Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Un profeta unge a Jehú por rey (9:1-10).
1
Elíseo, profeta, llamó a uno de los hijos de los profetas y le dijo: Cíñete los lomos, toma esta redoma de óleo y vete a Ramot Galaad. 2
Cuando llegues, busca a Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsi. Le haces que se levante de entre sus compañeros y le llevas aparte, a una cámara retirada, 3
y, tomando la redoma de óleo, lo derramas sobre su cabeza, diciéndole: Así habla Yahvé i Yo te unjo por rey de Israel. Abres luego la puerta y huyes sin detenerte. 4
El joven servidor del profeta partió para Ramot Galaad; 5
y cuando llegó, estaban los jefes del ejército reunidos, y dijo: Jefe, tengo que decirte una cosa. Jehú le preguntó: ¿A quién de nosotros? El respondió: A ti, ¡oh jefe! 6
Levantóse Jehú y entró en casa, y el joven derramó sobre su cabeza la redoma de óleo, diciéndole: Así habla Yahvé, Dios de Israel: Yo te unjo rey de Israel, del pueblo de Yahvé. 7
Tú herirás a la casa de Ajab, tu señor, y vengarás en Jezabel la sangre de mis siervos, los profetas, y la sangre de todos los siervos de Yahvé. 8
Toda la casa de Ajab perecerá; yo exterminaré a todos cuantos pertenecen a Ajab, al esclavo y al libre de Israel, 9
y haré la casa de Ajab semejante a la casa de Jeroboam, hijo de Nabat, y a la casa de Basa, hijo de Ajiya. 10
Los perros comerán a Jezabel en el campo de Jezrael, y no habrá nadie que le dé sepultura. Después, el hombre abrió la puerta y huyó. El encargo hecho a Elías (
1Re_19:16) lo cumple por orden de Elíseo uno de los hijos de los profetas. No se sabe el punto
de partida, pero el mensajero recibe la orden de ir a Ramot Galaad y ungir por rey de Israel al general Jehú, que, en ausencia del rey, herido en Jezrael, estaba al frente de las tropas. El viaje de ida y vuelta tenía que ser rápido, lo que se indica con la frase cíñete los lomos (
1Re_4:29) y la advertencia de que, una vez cumplida su misión, huyera sin detenerse (?
2Cr_8:10).
En Israel reinaba el descontento. En el interior, el excesivo lujo de palacio reclamaba constantemente el aumento de les impuestos. La conducta religiosa de la corte le restaba la simpatía y colaboración de muchos que odiaban la importación del culto de Baal de Fenicia (
1Re_19:18). A Elíseo poca simpatía le inspiraba Joram (
1Re_3:13) En el exterior había perdido el rey la guerra con los moabitas (
1Re_3:27); habíase indispuesto con Jazael en unos momentos en que pesaba sobre ambos la amenaza de Asiría. Joram era un rey marioneta, movido por su madre Jezabel.
El profeta llegó a Ramot, llamó aparte a Jehú, a quien ungió por rey, excediéndose acaso el joven profeta en el hablar, al recitar la amenaza que pronunció Elías contra Ajab (
1Re_21:21-23). A Jezabel se la hace responsable de la muerte de los profetas de Yahvé (
1Re_18:4;
1Re_19:10). Pero es posible que se le atribuyan más cosas de las que dijo. Según el P. De Vaux, el autor del libro añadió los oráculos contra Ajab, Jeroboam (
1Re_14:10-11) y Basa (
1Re_16:3-4). En el relato primitivo no figuraba nada de esto; el joven profeta, obediente a las disposiciones impartidas por su maestro, ungió a Jehú por rey y marchó sin proferir palabra alguna.
Rebelión de Jehú (1Re_9:11-37).
