Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Caída de Samaría y deportación (17:1-23).
1
El año doce de Ajaz, rey de Judá, comenzó a reinar en Israel, en Samaría, Oseas, hijo de Ela, y reinó nueve años 2
Hizo lo malo a los ojos de Yahvé, aunque no tanto como los reyes de Israel que le precedieron. 3
Subió contra él Salmanasar, rey de Asiría, y Oseas se le sometió y le pagó tributo; 4
pero el rey de Asiría descubrió luego una conspiración que tramaba Oseas, que había mandado embajadores a So, rey de Egipto, y había dejado de pagar el tributo anual al rey de Asiría, y el rey de Asiría le hizo encarcelar y encadenar en una prisión. 5
Recorrió el rey de Asiría todo el territorio y subió contra Samaría, que tuvo asediada durante tres años. 6
El año noveno de Oseas, el rey de Asiría tomó a Samaría y llevó cautivos a sus habitantes a Asiría, haciéndolos habitar en Calac y Jabor, junto al río Gozan, y en las ciudades de la Media. 7
Los hijos de Israel habían pecado contra Yahvé, su Dios, que los había sacado de la tierra de Egipto, de bajo el dominio de Faraón, rey de Egipto, temiendo a los dioses ajenos. 8
Siguieron las costumbres de las gentes que Yahvé había expulsado ante los hijos de Israel y las que habían introducido los reyes de Israel.9
Los hijos de Israel hicieron contra Yahvé ocultamente cosas detestables, edificaron altos en todas sus ciudades desde la torre de atalaya hasta la ciudad murada. 10
Se alzaron cipos y aseras en todo collado alto y bajo todo árbol frondoso, 11
y quemaron perfumes en todos los altos, como las gentes que Yahvé había expulsado ante ellos, e hicieron maldades, con las que irritaron a Yahvé. 12
Sirvieron a los ídolos, de quienes había dicho Yahvé: No haréis tal. 13
Yahvé advertía a Israel y a Judá por todos sus profetas, por todos sus videntes, y les decía: Convertios de vuestros perversos caminos y guardad mis leyes y mis mandamientos, siguiendo fielmente la Ley que yo prescribí a vuestros padres y os he inculcado por medio de mis siervos los profetas. 14
Pero ellos no le escucharon y endurecieron su cerviz, como lo habían hecho sus padres, que no creyeron en Yahvé, su Dios. 15
Rechazaron sus leyes, y la alianza que había hecho con sus padres, y las amonestaciones que les había hecho. Se fueron tras las vanidades, y cayeron así ellos mismos en la vanidad como los pueblos que los rodeaban, y a quienes Yahvé les había prohibido imitar. 16
Traspasaron todos los mandamientos de Yahvé, su Dios, y se hicieron imágenes fundidas, dos becerros, aseras, y se postraron ante todo el ejército de los cielos, y sirvieron a Baal. 17
Hicieron pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas, se dieron a la adivinación y a los encantamientos y se entregaron a cuanto era malo a los ojos de Yahvé, para irritarle, i Por eso Yahvé se irritó fuertemente contra Israel, y le arrojó de su presencia, y no quedó más que la tribu de Judá. 19
Pero tampoco Judá guardó los mandamientos de Yahvé, su Dios, y ha imitado las costumbres de Israel. 20
Por eso arrojó Yahvé de sí a toda la descendencia de Israel, la humilló y la entregó en manos de salteadores, hasta arrojarla de su presencia. 21
Israel se separó de la casa de David y se dio por rey a Jeroboam, hijo de Nabat, que los apartó de Yahvé e hizo cometer a Israel un gran pecado 22
Los hijos de Israel se dieron a todos los pecados de Jeroboam, que él comenzó, y no se apartaron de ellos 23
hasta que Yahvé arrojó a Israel lejos de su presencia, como lo había anunciado por todos sus siervos los profetas. E Israel ha sido llevado cautivo lejos de su tierra, a Asiría, donde está hasta el día de hoy.
