéndose, os destrocen.
Logion propio de Mt, y sin una relación directa con lo inmediatamente expuesto. A lo más tiene una yuxtaposición por el aspecto
negativo de ambos.
En el Talmud se encuentra la recomendación de no entregar a un
goy (no judío) las palabras de la Ley; y también la de no poner las cosas santas en los lugares impuros. 7
La primera parte de esta sentencia evangélica: no deis lo santo a los perros, toma su imagen de las cosas que se relacionan con el templo y el sacrificio (
Lev_22:14;
Exo_22:30); la segunda, en paralelismo sinónimo, dice no echar las perlas a los puercos. La perla era considerada como el principio y culmen de todas las cosas de precio. 8 Lo que pasa por lo más precioso y refinado no se puede echar extremismo oriental a lo más inmundo. Pues se añade: no sea que las pisoteen con sus pies y, revolviéndose, os destrocen. El puerco tiene por ansia el hartarse. Por instinto se tira a cuanto le echen; si son perlas, al ver que aquello no se come, enfurecido, puede revolverse y abalanzarse sobre los que le echaron esto y destrozarlos. La estampa es realista, pero ¿cuál es su interpretación? Todo depende de saber si es una alegoría (Metáfora) o una simple comparación (parábola).
En la antigüedad se lo interpretó alegóricamente. Los perros eran los malos cristianos provenientes de la infidelidad, que volvían al vómito (
Pro_26:11;
2Pe_2:21.22); los otros eran los paganos, que estaban en la inmundicia de su alejamiento de la fe.
También lo interpretaba alegóricamente San Crisóstomo 9. Otras veces
lo santo se interpretó de la Eucaristía 10. Pero a la hora del sermón de la Montaña no se iba a expresar, metafóricamente, ni la Eucaristía ni, concretamente,
los demás misterios de la fe cristiana. No hay base científica para una interpretación alegórica concreta. La solución ha de venir valorando el género literario a que pertenece este versículo, ya que falta su contexto histórico preciso.
Es una sentencia sapiencial, por lo que enuncia un principio general sin concreciones inmediatas. Por eso su interpretación supondrá una comparación metafórica que, por enunciar un principio general, rebasa, en su intento directo, las concreciones específicas. Debe de ser una recomendación propia a los apóstoles y discípulos. Lo santo que no debe ser arrojado a los animales, debe de ser, en este contexto del sermón,
la doctrina del reino. Por un cierto paralelismo con el no juzgar ligeramente, esta sentencia debe de referirse a la prudencia que se ha de tener
para no entregar ni confiar la gran doctrina del Reino o en los grados que no convenga a quienes en lugar de recibirla no harían sino profanarla: los verdaderamente indignos y cínicos.
Cuando la
Didaje utiliza estas palabras para que sólo se acerquen a la comunión eucarística los fieles
11 ;o cuando en la primitiva Iglesia se observaba la ley del arcano con los catecúmenos y profanos; o cuando los cristianos, en la persecución de Diocleciano, prefirieron el martirio a entregar a los paganos las Santas Escrituras, estaban respondiendo al espíritu de esta sentencia, ya que, aun sapiencialmente, debió de tener un objetivo histórico amplio, directo, sin que aún esté plenamente precisado.
No se quiere decir con esto que la doctrina del reino no haya de ser enseñada por el apóstol, pues Cristo mandó predicarlo a todas las gentes (
Mat_28:19), lo mismo que vaticinó persecuciones por causa suya, incluso con el martirio (
Mat_10:17-22.33;
Mat_24:9). En estos pasajes se anuncia
la universalidad del reino; en esta otra sentencia,
la prudencia en la enseñanza y entrega del mismo.
Fue esta oposición la que hizo pensar a algunos críticos que este pasaje no fuese original de Cristo, sino insertado en Mt, y de origen de un sector exclusivista de judeocristianos. Pero no tiene la cerrazón esenia.
Eficacia de la oración,Mat_7:7-77 (Luc_11:9-13).
7
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8
Porque quien pide recibe, quien busca halla y a quien llama se le abre. 9
Pues ¿quién de vosotros es el que, si su hijo le pide pan, le da una piedra, 10
o, si le pide un pez, le da una serpiente? 1
' Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre, que está en los cielos, dará cosas buenas a quien se las pide! Este pasaje no tiene vinculación inmediata con lo anterior. Lc lo trae en otro contexto (
Luc_11:9-13) muy lógico. El tema que se propone es la necesidad de orar para obtener favores del cielo, y a esta oración se garantiza su eficacia. La formulación literaria del mismo es por paralelismo sinónimo triple en la primera (v.8.9) y binario en la segunda (v.9-10) para sacar la conclusión en el v.11.