11
Cuando salió Jehú para reunirse con los servidores de su señor, le dijeron éstos: ¿Va todo bien? ¿Por qué ha venido a ti ese loco? Jehú respondió: Sguramente conocéis al hombre y sabéis lo que me ha dicho. 12
Ellos respondieron: No es verdad. Explícanos lo que ha dicho. El entonces dijo: Esto y esto es lo que ha dicho: Así habla Yahvé: Yo te unjo por rey de Israel. 13
En seguida tomaron todos sus mantos y los pusieron debajo de él en las gradas, y, haciendo sonar las trompetas, gritaron: ¡Jehú, rey! 14
Así conspiró Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsi, contra Joram. Joram defendía con todo Israel a Ramot Galaad contra Jazael, rey de Siria; 15
pero el rey Joram había tenido que volverse para curarse en Jezrael de las heridas que los sirios le habían hecho cuando combatía centra Jazael, rey de Siria. Jehú dijo: Pues que lo queréis, sea; pero que no salga de la ciudad nadie que pueda llevar la noticia a Jezrael. 16
Jehú subió a su carro y partió para Jezrael, pues Joram estaba allí en cama, y Ocozías, rey de Judá, había bajado a verle. 17
El centinela que estaba en la torre de Jezrael vio venir a la tropa de Jehú y dio la noticia: Veo venir una tropa. Joram dijo: Manda que salga a su encuentro uno de a caballo para saber si es de paz. 18
Salió el jinete, se presentó a Jehú y preguntó: Así habla el rey: ¿Es la paz? Jehú respondió: ¿Qué te importa a ti la paz? Vuélvete detrás de mí. El centinela dio luego el aviso, diciendo: El mensajero ha llegado hasta ellos, pero no vuelve. 19
Entonces se mandó otro a caballo, que, llegado a ellos, preguntó: Así habla el rey: ¿Hay paz? Y Jehú respondió: ¿Qué te importa a ti la paz? Vuélvete detrás de mí. 20
El centinela volvió a decir: También éste ha llegado a ellos y no vuelve; mas, al parecer, por la marcha, el que viene es Jehú, hijo de Nimsi, porque viene con mucho ímpetu. 21
Entonces Joram dijo: Engancha; y enganchado que fue su carro, salió Joram, rey de Israel, y Ocozías, rey de Judá, cada uno en su carro. Salieron al encuentro de Jehú, a quien hallaron en la heredad de Nabot de Jezrael. 22
En cuanto vio Joram a Jehú le preguntó: ¿Hay paz, Jehú? Y éste respondió: ¿Qué paz mientras duren las prostituciones de Je-zabel, tu madre, y sus muchas hechicerías? 23
Entonces Joram, volviendo grupas, huyó y dijo a Ocozías; ¡Traición, Ocozías ! 24
Pero Jehú tendió su arco e hirió a Joram entre las espaldas, saliéndole la flecha por el corazón, y Joram cayó en su carro. 25
Jehú dijo a su oficial Bidcar: Tomalo y tírale en el campo de Nabot de Jezrael, pues me acuerdo de que, cuando yo y tú íbamos juntos a caballo detrás de Ajab, su padre, Yahvé pronunció contra él la sentencia, diciendo: 26
Yo he visto ayer la sangre de Nabot y de sus hijos, dice Yahvé, y yo te daré su merecido en esta misma heredad. Tomalo pues, y tírale a ese campo, según la palabra de Yahvé. 27
Ocozías, rey de Judá, que vio esto, huyó por el camino de Bet Ganim; pero Jehú le persiguió, diciendo: También a él. Y le hirieron en el carro en la subida de Gur, cerca de Jibleam; él siguió hasta Megid-do, pero allí murió. 28
Sus servidores le trasladaron en un carro a Jerusalén y le sepultaron en la sepultura de sus padres, en la ciudad de David. 29
Ocozías había comenzado a reinar el año once de Joram, hijo de Ajab. 30
Jehú entró en Jezrael. Sabiéndolo Jezabel, se pintó los ojos, se peinó y se puso a mirar a una ventana. 31
Al pasar Jehú por la puerta, le gritó: ¿Le salió bien la cosa a Zimbri, asesino de su señor? 32
El alzó el rostro hacia la ventana y preguntó: ¿Quién eres tú para que quieras contender conmigo? Entonces miraron por la ventana dos o tres eunucos, 33