Oseas subió al trono de Israel (732-724) con la aprobación de Teglatfalasar, del que se separó por influencias de los partidarios de Egipto, con cuyo rey entró en negociaciones a través de Hannón, rey de Gaza. Nuestro texto dice que Oseas mandó embajadores a So, rey de Egipto. Por aquel entonces ejercía su autoridad sobre el Delta
Tafneth, de la XXIV dinastía, teniendo como generalísimo a
Šibu, Šibe, como se le llama en los anales de Sargón. Era Sibe un
turtan, es decir, un alto oficial militar y administrativo, que ocupaba el segundo lugar en el reino (Pritchard, 285). Fácilmente estos jefes del ejército arrogábanse el título de reyes, aunque estaban sometidos a la autoridad suprema del Faraón. En la primera visita que hizo Salmanasar V (727-722) a Israel no encontró nada grave contra el imperio asirio. Todo el imperio habíalo reconocido por rey; Babilonia hizo lo mismo, dándole el nombre de
Ululaia. Israel le entregó el tributo anual que le debía (
Isa_5:22-29).
En esta ocasión era Egipto el que pretendía apoderarse de Israel. Oseas se prestó al juego. Supo Salmanasar las veleidades del rey de Israel y las razones por las cuales negóse a enviar el tributo anual a Asiría. Salmanasar no esperó a que el complot llegase a madurar; mandó encarcelar al rey, mientras él y su ejército poníase en marcha para castigarle. Desde este momento desaparece Oseas de la faz de la historia; no sabemos en qué circunstancias fue preso ni cuándo murió. Pero no por esto el partido antiasirio doblóse ante Salmanasar. Confiando en que Tiro resistiría al cerco y esperando en la ayuda de Egipto, los enemigos de Asiría encerráronse en Samaría dispuestos a defenderse del rey Salmanasar. El año 724 empezó el cerco. Ni Tiro logró romper el sitio, ni Egipto mandó soldado alguno en ayuda de Samaría.
Entre tanto, apoyado por los sacerdotes, subió al trono el generalísimo del ejército, Sargón. Samaría seguía resistiendo al cerco asirio; pero su caída era inminente, convirtiéndose en una realidad a principios de otoño del año 722. De ahí que, mientras Sargón se vanagloria de haber expugnado la ciudad, el texto bíblico atribuye a Salmanasar la toma de la misma (
Isa_18:9-10) 1.
Sargón II aplicó a Samaría el sistema bélico de la deportación 2. En un principio se deportó al personal directivo y a los notables del reino, sacerdotes, militares, grandes terratenientes; más tarde siguieron otras deportaciones. La masa fue conducida a las regiones septentrionales del imperio asirio, Jabor, y Harán, en la provincia asiría de Guzana, Gozan (v.6); otros fueron mandados a la Media. Los habitantes fueron reemplazados por gentiles (v.24; Pritchard, 284).
Entre tanto, aprovechando la rebelión de Merodacbaladán contra Asiría (721), se formó de nuevo una liga antiasiria, a la que se unieron los israelitas que quedaron en el país, bajo la dirección de Ilubit, rey de Hamat. Sargón los atacó, consiguiendo sobre ellos una victoria aplastante, que describe en sus anales 3.
El texto sagrado señala que fueron varias las causas que contribuyeron a este desastre nacional. La principal de todas debe buscarse en el cisma religioso de Israel y en el culto al becerro de oro (
1Re_12:26-33). Otra de las causas fue el sincretismo religioso y la erección de santuarios locales (v.7:16). Se hace notar que esta moral se concibe desde el punto de vista deuteronómico y de los profetas (Dhorme, De Vaux).
Origen de los samaritanos (17:24-41).