Golpear (êñïýåôå) y hacer abrir aparecen en el Talmud, y se dicen a propósito de la sabiduría y también
de la oración 12. Sin embargo, no se encuentran las otras expresiones en los escritos talmúdicos. ¿Son dichos populares? ¿Son propios de Cristo?
Se ha querido alegorizar estas expresiones, v.gr., la parusía. No es éste el intento de Cristo en el contexto; sus comparaciones humanas, elementos parabólicos, son expresados, además, en forma sapiencial, por lo que su sentencia es genérica, sin concretarse alegóricamente. Menos aún el intento de Mt.
La enseñanza primera es la
necesidad de orar para obtener dones del cielo. La comparación humana es la necesidad,
normalmente, de pedir para obtener dones. De ahí, analógicamente, en el orden sobrenatural, y esto a fortiori, porque la indigencia es mucho mayor y más impotente para adquirir; ha de ser
normal, pues, la oración para obtener favores de Dios. El aspecto de lo que El graciosamente quiera conceder sin pedirlo, no se considera.
Los elementos parabólicos siguen. Pan y pez, lo mismo que piedra y serpiente, se toman en sentido directo comparativo. Lc, en lugar de poner la última comparación, trae otra: Si le pide un
huevo, ¿le dará un escorpión? (
Luc_11:12). Por ello se ve que no hay relación alguna entre la petición y lo que no se le dará: son simples hipérboles orientales de contraste. Algunos autores han propuesto, a este propósito, verdaderas sutilezas 13.
La conclusión de base es que ningún padre dará a sus hijos, cuando le piden cosas buenas y necesarias, cosas malas. En el orden espiritual se concluye igualmente que Dios no dará sino cosas buenas al que se las pida.
Dios es Padre, y, como tal, es sumamente bondadoso con sus hijos. No es un Dios enigmático ni caprichoso, como otros dioses. Por eso, si los hombres, siendo malos, se portan así con sus hijos,
¡cuánto más vuestro Padre, que está en los cielos, dará cosas buenas a quien se las pida!
Es una enseñanza a fortiori ¡cuánto más! utilizada usualmente por los rabinos, tomando por cuadro fundamental una parábola 14.
Al decir Cristo que aun vosotros sean los hombres o la Iglesia materna , siendo malos hacen cosas buenas, no alude al < pecado original (Bengel), ni que la naturaleza humana sea por sí misma mala, lo que sería maniqueísmo; ambas hipótesis están fuera del intento comparativo de Cristo. Se habla sólo de la naturaleza humana inclinada al mal, y, mejor aún, por la comparación que se establece entre Dios sólo Dios es bueno (
Mat_19:17;
Mar_10:18;
Luc_18:19) y el hombre 15. Por eso, este malo que obra bien encuentra su garantía en la oración ante Dios, el solo bueno.
Lc modifica la frase: ¡Cuánto más Dios dará el
Espíritu Santo a los que se lo pidan! La frase de Mt es primitiva, como se ve por su estructura. Esta interpretación de Lc se debe probablemente a que, citándose una perspectiva religiosa de peticiones, Lc lo sintetiza en el Espíritu Santo (que) es el don mesiánico en el cual se resumen todas las gracias divinas. 16 Aparte que el Espíritu Santo es uno de los temas del evangelio de Le.
Mt-Lc sólo tratan de exponer
la necesidad y la eficacia de la oración. Expuesto en forma sapiencial, no se trata de por qué en ocasiones no se recibe lo que se pide.
Lc (
Luc_18:1-8) expone la necesidad de
la insistencia para su eficacia. Se supone, además, en esta perspectiva religiosa, que no se pedirán cosas que impidan la incorporación al Reino, objeto de la gracia y del mensaje de Cristo. Santiago escribe: No tenéis porque no pedís, y si pedís, no recibís
porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones (
Stg_4:3).
La regla de oro de la caridad,Stg_7:12 (Luc_6:31).
12
Por eso, cuanto quisieres que os hagan a vosotros los hombres, hacédselo vosotros a ellos, porque ésta es la Ley y los Profetas. El tema de este pasaje es llamado regla de oro de la caridad desde el siglo XVII. En Mt no tiene relación directa ni con lo anterior ni con lo que sigue. Tendría un puesto lógico en este mismo capítulo después del v.5. No obstante, se propone que, si se refiere sólo a lo anterior, sería esto una referencia de censura contra las facilidades de la casuística rabínica (
Mat_5:20); si a lo que sigue, sería contra la creencia de algunos cristianos que se creían seguros por ser tales (
Mat_7:15-27) 17, creencia cargada de substracto judío (
Mat_3:8). En Lc tiene un puesto sumamente lógico y situado también en el sermón de la Montaña (
Luc_6:27.30.31.32.38). En Mt procede probablemente de otra fuente, máxime con la inserción (v.12b), que falta en Lc en la forma que está en Mt.
