Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
48. Repartición del País. Las doce puertas de Jerusalen.
Idealmente, el profeta reparte la tierra de Palestina, prescindiendo de todos los accidentes geográficos. Desde el norte al sur, el país es dividido en doce tiras corno en un papel, teniendo como centro la zona religiosa reservada al templo y a los de la tribu de Leví. Las tribus están distribuidas siete al norte de la zona sagrada y siete al sur, sin que ninguna quede en TransJordania, como en la antigua repartición de Josué. La distribución es totalmente convencional y simbólica. Las más próximas al centro, privilegiadas como cercanas al templo, son
Juda, heredera de las promesas mesiánicas, que tuvo la dirección en la época de David y de Salomón 1, y
Benjamín, por la predilección de Jacob por su epónimo 2. Las tribus más extremas son las provenientes de las esclavas de Jacob: Dan, Neftalí, hijos de la esclava de Raquel; Aser y Gad, hijas de Lía 3. Todas las tribus tendrán sustancialmente los mismos derechos y serán iguales, descartándose los privilegios conquistados por la fuerza.
Las tribus septentrionales (1-7).
1 Estos son los nombres de las tribus, partiendo de la frontera septentrional, a lo largo del camino de Jetlón, que lleva a Ja-mat, hasta Jaser-Enón, dejando al norte la frontera de Damasco, a lo largo de Jamat: Dan, una parte. 2 Junto a Dan, desde el lado de oriente hasta la orilla del mar, Aser, una parte. 3 Junto a Aser, desde el lado de oriente hasta la orilla del mar, Neftalí, una parte. 4 Junto a Neftalí, desde el lado de oriente hasta el mar, Manases, una parte. 5 Junto a Manases, desde el lado de oriente hasta el mar, Efraím, una parte. 6 Junto a Efraím, desde el lado de oriente hasta la orilla del mar, Rubén, una parte. 7 Junto a Rubén, desde el lado de oriente hasta la ribera del mar, Judá, una parte. La enumeración empieza por la frontera norte, determinada en el capítulo anterior 4. La enumeración es reiterada y cansina. Todas las tribus tienen una parte igual, es decir, una franja que va desde la frontera oriental al mar Mediterráneo. No se especifica la anchura de la franja territorial.
La parte central sagrada y del príncipe (8-22).
8 Junto a Judá, desde el lado de oriente hasta la orilla del mar, estará la porción que reservaréis de veinticinco mil codos de ancho, y larga cuanto cada una de las partes de oriente a occidente, y en medio de ella estará el santuario. 9 La porción que reservaréis para Yahvé tendrá veinticinco mil codos de largo y diez mil de ancho. 10 Esta porción pertenecerá a los sacerdotes y será santa, veinticinco mil codos por el norte, diez mil codos de anchura al occidente, diez mil de anchura al oriente y veinticinco mil de longitud por el mediodía, y en medio de ella estará el santuario de Yahvé. 11 Pertenecerá a los sacerdotes consagrados, a los hijos de Sadoc, que hicieron el servicio en mi santuario y no se descarriaron, como se descarriaron los levitas cuando se descarriaron los hijos de Israel. 12 Les pertenecerá como porción santísima reservada de la porción de tierra que se reserva, al lado de la de los levitas. 13 Los levitas tendrán, paralelamente al límite de los sacerdotes, veinticinco mil codos de largo y diez mil de ancho, veinticinco mil en toda la longitud y diez mil en la anchura. 14 No podrán vender ni permutar nada ni exportar las primicias de la tierra, porque están consagradas a Yahvé. 15 Los cinco mil codos restantes, en la anchura de los veinticinco mil, serán profanos, para la ciudad, para las casas y los alrededores; la ciudad estará en medio. 16 Estas serán sus medidas: a la parte del norte, cuatro mil quinientos codos, y cuatro mil quinientos codos a la parte del mediodía; a la parte de oriente, cuatro mil quinientos codos, y cuatro mil quinientos codos a la parte de occidente. 17 El contorno de la ciudad será: al norte, de doscientos cincuenta codos, y de doscientos cincuenta al mediodía; al oriente, de doscientos cincuenta codos, y de doscientos cincuenta al occidente. 