Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
44. Restauración de Israel. Contra la Idolatría.
Este capítulo es una continuación lógica del tema del anterior, es decir, el cumplimiento de la promesa de la restauración gloriosa de Israel. Aquí desaparece el tono amargo recriminativo contra Israel.
Efusión del espíritu de Yahvé (1-5).
1 Pero ahora escucha, Jacob, mi siervo; Israel, a quien elegí yo. 2 Así habla Yahvé, que te ha hecho, y en el seno materno te formó, y te socorre: No temas, siervo mío, Jacob, y Yeshurum, a quien yo elegí, 3 porque yo derramaré aguas sobre el (suelo) sediento, y arroyos sobre la (tierra) seca, y efundiré mi espíritu sobre tu simiente, y mi bendición sobre tus retoños, 4 y germinarán como la hierba entre agua, como álamos junto a las corrientes de aguas. 5 Este dirá: Yo soy de Yahvé; aquél tomará el nombre de Jacob, y el otro escribirá en su mano: De Yahvé, y será apellidado con el nombre de Israel. El futuro de Israel será deslumbrador, pues Dios hará que surja una multiplicación maravillosa de su posteridad. La providencia de Yahvé se extiende sobre Jacob-Israel desde
el seno materno (v.2), e.d., desde sus primeros años de existencia nacional. Si Dios ha
formado a Israel, no le desamparará y le continuará
socorriendo. A Israel se le aplica el calificativo honorífico de
Yeshurum (v.2), que significa leal, honrado, fiel, recto. Sólo aparece aquí y en
Deu_32:15;
Deu_33:5.26. Parece que el profeta juega con las dos palabras hebreas
Yshrael (Israel) y
Yashirum, relacionando ambas con la idea de
resto l. Habrá una renovación espiritual y moral en los mismos israelitas, ciudadanos de la nueva teocracia,
como efecto de la efusión del espíritu de Dios, que obrará como un rocío vivificador sobre la
simiente o posteridad de Israel.
El resultado bienhechor de este
espíritu y bendición es comparado al de las
aguas (v.4) que riegan los árboles plantados junto a sus corrientes. La situación de los israelitas será tan próspera y privilegiada, que los gentiles se apresurarán a incorporarse al pueblo de Dios (v.5), queriendo llevar su nombre:
Este dirá: Yo soy de Yahvé,.; el otro escribirá en su mano: De Yahvé, y será apellidado con el nombre de Israel. Antes Israel había sido el
oprobio entre los pueblos (cf. 43:27) al ser castigado y humillado por Dios; ahora, en cambio, será exaltado y glorificado entre todas las naciones. La expresión
escribirá en su mano (v.5) alude a la costumbre antigua oriental del esclavo, que marca con fuego en su carne el nombre de su señor. También es posible que aluda a los tatuajes que se hacían como consagrándose a alguna divinidad2. Aquí, pues, se trata del proselitismo entre los no israelitas. Ya desde los tiempos del éxodo habían sido admitidos algunos no hebreos como
agregados al pueblo de Dios, los
prosélitos. Estos serán
apellidados con el nombre de Israel 3.
No hay más Dios que Yahvé (6-8).
6 Así habla Yahvé, el rey de Israel, su redentor, Yahvé de los ejércitos: Yo soy el primero y el último y no hay otro Dios fuera de mí. 7 ¿Quién como yo? Que venga y grite 4, que anuncie y se compare conmigo. ¿Quién desde antiguo hizo oír lo por venir? 5 Que nos anuncien lo que ha de suceder, 8No os atemoricéis, no temáis. ¿No lo anuncié yo antes ya, y lo predije tomándoos por testigos? ¿Acaso hay Dios fuera de mí? No hay Roca, yo no la conozco 6. De nuevo se expresa aquí el desafío a los otros dioses. El conocimiento del futuro es la mejor señal del carácter divino de los seres adorados por los pueblos. Yahvé, que es el
rey de Israel y su
redentor o
goel, e.d., abogado oficial de su pueblo (v.6), declara solemnemente su eternidad:
yo soy el primero y el último: existió antes de todas las criaturas, y si éstas desaparecen, El permanecerá solo. La fórmula quedará estereotipada en la literatura rabínica posterior y será recogida por el autor del Apocalipsis7. Por otra parte, se declara abiertamente el monoteísmo estricto: No
hay otro Dios fuera de mí (cf. 43:10). Los ídolos de los otros pueblos no tienen existencia. Esta idea, que es sustancial en la historia religiosa de Israel, aparece muy destacada en la época profética. El triunfo de los imperios idólatras sobre Israel hacía peligrar la conciencia religiosa de los israelitas. Los profetas declaran taxativamente que este triunfo no es debido al poder de los supuestos dioses de los pueblos conquistadores, sino que ha sido preparado y debido al Dios de Israel,
Yahvé, que así quiere castigar las infidelidades de su pueblo. Si Dios anuncia el futuro, es que es Señor de los acontecimientos históricos, y, por tanto, no deben temer (v.8). Aunque surjan convulsiones políticas, Israel no debe temer de esos nuevos imperios, porque Yahvé es el que promueve y controla estos mismos acontecimientos. Por otra parte, Yahvé es la
Roca de refugio (v.8), y sólo El puede dar protección (cf.