La sentencia que prácticamente hará ver a los hombres cómo deben amarlos, es hacer a los demás lo que quisiéramos que los otros nos hicieran a nosotros. No consiste solamente en
no hacer mal al prójimo, sino en
amar al prójimo como a ti mismo (
Mar_12:31); y como norma práctica está esta sentencia. Es un toque en lo vivo de la psicología humana. Con esta norma, ¡qué autenticidad en el amor, qué de recursos para ejercitarla y qué perspectiva de extensión se abre a la caridad cristiana! La frase debía de ser proverbial (
Tob_4:15), aunque reducida al prójimo judío 18.
La
Doctrina de los Doce Apóstoles (
Tob_1:2) y los
Hechos (apócrifos)
de Tomás [83] citan como palabra del Señor esta regla sólo en forma
negativa. La tradición rabínica conocía esta regla en forma igualmente
negativa 18. En la formulación mateana de ausencia de retribución ve algún autor toda la revolución del amor evangélico (A. Schlatter). En cambio, es muy pobre el pensar que es una fórmula popular bastante egoísta, y que probablemente no se remonta a Jesús (Bultmann).
Pero este amor no es filantropía ni sentimentalismo, puesto que está encuadrado en el sermón de la Montaña, y en él Cristo está exponiendo el aspecto
cristiano del mismo. El motivo es el amar a Dios: Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto (
Mat_5:48).
Este
logion tiene una segunda parte complementaria, que falta en Lc (
Mat_7:31). Esta es la Ley y los Profetas. La unión de esta sentencia no es primitiva, como se ve por su ausencia en Lc. Su misma vinculación por el primer hemistiquio no es necesaria; puede ser una reflexión sobre el mismo.
La Ley y los Profetas el A.T. legislaron y defendieron la práctica de la justicia y de la misericordia con el prójimo, aunque para la Ley era el judío. Lo que allí se decía quedó aquí superado por el perfeccionamiento de la Ley a través de la interpretación cristiana de Cristo. Por eso, esta norma práctica, con motivo cristiano, resume todo el espíritu que informaba a éstos.
La literatura rabínica presenta sólo el aspecto
negativo y acaso
exclusivo de esta actitud. Hillel decía: Lo que te sea odioso no lo hagas a tu prójimo, aquí está la ley entera, todo lo demás no es sino comentario. 19
Los dos caminos y las dos puertas,Mat_7:13-14 (Luc_13:23-24).
13
Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espaciosa la senda que lleva a la perdición, y son muchos los que por ella entran. 14
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosta la senda que lleva a la vida, y cuan pocos los que dan con ella! Siguiendo la misma línea de yuxtaposición de enseñanzas, sin una conexión inmediata con lo que acaba de exponer, trata ahora Mt el tema de los dos caminos. Es tema muy frecuente en los libros sapienciales; también aparece en Qumrán. Su situación literaria es autónoma, inconexa. El pasaje semejante de Lc (
Luc_13:23-24) está en un contexto completamente distinto, pero lógico. Es la respuesta a un tema que preocupaba grandemente en Israel (cf. 4
Esd_7:7): si son pocos los que se salvan (Lc). Al colocarlo Mt en esta situación autónoma, pero ya al final del sermón de la Montaña, podría ser debido al intento de lograr con ello una de esas advertencias generales que afectan a todo lo anteriormente expuesto, ya que afecta a la moral cristiana, y en concreto a los temas expuestos.
Los términos puerta 20 y camino,
para anunciar valores morales, eran ya expresiones bíblicas y rabínicas. En el A.T. se citan las
puertas de la muerte (
Sal_9:13), las
puertas de la justicia (
Sal_118:19), lo mismo que el
camino de los pecadores (
Eco_21:11) y el
camino de los justos (
Sal_1:6), y que hay caminos morales que nos parecen derechos, pero que acaban, al fin, en la muerte (
Pro_14:12). Son dos sentencias paralelas. No es que el camino conduzca a la puerta. Lc sólo habla de puerta (13.24).
Como ejemplo del uso rabínico está lo que decía rabí Yohanan bar Zakkai, sobre el 80 (a.C.), al morir: Hay dos
caminos ante mí: uno que conduce al perdón del Edén (Paraíso), el otro a la gehenna (infierno), y no sé cual se me va a hacer tomar. También en un
midrash sobre el
Sal_16:11, se comenta: David habló así a Dios: Maestro del mundo, hazme conocer qué
puerta abre el camino del mundo a venir. 21
Pero la forma con que aparecen en Mt, reflejando estos elementos culturales del medio ambiente, tiene una estructuración nueva, aparte de ir cargadas de nuevo sentido.