24
El rey de Asiría mandó gentes de Babilonia, de Cuta, de Avá, de Jamat y de Sefarvaím, y las estableció en las ciudades de Samaría en lugar de los hijos de Israel. Se posesionaron de Samaría y habitaron en sus ciudades. 25
Cuando comenzaron a habitar allí, no temían a Yahvé, y Yahvé mandó contra ellos leones, que los devoraban. 26
Dijeron, pues, al rey de Asiría: Las gentes que tú has trasladado, para establecerlas en las ciudades de Samaría, na conocen el modo de servir al dios de aquella tierra, y éste ha mandado contra ellas leones, que los devoran porque no saben el modo de servir al dios de la tierra. 27
El rey de Asiría dio esta orden: Mandad que vaya allá uno de los sacerdotes que de allí habéis traído en cautividad, que vaya a establecerse allí y les enseñe el modo de servir al dios de aquella tierra. 28
Vino, pues, a establecerse en Betel un sacerdote de los que habían sido llevados cautivos a Samaría, y les enseñó cómo habían de servir a Yahvé. 29
Pero las gentes aquellas se hicieron cada una sus dioses en las ciudades que habitaban, y los pusieron en los altos edificados por los de Samaría. 30
Las gentes de Babilonia se hicieron su Sucot Benot; las de Cuta, su Nergal; 31
las de Jamat, su Asima; las de Avá, su Nibján y Tar-tac, y las de Sefarvaím pasaban a sus hijos por el fuego en honor de Adarmelec y Anamelec, dioses de Sefarvaím. 32
También servían a Yahvé, y se dieron sacerdotes de los altos de entre todo el pueblo; estos sacerdotes ofrecían por ellos sacrificios en los templos de los altos. 33
Así que temían a Yahvé y le servían al mismo tiempo que a sus dioses, según la costumbre de las gentes de que provenían. 34
Todavía hoy siguen haciendo como hicieron al principio. Ni temen a Yahvé ni se conforman con sus leyes y mandamientos, dados por Yahvé a los hijos de Jacob, a quien dio el nombre de Israel. 35
Yahvé había hecho alianza con ellos y les había dado este mandato: No temeréis a otros dioses, ni os prosternaréis ante ellos, ni les serviréis, ni les ofreceréis sacrificios. 36
Temeréis a Yahvé, que os ha sacado de la tierra de Egipto con gran poder y brazo tendido. Sólo a El temeréis, sólo ante El os prosternaréis y sólo a El ofreceréis sacrificios. 37
Guardaréis y pondréis por obra las leyes y mandamientos, los estatutos y decretos que El ha escrito para vosotros, y no serviréis a otros dioses. 38
No olvidaréis la alianza que yo he hecho con vosotros, y no temeréis a otros dioses, 39
sino que temeréis a Yahvé, vuestro Dios, y El os librará de las manos de todos vuestros enemigos. 40
Ellos no le han obedecido y siguen sus antiguas costumbres; 41
estas gentes temen a Yahvé y sirven a sus ídolos, y sus hijos y los hijos de sus hijos han seguido haciendo siempre hasta hoy como hicieron sus padres.
Según la costumbre asiría, otras gentes fueron enviadas para ocupar el lugar dejado vacío por la deportación de muchos israelitas. Debido a que el país quedó medio despoblado, multiplicáronse las fieras, que invadieron ciudades y poblados Que 14:6-9;
1Sa_17:34-37;
2Sa_23:20). Las gentes supersticiosas lo achacaron a la falta de culto debido al Dios de la tierra (
1Sa_26:19;
2Re_5:17), que, enojado, los castigaba. Enterado de ello Sargón, mandó que un sacerdote de entre los deportados se trasladase a Samaría y les enseñara a servir al Dios de la tierra, restableciendo el culto a Yahvé. La deportación de gentes de Babilonia a Israel tuvo lugar una vez restablecido el orden en Babilonia después de la revuelta de Merodacbaladán II, que reinó en Babilonia aproximadamente los años 722-711.
El sacerdote enviado por el rey era probablemente de ascendencia aaronítida. Su acción religiosa debió consistir en mantener puros los ideales del yahvismo en los israelitas de condición humilde que quedaron en el país. Las gentes advenedizas no se desprendieron de sus dioses, cuyas estatuas colocaron en los lugares edificados anteriormente (
1Re_12:31;
1Re_13:32). Los de Babilonia veneraron a Sucot (
Sikkut, Amo_5:26), nombre babilónico del dios Saturno
(Sakkut); los de Cuta, a Nergal, dios de los infiernos; los de Hamat, a Asima, quizá la paredra del dios fenicio Ashmún o del dios babilónico Ishum. Tenía este último probablemente un santuario en Betel, ya que los colonos de la Elefantina veneraban al dios Ashim-Betel. Los dioses Nibján y Tartac son desconocidos. Los de Sefarvaím practicaban sacrificios humanos en honor de su dios Adarmelec. Quizá sea éste el dios Adad-Milki 4. Cabe a estos cultos se concedió un lugar a Yahvé, Dios de la tierra (
numen loa).
Por su parte, los israelitas radicados en el país dejáronse arrastrar por el culto de los falsos dioses, sin abandonar totalmente el de Yahvé. El autor sagrado acaba el capítulo con un juicio muy severo de los samaritanos. Pero, como demuestra la historia posterior, parte de ellos contribuyeron a la reconstrucción del templo de Jerusalén (
2Cr_34:9). En la fiesta de la Pascua del año 621 celebrada en Jerusalén asistieron samaritanos (
2Cr_35:18), extendiéndose a su territorio la reforma de Josías (
2Cr_23:15-19). El antagonismo entre judíos y samaritanos subsistirá todavía en tiempos de Cristo (
Jon_4:9;
Luc_10:30-37).