Deu_32:455). Los israelitas, pues, no deben temer de las convulsiones que surjan con motivo de las conquistas de Ciro, pues han sido
predichas por el mismo Dios, lo que quiere decir que entran dentro de sus planes.
Inanidad de los ídolos (9-13).
9 Todos los forjadores de ídolos son nada, y sus favoritos no sirven de nada, y son testigos ellos mismos, no ven nada, no saben nada para vergüenza suya. 10 ¿Quién forja un dios, quién funde un ídolo para no servir de nada? 11 He aquí que todos sus devotos serán confundidos; los que los hacen son hombres. Que se junten, que vengan todos; temblarán cubiertos de vergüenza. 12 Un herrero aguza el cincel, forja en la fragua su obra, hace la imagen a golpe de martillo y la forja con su robusto brazo; incluso tiene hambre y está sin fuerzas; no bebe agua, está desfallecido. 13 Quien trabaja en madera tira la cuerda de medir, lo marca con el lápiz, lo ejecuta con los cinceles, lo marca con el compás. Hace así como una semejanza de hombre, para que habite en una casa. de un hombre bello. Los que fabrican los ídolos son hombres como los demás, y sus
favoritos (v.8),
e.d., sus ídolos, son también vaciedad, y sus adoradores son
testigos de la inutilidad de sus ídolos, como los israelitas lo eran de los beneficios y maravillas de Yahvé (
Deu_43:955); no obstante, en su ceguera y estupidez, no ven que son sólo un objeto de metal o de madera. Por eso sus
devotos, o partidarios idólatras, serán
confundidos (v.11) cuando en la hora crítica vean que no les servirán de nada; son en realidad factura material de
hombres, y ningún hombre puede hacer que una cosa sea dios. El profeta describe irónicamente el origen material del ídolo (v.12). El artífice lo hace cuidadosamente, diseñándolo antes con el lápiz, tomando sus medidas con la
cuerda, y por fin modelándolo, logrando una imagen
de hombre bello, e.d., una estatua acabada en forma humana, para que
habite en una casa (v.12), e.d., un templo o una casa particular en la que se le dé culto doméstico como a los dioses penates familiares.
Materialidad de los ídolos (14-17).
14 Córtanse cedros, se toma un roble o una encina, se deja crecer fuerte entre los árboles del bosque; se planta un pino, que la lluvia hace crecer, 15 y sirven al hombre para el fuego; toma de ellos para calentarse, enciende para cocer el pan. Además hace con ellos dioses, ante los cuales se prosterna; hace estatuas, que adora. 16 Ha quemado el fuego la mitad, sobre sus brasas asa carne, y se sacia comiendo el asado. Caliéntase luego diciendo: ¡Ea! me caliento, veo la lumbre, 17 Con el resto se hace un dios, un ídolo, que adora prosternándose ante él, y a quien suplica diciendo: Sálvame, porque tú eres mi dios. La ironía del profeta no puede ser más sangrienta, pues presenta al detalle el origen del ídolo, desde que es cortado en el bosque hasta que es adorado8. Con la madera del mismo árbol, el idólatra se calienta, así la carne y se levanta una imagen, a la que adora. Con el
resto de la madera que no ha servido para otros usos, forma un ídolo (v.17).
