Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
63. El día de la venganza de Yahvé.
Plegaria por la liberación.
La primera parte de este capítulo (1-6) es un oráculo independiente en el que se destaca el triunfo sangriento de Yahvé sobre los enemigos de Israel. La descripción es bellísima y dramática: Yahvé es pintado como un vencedor que viene de Edom con los vestidos teñidos en sangre después de la lucha con los enemigos de Israel.
Yahvé, vengador de su pueblo (1-6).
1 ¿Quién es aquel que avanza de Edom, rojos los vestidos, de Bosra9; aquel tan magnífico en su vestido, avanzando en la plenitud de su fuerza? 10Yo soy el que habla en justicia, el poderoso para salvar. 2¿Cómo está, pues, rojo tu vestido, y tus ropas como las del que pisa en el lagar? 3He pisado en el lagar yo solo, y no había conmigo nadie de las gentes. Los he pisado en mi furor y los he hollado en mi ira, y su jugo ha salpicado mis vestiduras y he manchado todas mis ropas. 4Porque estaba en mi corazón el día de la venganza, y llegaba el año de mis redimidos. 5Miré, y no había quien ayudara; me maravillé de que no hubiera quien (me) apoyase, 6y salvóme mi brazo, y me sostuvo mi furor, y aplasté a los pueblos en mi ira y los embriagué en mi furor, derramando en la tierra su jugo. El profeta, en un transporte de admiración, explica una escena dramática: ve venir de la parte de
Edom a un guerrero con los vestidos teñidos en rojo. ¿Quién será aquel ser misterioso que avanza, altivo, después de vencer a los enemigos de su pueblo? Parece que el profeta construye el cuadro a base de la descripción hecha en el c.34 sobre la venganza de Yahvé contra Edom, al sur de Transjordania. En este capítulo se presenta a Yahvé con caracteres apocalípticos, interviniendo justicieramente sobre Edom: la espada de Yahvé chorrea sangre y está cubierta de grasa., porque hace Yahvé un sacrificio en
Bosra y gran matanza en
Edom, la tierra está borracha en sangre, y su suelo cubierto de grasa. Los torrentes de Edom se convierten en pez, y su polvo en azufre, y será su tierra como pez que arde de día y de noche; nunca se extinguirá, subirá su humo perpetuamente. Será asolada por generaciones y generaciones. Se adueñarán de ella el pelícano y el mochuelo. Echará Yahvé sobre ella las cuerdas de la confusión y el nivel del vacío, y habitarán en ella los sátiros, y todos sus nobles quedarán exterminados. Allí tendrá su morada el fantasma nocturno. Allí hará su nido la serpiente. Y las mismas fuerzas cósmicas multiplicarán este ambiente de desolación. La milicia de los cielos se disuelve, se enrollan los cielos como se enrolla un libro, y todo su ejército caerá como caen las hojas de la vid, como caen las hojas de la higuera. Mi espada se embriagará en los cielos, y va a caer sobre Edom, sobre el pueblo que he destinado al exterminio. En este contexto estremecedor hay que interpretar el oráculo del c.63, y así se hacen perfectamente inteligibles las menciones de
Edom y de
Bosra, siendo ésta la capital del reino de Edom. 12
La elección de
Edom como símbolo de los enemigos de Israel, sobre los que Yahvé va a hacer un juicio, es perfectamente comprensible teniendo en cuenta que los edomitas eran los enemigos tradicionales del pueblo hebreo. 13 Yahvé, pues, es presentado en el día del juicio sobre los pueblos enemigos de Israel como viniendo de
Edom, el enemigo por excelencia. Trae los vestidos teñidos en la sangre de sus enemigos. La frase es fuerte, pero muy conforme a la hipérbole oriental. El color rojo púrpura de la sangre hace que aparezca al profeta
magnifico en su vestido (v.1b), mostrando pleno vigor
en la plenitud de su fuerza de guerrero invencible. Es el héroe tradicional de la antigüedad.
La intervención de Yahvé se basa en los postulados de justicia:
Yo soy el que habla en justicia (v.1c). La venganza punitiva sobre los enemigos de Israel es una exigencia de la equidad y de la rectitud de Dios.