1 R. Dussaud, Les Monuments Palestiniens (Musée De Louvre; París 1912) 4-22; Prit-Chard, 320-321; H. Michaud,
Sur la pierre et l'argille (París 1958) 33-45; A. Parfot,
Le Musée du Louvre et la Bible (París 1957) 84-90.
1 Epíst. 124, ad Rusticum.
l A. Vaccaw,
Le Lettere di Lachis: ? 20 (1939) l84·
1 Parrot, Ninive et l'Ancien Testament p.48-49.
2 L. Gautier, A
propos des Rékabites: Etudes sur la Religión d'Israel (Lausana 1927) 104-129; P. Humbert, Osee
le prophéte bédouin: Revue d'Histoire et de Philosophie Reli-seuse 1 (1921) 97-118; S. Nystrom,
Beduinentum und Yahvismus (Lund 1046); Neher, Amos, Contrtbution ?
l'étude du prohétisme (París 1950) 173-186.
1 P. Lemaire, Crise et efrondement de la monarchie davidique: RB 45 (1936) 161-183·
1 A. Parrot, Ninive et à Anden Testament (Neuchátel-París 1953) 26; R. De Vaux t 14 chronulogie de Hazael et Benhadad III, rois de Damas: RB 43 (1934) 515-^18,
2 En el comentario sobre los libros profetices se hallará solución a los múltiples problemas que plantea el profetismo hebreo en parangón con el de los pueblos gentiles. Entre la inmensa literatura sobre el particular citamos: M. A. van oudenrijn,
L'expression fik
des prophétes et ses analogies: ? 6 (1925) 165-171; G. Rinaldi,
Alie origini della letteratura ???/etica: Aevum, 19 (1945) 195-228; A. Herranz, Eí
profetismo en Israel: Revista Española de Estudios Bíblicos, 1 (1926) 3-120; 4 (1929) 113-114; 233-264.
1 Van Der Ploeg,
Le sens de gibbor hail: Vivre et Penser, 1 (1941) 120-125,
2 Pritchard, 284; Parrot, Ninive et ? Anden Testament 29.
1 O. Eissfeldt interpreta Molek (Molok traducen los LXX en
2Re_23:10-23) como nombre común de una especie de sacrificio votivo
(Molok ais Opferbegriff im punischen und iri
Hebraischen und das Ende der Gottes Moloch, Halle 1935). En contra: N. Schneider,
Melchom, oas Scheusal der Ammoniter: ? i8 (1937) 337-343; A. ???,
Kinderopfer far Moloch in den ??? -?? /efn: ? 18 (1937) 95-107-
2
J. De Fraine,
Le sacerdoce du Roí, l.c., 546,
1 Dice Sargón: Puse sitio y conquisté Samaría (Sa-me-ri-na); deporté a veintisiete mil doscientos noventa habitantes que habitaban en ella; tomé cincuenta carros que allí había. Al resto (de los habitantes) dejé continuaran sus actividades. Puse a mi general sobre ellos y les impuse el mismo tributo que al rey anterior (Pritchard, 285; Parrot,
Ninive el VAnden Testament, 31). Ninguna contradicción entre ambos textos por haber contribuido ambos eficazmente a la rendición de Samaría. Recientemente Hayin Tadmor ha intentado probar ique Samaría capituló a finales de verano del año 722, reinando todavía Salmanasar (Journal of Cuneiform Studies, 12 [1958] 22ss).
2 Escribe Sargón en sus anales: Al principio de mi gobierno y en el primer año del mismo. conquisté Samaría. deporté a 27.290 habitantes.
3 En el segundo año de mi reinado, Ilubidi, de Hamat. un potente ejército reunió en Qarqar, y el juramento de los supremos dioses violó. A Arpad, Simirra, Damasco y Samaría, produjo él a rebelarse contra mí. A Sibe, su
turtan, hizo entrar en la liga, y para dar batalla levantóse contra mí. Infligí a ellos (a Hanno de Gaza y a Sibe), en nombre de Asur, mi señor, una derrota. Sibe escapó solo; como un pastor al que se roban las ovejas, huyó y desapareció, a Hanno hice prisionero y lo conduje encadenado a mi ciudad Asur (Pritchard, 285).
4 A. Pom. In 4 Kon 17:1: ? 22 (1941) 35-