La perdición o vida a que llevan estos camino y puerta, ¿se refiere a los deberes morales, o al ingreso en el reino?
Originariamente, el pensamiento de Cristo seguramente se refiere a los obstáculos y dificultades que se presentan en el mundo contemporáneo
para su ingreso en el reino. Es el pensamiento que Lc da en el pasaje citado, aunque con una perspectiva de escatología final.
Pero Mt da una interpretación etizante a la hora de su evangelio para los cristianos ya ingresados en el reino, aunque con una perspectiva
de escatología final, como Lc. Acaso complementaria o implícitamente se le une una interpretación cristológica (Bonnard),
para seguir a Cristo, sobre todo doliente. Esta interpretación se autoriza con el conjunto del Evangelio en lo que tiene de más esencial:
las llamadas al arrepentimiento, a la fe, a seguir a Cristo 22.
Estos muchos o pocos que así caminan no se refiere al número de los que se salvan. En el sentido original de estas palabras de Cristo, se referían al pequeño número de
judíos que
entonces no ingresaban en el reino. Y aun en la misma sentencia, escatologizada en Lc, se refiere tan sólo, por el contexto, a los
judíos de
entonces, contraponiéndolos a los gentiles que ingresarán en él. Y en la
interpretación erizada de Mt, con una proyección más universal, no es una enseñanza teológica terminante, sino una indefinida afirmación sapiencial calcada analógicamente sobre los términos en su sentido histórico 22, y con la visión, triste, del pequeño progreso y persecuciones de la Iglesia naciente.
Los falsos profetas, 7:15-20 (Mat_3:10; Mat_12:33-35; . Luc_6:43-45).
15
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestiduras de ovejas, mas por dentro son lobos rapaces. 16
Por sus frutos los conoceréis. ¿Por ventura se cogen racimos de los espinos o higos de los abrojos? 17
Todo árbol bueno da buenos frutos, y todo árbol malo da frutos malos. 18 No puede árbol bueno dar malos frutos, ni árbol malo frutos buenos. 19
El árbol Que no da buenos frutos es cortado y arrojado al fuego. 20
Por los frutos, pues, los conoceréis. Otra exhortación de Cristo sin una unión perceptible con lo anterior, aunque posiblemente de fondo a partir de los v.13-14. Al peligro del camino ancho con senda a la perdición, puede unírsele aquí el peligro que para lo mismo aportan los falsos profetas. Este pasaje está desplazado de su contexto cronológico, pues supone ya conocida la doctrina del Cristo y surgidos ataques a la misma. Literariamente es una inclusión semita (v. 16 y 20).
El falso profeta o profeta de mentira era conocido en la vieja historia de Israel. El profeta Seducías, y con él todos los profetas (falsos), profetizan. (
2Re_22:11;
2Cr_18:22). Jeremías habla de otro falso profeta que engañaba al pueblo (
Jer_28:1;
Jer_5:1;
Jer_28:1V;
Zac_13:2).
Siempre la ambición, el falso celo o la enfermedad hizo surgir este tipo de personas. Cristo hablará y profetizará varias veces su presencia con la tarea de seducir al pueblo (Mt 24:
Mat_11:24 par.). En el í. Ô. se ve o anuncia la presencia de ellos (
Hec_13:6;
2Pe_2:1;
1Jn_4:2; A-p 16:13; 19:20; 20:10;
2Te_2:2.3.8-12). La tradición rabínica habla numerosas veces de los mismos 23.
Si la doctrina se presenta aquí bajo un principio sapiencial, toca directamente a los fariseos en su momento histórico. Aunque no eran profetas, Mt usa a veces esta expresión en sentido metafórico hablando de los apóstoles (
Mat_23:34) y, por tanto, con un sentido amplio. La aparente austeridad externa de su vida, aunque fuesen sepulcros blanqueados, había hecho de ellos los rectores espirituales del pueblo. Pero eran los grandes enemigos de Cristo y su doctrina, hasta el punto de anular con sus tradiciones el precepto de Dios (
Mar_7:9)
en su lucha antimesiánica contra el reino de Cristo. Ni entraban (ellos) ni permitían entrar a los que querían entrar (
Mat_23:23). Eran guías ciegos que llevaban al pueblo al abismo (
Mat_15:14). En la
Mishna se lee: Las decisiones de los escribas (lo que vale para gran parte de los fariseos) son más obligatorias que la Thora (Ley). 24
Mas para su valoración da un control de exactitud: los frutos. De los fariseos dice Cristo: No los imitéis en las obras, porque ellos dicen y no hacen (
Mat_23:3).