y él les mandó: Echadla abajo; y ellos la echaron, y su sangre salpicó los muros y los caballos; Jehú la pisoteó con sus pies, 34
y después entró, comió, bebió y dijo: Id a ver a esa maldita y enterradla, que al fin es hija de rey. 35
Fueron para enterrarla; pero no hallaron de ella más que el cráneo, los pies y las palmas de las manos. 36
Volvieron a dar cuenta a Jehú, que dijo: Es la amenaza que había hecho Yahvé por su siervo Elías tisbita, diciendo: Los perros comerán la carne de Jezabel en el campo de Jezrael, 37
y el cadáver de Jezabel será como estiércol sobre la superficie del campo, en el campo de Jezrael, de modo que nadie podrá decir: Esta es Jezabel. El profeta atrajo la atención de la oficialidad tanto por su condición de profeta extático como por su atuendo externo y sus modales rústicos, andar alocado y quizá por la tonsura que llevaba (
Jer_29:26;
Ose_9:7). Sin embargo, todos demuestran su ansia por conocer el porqué de la llegada de aquel
loco. Al enterarse, todos reconocieron a Jehú por rey. Tomaron inmediatamente sus mantos, que extendieron ante Jehú (
Mat_21:8). Una vez declarado rey, trató Jehú (841-814) de deshacerse cuanto antes del impopular Joram. Prohibió que nadie se adelantara a anunciarle lo sucedido. Acompañado de un grupo de soldados y de su ayudante Bidcar (v.25), montó en su carro y se dirigió a Jezrael, donde hallábanse los reyes de Israel y de Judá. Desde lejos apercibió su llegada el centinela. A los dos reyes no les pareció de buen augurio la llegada intempestiva del general del ejército, por lo que decidieron enganchar sus carros y salir le al encuentro, alcanzándolo en la heredad de Nabot de Jezrael. Joram creía ver en todo ello un revés militar en Ramot Galaad, no una rebelión. El choque entre los reyes y Jehú fue violento. Sin apearse del carro disparó Jehú una flecha contra Joram, atravesándole el corazón. Su cadáver fue arrojado en el campo de Nabot, la inocente víctima de Ajab (
1Re_21:1-29). Ocozías pudo huir por el camino de Bet Hagan, en las cercanías de Engannim, el actual Djenin (
Jos_19:21;
Jos_21:29), pero le persiguió Jehú, hiriéndole al llegar a la subida de Gur, cerca de Jibleam (
Jos_17:11;
Jue_1:27), hoy
tell Belameh, al mediodía de Djenin, arrastrándose hasta Megiddo (
tell él-Musellim), donde murió exangüe. Numerosos príncipes y altos funcionarios de Judá fueron asesinados en Bed Equed, llanura de Beit Qad, cerca de Djenin (
Jue_10:12-14). La misma suerte corrió la familia real.
Al entrar Jehú en Jezrael divisó a la impía Jezabel apoyada en el alféizar de una ventana de palacio. Jezabel alude al reinado efímero de Zimbri (siete días), asesino de Ela (
1Re_16:15-18). Murió Jezabel en un charco de sangre, pisoteada por los caballos de la comitiva de Jehú. Dice el texto que Jehú la pisoteó con sus pies. A su cadáver no se dio sepultura. De ahí las palabras de Jehú de que el cadáver de Jezabel será como estiércol sobre el campo de Jezrael. Según Jeremías (
1Re_8:2;
1Re_9:21;
1Re_6:4;
1Re_25:33), el cadáver sin recibir sepultura es como un estercolero esparcido por el campo. Tuvo el rey compasión de la reina y mandó que la enterrasen, porque, al fin, era hija de rey. Al ir a cumplimentar la orden de Jehú, los comisionados no encontraron más que el cráneo, pies y las palmas de las manos, lo que hizo exclamar a Jehú que el oráculo de Elías habíase cumplido en todos sus pormenores: privación de sepultura, devorado su cadáver por los perros, abandonado sobre el campo y tan desfigurado que nadie podrá decir: Esta es Jezabel (
1Re_21:23).