Esta sátira aparece en el libro de la
Sab_13:11-13 9.
Insensatez de los idólatras (18-20).
18 No saben, no entienden, porque están cerrados sus ojos y no ven, están cerrados sus corazones y no entienden. 19 No reflexionan, no tienen conocimiento ni inteligencia para decir: He quemado la mitad al fuego, sobre sus brasas he cocido el pan, he asado la carne y me la he comido; lo que con el resto haga será una abominación; me prosternaré ante un tronco de madera. 20 Se alimenta de ceniza, un corazón engañado le extravía, y no salva su alma, diciéndose: ¿No es mentira lo que tengo en mi diestra? La idolatría sólo se explica, pues, en gentes que no piensan y tienen los ojos
cerrados (v.18). De otro modo es incomprensible su insensatez para el profeta. Pero el idólatra se
apacienta de ceniza (v.20); e.d., el que tiene sus ilusiones y su corazón pegado a cosas fútiles y vanas como la ceniza, se
extravia en su corazón, estando, por tanto, fuera del buen camino:
no salva su alma, e.d., su vida, cuando en circunstancias críticas suplique a lo que considera como dios.
Grandeza de Yahvé (21-23).
21 Ten en la memoria estas cosas, Jacob e Israel, porque tú eres mi siervo; yo te he formado, tú eres mi siervo, Israel; no te olvidaré. 22 Yo he borrado como nube tus culpas, como niebla tus pecados. Vuelve a mí, que yo te he rescatado. 23 Cantad, cielos, porque Yahvé lo ha hecho; resonad, profundidades de la tierra; saltad de júbilo las montañas, cantad todos, árboles de la selva, porque Yahvé ha rescatado a Jacob y en Israel se glorifica. El profeta exhorta a Israel a recordar las cosas (v.21) de Yahvé, probable alusión a los v.6-8: sólo Yahvé es la Roca segura, y ha profetizado los hechos presentes. Israel debe tener en cuenta que es sierro de Yahvé (v.21), lo que supone muchas obligaciones. Por su parte, Yahvé nunca se olvidará de Israel, al que ha borrado sus pecados (v.22), como es borrada la
nube ante el empuje de un fuerte viento. Por ello quiere que corresponda a su generosidad retornando a El:
vuelve a mí (v.22). La penitencia es lo único que exige Dios. El profeta, ante el espectáculo glorioso de la redención de Israel, invita, en apostrofe solemne, a los
cielos y a la tierra a que se sumen a la alegría general de los fieles redimidos (v.23). El rescate de Israel significa la
glorificación entre las naciones, en cuanto que con ello se manifiesta su poder y bondad supremos.
Ciro instrumento de la omnipotencia divina (24-28).
24 Así dice Yahvé, tu redentor, el que en el seno te formó: Yo soy Yahvé, el que lo ha hecho todo, el que solo despliega los cielos y afirma la tierra. ¿Quién conmigo? 25 El que deshace las señales de los embusteros y a los adivinos enloquece; el que obliga a los sabios a retroceder y envuelve en locura su sabiduría, 26 pero mantiene la palabra de sus siervos y cumple los designios de sus mensajeros; el que dice a Jerusalén: Serás habitada, y a las ciudades de Judá: Seréis reedificadas; yo levantaré sus ruinas; 27 aquel que dice al abismo: ¡Sécate! y deseca sus corrientes; 28 el
que dice a Ciro: Tú eres mi pastor, y él hará lo que yo quiera; y dice a Jerusalén: ¡Serás reedificada! y al templo: ¡Serás fundado de nuevo! Con estos versos comienza una nueva sección, en la que se destaca la importancia de la misión de Ciro como instrumento de Yahvé en la liberación de Israel. Estos v.24-28 pueden considerarse como una introducción a la misma.