El profeta establece un diálogo con el vencedor. Se siente asombrado del color rojo sangre de sus vestidos:
¿cómo está, pues, rojo tu vestido, como el del que pisa en el lagar? Yahvé contesta al punto: Ha llegado el momento de la ira divina sobre los pueblos, y a El
solo le pertenece el castigar:
He pisado en el lagar yo solo (v.3a). Ha intervenido
personalmente, sin acudir a otros pueblos como auxiliares:
no había conmigo nadie de las gentes (v.3a). En la historia había utilizado como instrumentos de su ira a diversas naciones y personajes, como los asirios y babilónicos; pero ahora la intervención de Yahvé es directa. Ha llegado el juicio sobre los pueblos:
los he hollado en mi ira, y su jugo ha salpicado mis vestiduras (v.3bc).
Había llegado el día determinado para la venganza:
estaba en mi corazón el día de la venganza (v.4). La expresión
en mi corazón es sinónima de determinación de su voluntad. El
día de la venganza es exigido por
el año de mis redimidos, que es el año de gracia del 61:2, la era de la salvación de Israel. Aquí se contrapone el
día de venganza al
año de mis redimidos. Como siempre, la misericordia de Dios triunfa sobre la justicia: Dios castiga, según la Ley, hasta la cuarta generación, pero ejerce su misericordia por miles de generaciones. Los israelitas son los
redimidos de Yahvé, en cuanto que es el valedor y abogado de sus derechos. La palabra hebrea que traducimos por
redimidos tiene ese sentido de
protegidos oficialmente por Yahvé, que es el
go'el, o Redentor de ellos. 14
Antes de intervenir, Yahvé busca una ayuda para realizar sus designios, y no la encuentra:
Miré, y no había quien (
me)
ayudara; me maravillé de que no hubiese quien (
me)
apoyase (v.6). La frase es casi igual a la
Deu_59:16. Yahvé no encuentra auxiliar en su obra de venganza y se maravilla de ello, porque todos estaban contaminados de pecado; entonces se decide a intervenir
solo, con su omnipotencia:
salvóme mi brazo (v.6a). La consecuencia fue el aplastamiento de sus enemigos:
los embriagué en mi furor, haciéndoles beber del cáliz de su ira hasta desbordar,
derramando en la tierra su jugo (v.6c), la sangre vertida a raudales como el jugo del mosto en el lagar. En todas estas imágenes no debemos ver sino la inflexibilidad de la justicia divina. Son comparaciones hiperbólicas de autores orientales, que nunca han de tomarse a la letra. Aquí no se exalta el espíritu de
venganza, sino el de
justicia.
Acción de gracias por los beneficios de Yahvé (7-10).
7 Cantaré las misericordias de Yahvé, las alabanzas de Yahvé, todo lo que ha hecho con nosotros, lleno de bondad para la casa de Israel; lo que ha hecho por nosotros en su misericordia 15 y conforme a la muchedumbre de sus gracias. 8 Dijo: Ciertamente son mi pueblo, son hijos que no engañarán. Y fue su Salvador 9 en todas sus angustias. No fue un mensajero, un ángel16; su faz misma los salvó; en su amor y clemencia, El mismo los rescató, y los soportó y sostuvo todos los días de la antigüedad. 10 Pero ellos se rebelaron y contristaron su santo espíritu, y se les cambió en enemigo y combatió contra ellos. Este fragmento de tipo salmódico es una efusión del alma del profeta en acción de gracias por los beneficios otorgados por Yahvé en los tiempos antiguos (v.7). Al mismo tiempo reconoce los pecados de su pueblo e implora el auxilio divino de nuevo sobre su nación.
Yahvé había tenido esperanza de que Israel fuera fiel (
son mi pueblo, no engañaran, v.8), y por eso se ofreció como
Salvador de él en
todas sus angustias (v.9a), e.d., en todos los momentos críticos de su historia como pueblo. Tuvo tal providencia de su pueblo, que no lo salvó por medio de un
mensajero o ángel (v.8a), sino que le ayudó
personalmente; su faz misma los salvó (v.9b). La expresión
faz de Yahvé equivale en la Biblia a la
persona de Yahvé. 17
Pero
se rebelaron y contristaron su santo espíritu. Aquí el
espíritu de Yahvé
obrando en la historia. Dios es como una energía divina que actúa en la historia de Israel y se manifiesta en su
legislación. Oponerse a ésta es atentar contra su
espíritu o intención. Yahvé había comunicado a los caudillos del Antiguo Testamento su
espíritu para realizar sus intenciones providenciales sobre su pueblo, y algunas veces ese
espíritu se manifestaba carismáticamente en determinadas coyunturas de la historia. Israel no fue dócil a este
espíritu de Yahvé, y de ahí que incurriera en sus iras. Por eso Yahvé se convirtió en
enemigo y combatió contra ellos (v.10), castigándoles y entregándoles a sus enemigos.