Mt inserta luego una sentencia (v.19) que fue utilizada por él en la predicación del Bautista: El árbol que no da buenos frutos
es cortado y arrojado al fuego. Estas formas pasivas es
cortado y es arrojado tienen por sujeto de actuación a Dios, según el uso frecuente de las mismas en la literatura rabínica 25.
El sentido histórico de este pasaje son los fariseos. Pero posiblemente incorpora estas sentencias con un sentido histórico también a causa de un fenómeno religioso contemporáneo de la composición de los evangelios: los judaizantes y la infiltración y desconcierto que producían en la Iglesia primitiva los herejes (
Jua_10:12;
Hec_20:29; etc.).
El verbo ðñïóÝ÷åé í (í. 15) es típico de la literatura del evangelio de Mt y expresa siempre un aviso para ponerse en guardia contra las desviaciones religiosas, y característico también en Mt para expresar sus preocupaciones eclesiales, incluso por su terminología comparada, por gentes surgidas de la comunidad. (
Mat_6:1;
Mat_10:17;
Mat_16:6v, etc.). Es el mismo verbo que se usa en el í. Ô. en las polémicas y aviso contra las herejías (
1Ti_1:4;
1Ti_4:1;
Tit_1:14). El discernimiento del verdadero y falso profeta, en sus días, es una de las preocupaciones dominantes de la
Didajé 26. Cullmann quiere ver en estos falsos profetas una alusión a los
zelotes el contexto no lleva a esto; su misma violencia no los hace imagen de venir con vestiduras de oveja (v.15) 26.
La sabiduría del verdadero discípulo,Tit_7:21-27 (Luc_6:47-49; Luc_13:25-27).
21
No todo el que dice: ¡Señor, Señor! entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. 22
Muchos me dirán en aquel día: ¡Señor, Señor! ¿no profetizamos en tu nombre, y en nombre tuyo arrojamos los demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23
Yo entonces les diré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de iniquidad. 24
Aquel, pues, que escucha mis palabras y las pone por obra, será como el varón prudente, que edifica su casa sobre roca. 2
S Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y dieron sobre la casa, pero no cayó. 26
Pero el que me oye estas palabras y no las pone por obra, será semejante al necio, que edificó su casa sobre arena. 27
Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y dieron sobre la casa, y cayó con gran ruina. Este pasaje tiene una cierta unión lógica con el anterior. Si se disciernen los profetas verdaderos y falsos, también se pueden discernir los cristianos falsos y verdaderos. No basta creer lo que Cristo enseña, hay que ponerlo por obra.
Cronológicamente, este pasaje corresponde a una época avanzada de la vida de Cristo. Parece suponer la misión de los apóstoles y discípulos con la potestad que se les había conferido de hacer milagros (
Mat_10:1.8;
Luc_9:1.2.6;
Luc_10:1.9.17-20).
Mt adelantó la escena y la sitúa al final del sermón, como un resumen final que iluminaba con su enseñanza toda la doctrina de Cristo. Tiene dos aspectos:
a) doctrina sobre la necesidad de poner por obra las enseñanzas de Cristo (v.21-23);
b) ilustración y confirmación de esta enseñanza con una parábola (v.24-27).
La Doctrina Sobre la Verdadera Sabiduría (v.21-23).
La doctrina que aquí se enseña no sólo afecta a la práctica de los pasajes del sermón de la Montaña, sino a toda la obra del Reino. ¿Quién entrará en el Reino de los cielos en su fase final, pues el texto supone ya cristianos? El que hace la voluntad de mi Padre (v.21). El plan que trazó el Padre sobre el Reino tiene creencias y exige obras. No basta un ingreso idealista y soñador. No basta decir: ¡Señor, Señor! Esta actitud había sido ordinaria en Israel. Jeremías había censurado fuertemente al pueblo, que decía: ¡Oh el templo de Yahvé! ¡Oh el templo de Yahvé! queriendo confiar mágicamente en él, pero sin poner la conversión de su vida en la práctica de los mandatos de Yahvé (
Jer_7:4; cf. 7:lss). En su momento histórico estas palabras de Cristo deben referirse a algún tipo de cristianos que ya había ingresado en el Reino,
pero cuyas obras no respondían a su fe, o si no es un aviso programático para los que fuesen a ingresar, para que supiesen que su justicia tenía que superar a la de los escribas y fariseos (
Mat_5:20), porque de ellos dice: Haced y guardad lo que os digan. Pero no los imitéis en las obras, porque ellos dicen y
no hacen (
Mat_23:3). Qué fuese mejor el
estudio de la Ley o su
práctica, era un tema candente en los medios rabínicos. El control de autenticidad cristiana en el Reino está en las obras. Aquel, pues, que escucha mis palabras y las pone por obra (v.24) es el cristiano auténtico. Ni vale como excusa el haber profetizado en tu nombre o el haber exorcizado demonios o el haber hecho milagros (v.22). No sólo los apóstoles, sino también otros discípulos habían recibido estos poderes carismáticos (
Luc_10:1-9.17-20). Debe de tratarse de algunos discípulos que estuvieron unidos a El, pero que no tuvieron una entrega plena al mismo (
Jua_6:60-64). Aunque el pasaje puede estar redactado con pequeños matices de adaptación en función de otra finalidad que a continuación se dice.