18 Lo que queda de longitud delante de la porción santa, diez mil codos al oriente y diez mil al occidente, los que quedan, serán para que de su producto se mantengan los que trabajan para la ciudad. 19 La labrarán los operarios de la ciudad, tomados de entre todo Israel. 20 La parte reservada tendrá en conjunto veinticinco mil codos por veinticinco mil, y para propiedad de la ciudad tomaréis la cuarta parte de la porción consagrada. 21 De lo que queda a ambos lados de la porción santa y de la propiedad de la ciudad, a lo largo de los veinticinco mil codos de la porción santa hasta el oriente, y a occidente a lo largo de los veinticuatro mil codos hacia la frontera occidental, paralelamente a las partes, será para el príncipe. Eso será lo del príncipe; así, la porción santa y el santuario estarán en el medio. 22 De este modo, la parte del príncipe será la comprendida desde la porción de los levitas y la porción de la ciudad, entre el límite de Judá y el límite de Benjamín. Junto a la tribu de Judá está la zona sagrada reservada a Yahvé para su templo y para sus sacerdotes y levitas. La parte sagrada y la ciudad es un cuadrado de 25.000 codos de lado (v.8). Este cuadrado se divide en tres rectángulos. El recinto sagrado propiamente tal comprende 25.000 codos de largo y 20.000 de ancho. En el centro está el templo (v.11). Este rectángulo está destinado a los
sacerdotes, descendientes de Sadoc 5. Al norte del rectángulo asignado para los sacerdotes está la parte que les corresponde a los
levitas, en todo igual a la de aquéllos (v.13). No podrán enajenar nada de su territorio. Está consagrado a Yahvé, y, por tanto, no pueden desprenderse de las
primicias de la tierra, o parte más selecta del territorio. Al sur de la parte asignada a los sacerdotes hay un rectángulo más reducido, de 25.000 codos de largo por 5.000 de ancho (unos 12:5 km. de largo por 2:5 de ancho), que está reservado a la ciudad (v.15). La
ciudad propiamente tal forma un cuadrado de 4.500 codos de cada lado (unos 2:5 km.) (v.16) y estará rodeada de una zona libre de 250 codos de cada lado (unos 125 m.). Sumando estas medidas a las anteriores, tenemos los 5.000 codos del v.15.
Esa zona libre tenía por fin separar la ciudad de la zona sagrada. La parte que queda fuera del perímetro de la ciudad, tocando con la porción santa (10.000 codos al oriente y otros tantos al occidente: unos cinco km. en cada parte), estará reservada para proveer a la alimentación de la ciudad (v.18). Los componentes de la ciudad pertenecerán a todas las tribus de Israel (v.19). El conjunto de las partes reservadas a los sacerdotes, los levitas y la ciudad es un cuadrado de 25.000 codos de largo por otro tanto de ancho (unos12:5 km. de lado), y para la ciudad se reservará sólo la cuarta parte. Lo que queda al oriente y al occidente de la parte central, reservada a Dios (sacerdotes, levitas y ciudad), será reservado al príncipe (v.21). La zona, pues, de éste se extiende desde el cuadrado central asignado a Yahvé hasta el Jordán, y de aquél hasta el Mediterráneo. Y en cuanto a lo ancho, está limitada por las tribus de Judá y de Benjamín (v.22).
Distribución de la Tierra Prometida según Ezequiel.
Dan
Aser
Neftalí
Manases
Efraim
Rubén
Juda
Porción del Principe
Porción de los Levitas Porción de los Sacerdotes Porción del Principe
Benjamín
Simeón
Isacar
Zabulón
Gad
Las tribus meridionales (23-29).
23 He aquí las otras tribus: Desde el oriente hasta la orilla del mar, Benjamín, una parte. 24 Al lado de Benjamín, desde oriente a la orilla del mar, Simeón, una parte. 25 Al lado de Simeón, desde oriente hasta el mar, Isacar, una parte. 26 Al lado de Isacar, desde oriente hasta el mar, Zabulón, una parte. 27A1 lado de Zabulón, desde oriente hasta el mar, Gad, una parte. 28 Al lado de Gad, al lado meridional, hacia el mediodía, correrá la frontera desde Tamar hasta las aguas de Meribat-Qades, a lo largo del torrente hasta el mar Grande. 29 Tal es la tierra que partiréis en heredad a las tribus de Israel, y tales sus partes, dice el Señor, Yahvé.