El pueblo, arrepentido, suspira por Yahvé (11-14).
11 Entonces su pueblo se acordó de los días antiguos de Moisés 19. ¿Dónde está el que los sacó del mar, el pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso en medio de él su santo espíritu? 12 ¿El que hizo marchar a la diestra de Moisés su brazo glorioso; el que delante de ellos hendió las aguas, haciéndose así un renombre eterno; 13 el que los condujo por los abismos como a caballo por el desierto, sin que tropezaran? 14 Como a la bestia que desciende al valle 20, el espíritu de Yahvé los hizo reposar. Así condujiste tú a tu pueblo para forjarte un renombre glorioso. En medio de las tribulaciones, el pueblo descarriado se
acordó de los antiguos días de Moisés (v.11a), en que se manifestó la protección de Yahvé de un modo palpable sobre sus antepasados. Por eso, al sentirse aislados de Yahvé, y aun teniéndole en contra, por permitir que sus enemigos se apoderaran de su heredad, surgía espontáneamente la pregunta en la boca de todos:
¿Dónde está el que los sacó del mar? ¿Cómo es que Yahvé, que antes se preocupó tanto de Israel, hasta hacer milagros, los tiene ahora abandonados? Por otra parte, ¿no es Yahvé
el pastor de su rebaño? Israel pertenece a Yahvé de un modo especial, y El tiene que preocuparse de guiarle en las horas críticas en que se compromete la existencia del
rebaño. Por la historia sabían la especial providencia que había tenido sobre ellos, infundiendo
espíritu de gobierno a sus jefes; pero ahora,
¿dónde está el que puso en medio de él (
rebaño)
su santo espíritu? (
Deu_1:1b). Ahora parece que ese
santo espíritu de Yahvé, que en otro tiempo gobernaba las vicisitudes de la historia de Israel, se halla alejado. El paso del mar Rojo había quedado como prototipo de la especialísima providencia de Yahvé sobre su pueblo (v.12-13).
Esta idea de seguridad y facilidad parece reflejarse en el v.14, sobre el que han dado diversas lecturas y corrección. Según la traducción adoptada, siguiendo el texto hebreo, la idea parece ser que el
espíritu de Yahvé condujo al pueblo con la facilidad con que se guía una bestia doméstica para dejarla
reposar en los feraces pastos de un
valle o depresión de tierra feraz. Por todas estas providencias tomadas con su pueblo, Yahvé se ha forjado un
renombre glorioso, e.d., objeto de admiración en las generaciones.
Súplica a Yahvé para que se manifieste como Padre de su pueblo (15-19).
15 Mira desde los cielos y ve desde tu morada santa y gloriosa. ¿Dónde está tu celo y tu fortaleza, la emoción de tus entrañas? ¿y tus misericordias hacia mí se han contenido? 16 Porque tú eres nuestro padre, pues Abraham no nos conoce ni Israel nos reconoce, pero tú eres, ¡oh Yahvé! nuestro Padre, y Redentor nuestro es tu nombre desde la eternidad. 17¿Por qué, ¡oh Yahvé! nos dejas errar fuera de tus caminos y endureces nuestro corazón contra tu temor? Vuélvete por amor de tus siervos, de las tribus de tu heredad. 18¿Por qué han ultrajado los impíos tu Santo21, nuestros enemigos han hollado tu santuario? 19Somos desde mucho ha como aquellos sobre los que no dominas, sobre los que no es invocado tu nombre. Después de recordar su providencia en el pasado, el profeta invita a Yahvé a repetir de nuevo sus prodigios con su pueblo. Le pide que contemple desde el cielo,
la morada santa y gloriosa (v.15a), la situación actual de su pueblo abandonado. ¿Es que se ha acabado el
celo y fortaleza que antes había mostrado en favor de su pueblo ? Y, sobre todo, ¿es que se han acabado sus
entrañas y
misericordia? (v.15b). Yahvé siempre fue un Dios misericordioso y compasivo. ¿Es que ahora se ha cerrado a toda compasión con Israel?
En realidad, Yahvé es el único
Padre de Israel (v.16a), que los puede socorrer, pues los grandes antepasados,
Abraham e
Israel (Jacob), no tienen actualmente conocimiento de su situación. No pueden ayudarles en nada. Son sólo un recuerdo (v.16a). Por eso, Yahvé solo puede ser el
Redentor de su pueblo (v.16b), y ése es el nombre que mejor le conviene
desde la eternidad. El profeta pregunta a Yahvé por qué, siendo
Padre de su pueblo y su
Redentor, los deja andar errantes fuera de sus
caminos (v.17) o leyes, permitiendo que se endurezca su corazón, de modo que no obren conforme al
temor de Yahvé. La expresión
endureces nuestro corazón hay que entenderla en el sentido radical con que hablan los semitas, sin distinguir entre voluntad permisiva y positiva, pues en sus modos de hablar prescinden de las causas segundas.