A la hora de la composición del evangelio, la sentencia debe de estar recogida para censurar además, concretamente, a grupos cristianos que,
dotados de carismas profecías, exorcismos, milagros (v.22) , confiaban en ellos como garantía de su auténtico cristianismo. Podían ser grupos o personas al estilo de los carismáticos de Corinto (1 Cor c.12-14). San Pablo dirá que si uno tuviese profecías, o glosolalia, o actos heroicos, milagros, y no tuviese caridad, nada soy (
1Co_13:1-3). Ante la perspectiva de estos cristianos idealistas de la Iglesia primitiva, Mt trae esta sentencia del Señor con una oportunidad excelente. Como dirá la epístola de Santiago:
La fe sin obras es fe muerta (
Stg_2:17;
Stg_2:14-26) 27.
Cristo llamó a su Padre mi Padre (v.21) en sentido excepcional. Cuando habla para otros dice vuestro Padre, o tu Padre, pero, al contraponerle con El, es mi Padre. Mt, que confiesa en su evangelio la divinidad de Cristo (
Mat_12:6.8; 11, etcétera), con esta expresión habla de su filiación divina, máxime a la hora de la composición del evangelio.
Le dirán en aquel día (v.22). La expresión literaria procede del A.T. y tiene diverso valor escatológico (Is l0ss). En el Talmud significa el mundo a venir. En este contexto significa el juicio final, pues Cristo aparece como Juez de destinos eternos; es la escatología final (v.21). Es un pasaje de gran portada dogmática, aunque no es el único pasaje en que lo enseña el evangelio (
Mat_25:31-64;
Jua_5:22.27). En el mesianismo judío, el Mesías no tenía el atributo de ser Juez universal; sólo aparece en el libro apócrifo de
Henoc, pero con funciones restringidas 27. Cristo se proclama con uno de los atributos de la divinidad.
También alegarán muchos de sus discípulos la enseñanza tiene también una portada doctrinal por el enfoque ético de Mt que realizaron obras carismáticas para ingresar en el reino; y, además, que lo hicieron en tu nombre. Esta expresión lo mismo podía tener un valor instrumental (dativo instrumental), como si se operasen estos carismas por la invocación de su nombre (
Hec_19:13; cf. 3:6;
Mar_9:38), que tener el valor de representación o por delegación suya (
Mat_10:1). Pero esas obras
carismáticas invocadas y aun hechas en nombre de Cristo no significan ni prueban ese amor que el Padre exige 28. Judas mismo, con sus proyectos de traición, ha hecho milagros en compañía de otros apóstoles. 29. Por eso Cristo les dirá: Nunca os conocí, en el sentido semita y elíptico, como discípulos míos.
No todo el que dice
Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos(v.21).
La comunidad cristiana primitiva invocaba a Cristo con este nombre para confesar su divinidad. Se pensó si sería un eco de la invocación litúrgica de los étnico-cristianos en su invocación al Cristo celeste (Bousset). ¡Sería polemizar contra un verbalismo comunitario litúrgico! Otros piensan en discípulos que, para atraer la atención sobre ellos, tienen constantemente el
Nombre en la boca (Bonnard). Los discípulos aparecen, en ocasiones, invocando a Cristo con este nombre (
Mat_8:2.6.25;
Mat_15:22;
Mat_17:4, etc.;
Luc_6:46). Cabe discutir si es la primitiva expresión o es la
sustitución, v.gr., de
rabí por los evangelistas
Iglesia primitiva para confesar la divinidad de Cristo. De no ser esto, sería una expresión de gran respeto (
Luc_6:46) 30. El término iniquidad (Üíïìéáí) en la terminología de Mt es la desobediencia a la ley cristiana (
Mat_13:41;
Mat_23:28;
Mat_24:12).
Confirmación e ilustración parabólica de esta enseñanza (v.24-27).