Yahvé ahora, al dirigirse a Israel, se presenta siempre como
su redentor (v.24) y señor de su historia desde sus mismos orígenes:
el que te formó en el seno. Por otra parte, su omnipotencia se manifiesta en el dominio de la naturaleza: los
cielos y la
tierra son obra exclusiva suya (cf. 40,22), sin que nadie pueda compartir este honor:
¿Quién conmigo? e.d., ¿quién colaboró conmigo en la obra de la creación? Por tanto, sólo El es el dueño de las voluntades de los hombres en la historia, aun de los más tortuosos, como los embusteros (v.25) o adivinos, que pretenden interpretar determinadas
señales que
no son sino manifestaciones de la voluntad divina. Toda su ciencia carece de fundamento, porque en realidad no conocen los designios de Dios en la historia. El profeta parece aludir aquí a las cavilaciones de los adivinos y astrólogos a propósito de las conquistas fulminantes de Ciro en el Asia Menor. Sin duda que los magos asalariados de Babilonia, basados en sus observaciones astrales y en los vuelos de los pájaros, habían anunciado la derrota definitiva del nuevo enemigo del imperio mesopotámico. Pero Yahvé desbaratará todos estos cálculos (v.25). Son éstos los sabios, que tendrán que
retroceder confundidos ante el fracaso de sus interesadas predicciones. Su ciencia, pues, será una verdadera estulticia. En cambio, Yahvé, señor de la historia humana, cumple
la. palabra de sus siervos., y mensajeros (v.26), e.d., las predicciones de sus profetas sobre la reedificación de Jerusalén: serás
habitada (v.26). Para ello, Yahvé eliminará todos los obstáculos que se opongan a la liberación de Israel:
el que dice al abismo: Sécate (v.27), alusión, sin duda, al paso del mar Rojo, cuando lo secó para que pasaran sin dificultad los israelitas. La nueva liberación será tan gloriosa como la del éxodo. Y Dios les protegerá también en la misma medida con sus intervenciones milagrosas10. En realidad es también Yahvé el que suscita a Ciro, diciéndole:
Tú eres mi pastor (v.28), instrumento de su voluntad. El título de
pastor se aplica frecuentemente en la Biblia al rey y, sobre todo, al futuro Mesías 11
. Aquí Ciro es el lugarteniente de Yahvé para gobernar los pueblos, y es el instrumento en la ejecución de sus designios salvadores sobre Israel. En realidad ordenará la reedificación del templo de Jerusalén y la repoblación de esta ciudad:
dice a Jerusalén: Serás reedificada, y al templo: Serás fundado. 1 No es necesario aceptar la opinión de Bacher, según la cual aquí el profeta querría sustituir el nombre peyorativo
Jacob (suplantador, engañador) por otro más honroso de
recto. 2
Véase Skinner, o.c., II 53. Cf.
Lev_19:82;
Eze_9:4;
Gal_6:17;
Rev_7:3;
Rev_13:16. Será apellidado. 3 La palabra hebrea
yequnne, que aparece aquí, ha sido relacionada correctamente con la
kunya de los árabes, e.d., la costumbre de poner un sobrenombre al padre al tener el primer hijo, como título honorífico: Abu
abd Rahman: padre de Abderramán. Cf. skinner, o.c., II 52. 4 Que venga* está sólo en el texto griego, pero completa bien la idea del texto hebreo. 5 Así según una reconstrucción muy verosímil de Duhm, seguida por Condamin, El texto hebreo dice lit. puesto que yo he fundado el pueblo antiguo, e.d., el pueblo hebreo. Así Skinner. 6 Así según el texto hebreo actual. Algunos prefieren hacer una reconstrucción: No hay Roca (refugio) fuera de mí. 7 Cf.
Isa_48:12;
Rev_1:8.17;
Rev_22:13. 8 El orden del v. 14 parece que está trastocado, pues es más lógico empezar por el último estico, en el que se dice que se planta un cedro antes de cortarle. 9 Horacio, en una de sus sátiras, abunda en los mismos términos irónicos, sorprendentemente similares:
Olim truncus eram ficulnus, inutile lignum, cum faber, incertus, scamnum faceretne priapum, maluit esse deum (Sat. 1:8-1ss; cf. Skinner, o.c., II 57). 10 Algunos autores creen que el profeta alude aquí a la supuesta estratagema narrada por Herodoto (I 189-191), puesta en práctica por Ciro para tomar Babilonia, desviando antes el curso del Eufrates, haciendo penetrar los soldados por el lecho del río desecado. Pero los datos que tenemos en los documentos cuneiformes no avalan esta afirmación. Cf. Skinner, o.c., II 62. 11 Cf.
Jer_3:15; Ez 24;
Miq_5:5;
Isa_45:4.