Consecuencia de ese abandono de Yahvé de su pueblo ha sido la profanación por los impíos del Santo de Yahvé (v.18), el templo. Quizá aluda a las profanaciones después de la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor o a alguna incursión de samaritanos en tiempos de la dominación persa, probable época de composición del fragmento.
1 Algunos autores, como Skinner, creen ver en esta frase una alusión a la costumbre gentílica de representar a la divinidad local con la cabeza ceñida por las murallas de la ciudad. El profeta no se atrevería a poner a Jerusalén en la
cabeza de Yahvé como irreverente, y suavizaría la imagen diciendo que la tenía en la
mano. Cf. o.c., II 210. 2 Cf. Os c.1-3. 3 Según la interpretación judaica, esos
centinelas son
ángeles, que constituyen la guardia invisible de la ciudad. En ese caso, el que habla sería el mismo
Yahvé, Para sostener esta opinión se recuerda que en
Dan_4:10.20 se da un nombre análogo para significar ángeles. En
1Re_22:19 se habla del consejo de Dios. Se cita a
Zac_1:12 y a
Eze_29:16; y
Zac_3:1. Cf. Skinner, o.c., II 211. 4 Cf. Isóo.iS;
Zac_61:11. 5 Cf. Nehs.15; 4:9- 6 Cf.
Deu_12:1735;
Deu_14:23. 7 Skinner ve en la palabra
alabaran, en hebreo
hillel, una alusión al canto del
Hillulim, que se preceptuaba en
Lev_19:24;
Jue_9:7. 8 Cf. Is 6a,5ss. 9 Esta es la lectura exacta del texto hebreo, que tiene un sentido claro. Algunos autores han querido conseguir, con un ligero cambio de vocalización, otra lectura muy bella e insinuante: ¿quién es aquel que avanza
enrojecido (Edom: adam), con vestidos más rojos que los de un
lagarero (Bosra: Basir) ? Esta lectura hace más fácil la aplicación del cuadro a Jesucristo, teñido en sangre venciendo a los enemigos con su muerte. 10 En hebreo lit.:
inclinándose en la plenitud de su fuerza; lo que no parece adaptarse al carácter altivo del vencedor. Con un ligero cambio de vocales tenemos la traducción arriba apuntada. 11
Isa_34:4-15- 12 Para la identificación de
Edom y de Bosra véase el comentario a Is 34.6. 13 Cf. Abd iss;
Isa_34:515;
Eze_35:1ss;
Lam_4:21;
Sal_137:1. Los edomitas son los que más se ensañaron con los israelitas vencidos después de la destrucción de Jerusalén por Na-bucodonosor. Esto aumentó el odio tradicional entre ambos pueblos, que, según la Biblia, eran parientes de origen, pues Israel procedía de Jacob, y Edom de Esaú, su hermano. Cuando los israelitas quisieron pasar por Edom camino de Canaán, los edomitas se opusieron tenazmente, y ésta fue la primera causa de la odiosidad. 14 Sobre el
go'el cf.
Job_19:26. 15 Así según la traducción de los LXX. El texto hebreo dice: lo que hizo por
el Dios, que no se adapta bien al contexto. 16 El texto hebreo dice
tribulación en vez de
mensajero, que traducimos nosotros con un ligero cambio de vocalización, siguiendo a muchos críticos. Lo que da un excelente sentido en el contexto. Además, es la lectura de los LXX. 17 Cf.
Exo_23:2033;
Exo_33:143. 19
Moisés y su
pueblo faltan en los LXX. 20 Diversas son las traducciones de este texto, que no ha llegado completo a nosotros. La
Bible de Jérusalem traduce: no tropezaron más que un buey que desciende a la llanura, uniéndolo con lo anterior. Dennefeld y Skinner traducen como hemos puesto arriba en el texto. 21 Así según una reconstrucción muy verosímil, seguida por numerosos exegetas: Con-damin, Marti, Gesenius, etc. El texto hebreo dice literalmente por un poco de tiempo, vuestro pueblo santo ha poseído la tierra. Un cambio de vocalización da la traducción arriba adoptada.