Con una parábola en dos imágenes antitéticas, Cristo ilustra y confirma la enseñanza propuesta. La imagen es una
parábola, pues sus elementos no tienen un sentido preciso, alegórico. La descripción de Mt no sólo es literariamente bella, sino que refleja exactamente el medio ambiente palestino 31. Su "descriptio typi" sólo tiende a ilustrar genéricamente la idea central de los que, oyendo la palabra de Cristo, luego no
la practican o
no la ponen por obra. Pero sin matizarse ni sugerirse ni ser fácilmente alegorizables los diversos elementos que la integran. Aparte que Cristo dice: El que escucha mis palabras y las pone por obra, será
semejante. (v.24.26). Por eso toda precisión o matiz en este sentido no pasa de ser una alegorización subjetiva por acomodación, como los que veían en la lluvia las tentaciones carnales, en los ríos la avaricia, en los vientos la vanagloria y soberbia, etc. 32 ¿Acaso se apunta a épocas de persecución religiosa?
En la literatura rabínica se encuentran imágenes más o menos semejantes para tratar la siguiente cuestión: ¿Qué es más grande, el
estudio (de la Ley) o
la práctica (de la misma)? Rabí Tarfín: la práctica es más grande. Rabí Aqiba: el estudio es más grande 33. Y sobre 120, Elíseo bar Abuya decía que el que hace muchas obras y estudia mucho la Ley se podría comparar a un hombre que da a su obra un
cimiento de piedras y encima construye con ladrillos; por eso cuando sobreviene una gran inundación no le conmueven las piedras. Pero el que estudia mucho la Ley es como el que pone por cimientos ladrillos y construye encima con piedras; a esto basta una pequeña inundación para que todo se derrumbe 34.
El que oye y practica las enseñanzas de Cristo es semejante a un varón prudente (öñüíéìïò). No se trata en este contexto bíblico del hombre inteligente o intuitivo, con un gran sentido práctico, sino del que cree y obedece estas enseñanzas anteriores y, en general, el que hace esto con el Evangelio. Este término se contrapone al necio (ìùñüò), y significa aquí ligero, en la práctica de su vida religiosa.
La conclusión es clara: la vida cristiana está sólidamente construida, como el edificio bien cimentado,
si la fe se traduce en hechos, no en expresiones de deseos. En ello va la condena de un cierto quietismo religioso; acaso bastante acentuado en ciertas comunidades cristianas (
Stg_2:14-26;
Gal_5:6.13-15;
Gal_6:10;
2Te_3:10-13), lo que presta más actualidad a la reproducción de este texto.
Lc trae una sentencia de este pasaje en otro contexto (
Luc_13:26). El resto es semejante a Mt, aunque menos colorista y más sintético. Podrían ser versiones de una misma fuente, más que escrita, oral. Pero la perspectiva (
Mat_7:22;
Luc_13:26) de esta semejanza
es definitivamente escatológica.
Reacción de las turbas ante estos discursos,Luc_7:28-29.
28
Cuando acabó Jesús estas instrucciones, se maravillaban las muchedumbres de su doctrina, 29
porque les enseñaba como quien tiene poder, y no como sus escribas. Mt cierra éste, uno de los cinco grandes discursos de Cristo, con una frase que ya utilizará también en los otros cuatro grandes discursos (
Mat_11:1;
Mat_13:53;
Mat_19:1;
Mat_26:1). En varias ocasiones los evangelios recogen la admiración de las gentes ante las obras o dichos de Cristo: su palabra, que acusa la autoridad que tenía para expulsar demonios (
Luc_4:36); pero aquí el motivo es por su doctrina y por el modo como la enseñaba: como (ùò) quien tiene autoridad (åîïõóßá) y no como sus escribas; algunos códices añaden también a los fariseos 35. El sentido aquí del
como quien tiene autoridad, tiene el sentido enfático afirmativo, no proporcional, como lo pide el contexto.
El procedimiento didáctico de los escribas y doctores era todo lo opuesto a la enseñanza de Cristo. Para enseñar oficialmente hacía falta haber sido discípulo de algún rabino y haber sido autorizado oficialmente, mediante la imposición de manos, para enseñar en Israel. Y había que enseñar con el argumento
de autoridad de la tradición, a la que se daba más autoridad que al mismo texto sagrado 36. La interpretación de la Ley se hacía insertando, insípida y prolijamente, en sus enseñanzas, los dichos de otros rabinos célebres, y que se consideraban como prueba 37. La Mishna y el Talmud son un enorme almacén de ellos.