Después de describir la zona central, el profeta termina la repartición asignando a las tribus restantes su heredad. La enumeración empieza por Benjamín, como más próxima a la zona sagrada, por ser la de mayor relieve entre todas, después de la de Judá, en las bendiciones de Jacob. Parte de la tribu de Benjamín había quedado vinculada al reino de Judá. Por otra parte, Jerusalén, donde había de estar el templo, está enclavada en los límites de las tribus de Judá y de Benjamín en la antigua repartición de tribus. Debían, pues, mantener su proximidad a la zona sagrada.
Las doce puertas de la ciudad (30-35).
30 Estas serán las salidas de la ciudad: al lado del norte medirá cuatro mil quinientos codos. 31 Las puertas de la ciudad tendrán los nombres de las tribus de Israel. Tendrá al norte tres puertas: una la puerta de Rubén, otra la puerta de Judá, y la otra la puerta de Leví. 32 Al lado oriental, cuatro mil quinientos codos y tres puertas: una la puerta de José, otra la puerta de Benjamín y otra la puerta de Dan. 33 Del lado del mediodía medirá cuatro mil quinientos codos y tendrá tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Isacar, una; la puerta de Zabulón, una. 34 Del lado de occidente, cuatro mil quinientos codos y tres puertas: la puerta de Gad, una; la puerta de Aser, una; la puerta de Neftalí, una. 35 El perímetro, dieciocho mil codos, y el nombre de la ciudad será desde aquel día Yahvé allí. El cuadrado de la ciudad tendrá 12 puertas, nombradas según las doce tribus de Israel. Sobre esta descripción ideal se basa la descripción del Apocalipsis 6. El orden de los nombres de las tribus es diferente del de la enumeración arriba dada en la repartición del territorio. Como los habitantes de la ciudad pertenecerán a todas las tribus de Israel, de ahí que la ciudad tenga una puerta para cada tribu. Todo en la descripción de Ezequiel es artificial y simbólico. No habla de muralla protectora de la ciudad, aunque se suponga en el hecho de que tenga
puertas. El perímetro de la ciudad era de 18.000 codos (unos nueve km. largos en total). Ezequiel tiene preferencia por lo geométrico, y esto lo lleva hasta el último detalle. La nueva ciudad de la nueva teocracia será perfecta. La vida estará totalmente sistematizada,
y en tal forma sus ciudadanos vivirán vinculados a su fe, que la ciudad se llamará Yahvé allí. Es el mejor nombre para calificar
la nueva era mesiánica entrevista por el gran profeta del exilio. Los profetas, en sus idealizaciones mesiánicas, habían escogido diversos nombres para caracterizarla en su fase definitiva mesiánica. Isaías la llama ciudad de justicia, ciudad fiel 7, la ciudad de Yahvé, la Sión del Santo de Israel 8, no te llamarán la Desamparada, sino 9Mi complacencia en ella, Desposada 9. Jeremías llama a la futura Jerusalén trono de Yahvé 10. Todos estos nombres no hacen sino expresar parcialmente los aspectos de la nueva Jerusalén. La denominación de Ezequiel va más al fondo:
la ciudad se llamará Yahvé allí, porque la presencia de Yahvé es la prenda de la felicidad de los corazones de los ciudadanos de la nueva gran metrópoli. Para los exilados, que se consideraban abandonados definitivamente por su Dios, esta denominación hacía despertar en ellos las esperanzas más queridas, ya completamente olvidadas. La misión de Ezequiel era consolar a los exilados. Su descripción idealizada de la nueva Tierra Prometida y de la Ciudad Santa es la síntesis de su labor misionera entre los desterrados. Había sido enviado a una nación
rebelde, y después de anunciarle el debido castigo, le presenta el horizonte glorioso de la restauración.
1 Cf.
Gen_49:10;
2Sa_7:14. 2 Cf. Gen 0.43-44. 3 Cf.
Gen_30:1-13. 4 Cf. Ez 47.I5SS. 5
Eze_44:10.15. 6 Ap OC 21:125. 7
Isa_1:26. 8
Isa_60:14. 9
Isa_62:4.12. 10
Jer_3:17.