Cristo, que no había sido discípulo de ningún rabí, ni había recibido esta investidura oficial de la Sinagoga (
Jua_7:15), se presenta como
verdadero Maestro y con
autoridad propia. Por eso no utiliza los dichos de los rabinos, para didácticamente encuadrarse en la legalidad de
aquella tradición casuística y problemática , sino que
decide por sí. La expresión recogida por el evangelista que enseña
como el que tiene autoridad y no como sus escribas hace ver la fuerte contraposición que se establece, y que impresionaba a las turbas, sobre esto: El tenía autoridad, los escribas no tenían autoridad. Por eso, teniendo en cuenta los datos sacados de la Mishna y el Talmud, se ha escrito a este propósito: Aquel que da el poder es Dios. Las palabras 'como teniendo poder' han de completarse así: Y
que lo tiene de Dios 38 (cf.
Mar_1:22;
Luc_7:45). En este discurso artificial, Mt sintetiza el poder y grandeza magisterial de Cristo en su vida docente.
Además, en aquel ambiente en que se movía, esta actitud magisterial evoca que El es el Mesías. En la conversación de Cristo con la Samaritana, le dirá a El: Yo sé que el Mesías está para venir y que, cuando El venga, nos hará saber todas las cosas (
Jua_4:25) que se disputaban entre samaritanos y judíos, lo mismo que los puntos oscuros de la Ley. Con su conducta,
Cristo se está proclamando Mesías.
1 P. Soiron,
Die Bergpredigt Jesu (1941) p.397-403. 1 Zorell,
Lexicón col.738-740. 2
Pirqé Aboth II 5; cf. Bonsirven,
Textes n.14. 3 Strack-B., II 221; cf.
Lev_6:38;
Lev_6:16.9;
Mat_7:1.2.7.19;
Mat_12:17. 4
Sota I 7; cf. Bonsirven,
Textes n.1443. 5
Sanhedrin 100a; Strack-B.,
Kommentar. I p.444-445. 6 Strack-B., o.c. I p.446. 7 strack-b., i p.447-450. 8 Principium culmenque omnium rerum pretil margaritae tenent (PLINIO,
Nat. Hist. IX 34:106). 9 MG 57:311. 10
Didajé IX 5; Tertuliano,
De praescript. 41:2. 11
Didaje IX 5.12 12
Megüloh 12b. 13
Eommven,LeJudaisme. (1934) I p.296; Borgé Hjerl Hansen,
Rappro-chement poisson-serpent: RB (1948) 195-198. 14 Bonsirven,
Textes n.261-262. 15 San Crisóstomo,
In Matth. hom. 24. 16 Nácar-Colunga,
Sagrada Biblia (1949) p.1363 nt.13. 17 Bonnard,
L'évang. s. St. Matthieu (1963) p.102-103. 18 Boxsirven,
Textes n.633; Strack-B., o.c., I p.460. 18
Shabbat 31a. 19 Bonsirven, o.c., n.633; Strack-B., o.c., I p.460;
Talmud bab. Shabb. 31a. 20 La puerta después de ancha es omitida por algunos códices. Nestlé, ??? .
graece et latine (1928) ap. crit. a
Mat_7:13; Lagrange,
évang. s. St. Matih. (1927) p.150. 21 Strack-B., o.c., I p.461-463; Bonsirven,
Textes n.424. 22 Bonnard, o.c., p.102. 23
Deu_30:19; Lagrange,
évang. s. St. Matth. (1927) p.151. 24
Sanhedñn M. 10:4; Bonsirven,
Textes n.1899. 25 Strack-B., I p.443; II p.221. 26
Didajé 11:7-12; 13:1.4. 26 O. Cullmann,
Dieu et César (1956) p.25. 27 G. Bornkamm,
Jesús von Nazareth (1956) p.81. 27 Volz,
Jüdische Eschatologie p.259ss; Strack-B., o.c., I p.978; II p.465; IV p.878.1095. 28 S. TH.,
Sum. Theol. 2-2 q.172. 29 San Jerónimo:
Mal_26:58; cf.
Mat_10:1. 30 Bonnard,
L'évang, s. Sí. Matth. (1963) p.106; J. Dupont,
Gnosis (1949) p.74. 31 A. Van Den Born, art. casa,
Dict encycl. de la Bibl. (1960) col.1104ss; Willam,
La vida de Jesús., vers. esp. (1940) 922-923; Vosté,
Parabolae. (1933) II p.767 y n.l. 32 Simón-Dorado,
Praelect. biblicae X.T. (1947) p.556 n.386. 33 Bonsirven,
Textes. n.287; cf. o.c., p.728. Index Analytique-Lexique, étu-des et moeurs. 34 Strack-B., o.c., I p.469. 35 Nestlé,
N.T. graece et latine, ap. crit. a
Mat_7:29. 36 Sanhedrin 11:3. 37
Aboth 3:11; 5:8; cf. 15:2ss;
Mar_7:5ss. 38 Strack-b., o.c., p.470.