Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Deliberación de las tribus (20:1-11).
lSalieron, pues, los hijos de Israel desde Dan hasta Berseba y la región de Galaad y se reunieron como un solo hombre en Masfa, delante de Yahvé. 2
Los jefes de todo el pueblo y todas las tribus de Israel estuvieron presentes en la asamblea del pueblo de Dios: cuatrocientos mil hombres de a pie, armados. 3
Supieron los de Benjamín que los hijos de Israel habían subido a Masfa. Los hijos de Israel dijeron: Sepamos cómo se ha cometido el crimen. 4
Tomó entonces la palabra el levita marido de la mujer que había sido muerta, y dijo: Yo había entrado en Gueba de Benjamín con mi concubina para pasar allí la noche. 5
Los habitantes de Gueba se levantaron contra mí y rodearon de noche la casa donde estaba, con intención de matarme. Hicieron fuerza a mi concubina, hasta dejarla muerta. 6
La tome y la corté en trozos, que mandé por todo el territorio de la heredad de Israel, porque han cometido un crimen infame en Israel. 7
Todos estáis aquí, hijos de Israel; deliberad y decidid aquí mismo. 8
Y poniéndose el pueblo todo en pie, como un solo hombre, dijeron: No vuelva nadie a sus tiendas ni se vaya nadie a su casa. 9
Lo que hay que hacer con Gueba es ir contra ella a la suerte. 10
Tómense de todas las tribus de Israel diez hombres por cada ciento, ciento por cada mil y mil por cada diez mil, que vayan en busca de víveres para la gente; y cuando estén de vuelta, que sea tratada Gueba de Benjamín conforme a la infamia que ha cometido en Israel. 11
Quedáronse, pues, reunidos en torno a la ciudad todos los hijos de Israel, unidos como un solo hombre.
El levita logró el efecto que deseaba. La asamblea de la comunidad de Israel, representada por los notables de las tribus, ancianos y jefes militares (
Jos_22:12), se reunieron en Masfa (
1Sa_7:5-14;
1Sa_10:17;
2Re_25:23-26), centro religioso y político, donde existía probablemente un santuario, como deja suponer la expresión se reunieron. delante de Yahvé. Para expresar la presencia de representantes de todas las tribus (menos Benjamín), se emplea la frase clásica: de Dan, al norte, hasta Berseba, al mediodía (
1Sa_3:20;
2Sa_17:11), y la región de Galaad, o sea, las tribus transjor-dánicas. La cifra de los allí reunidos, cuatrocientos mil de a pie, es una hipérbole manifiesta. En toda la narración se emplean cifras Y altas (v.17; 21; 25;
2Sa_34:44-45).
Fracasan las negociaciones (2Sa_20:12-13).
12
Habían enviado las tribus de Israel mensajeros a todas las familias de Benjamín, que les dijeran: ¿Qué crimen es este que se ha cometido entre vosotros? 13
Entregad luego a los perversos de Gueba para que les demos muerte y extirpemos el mal de en medio de Israel; pero los benjaminitas no accedieron a la demanda de sus hermanos los hijos de Israel.
Antes de empeñarse en una acción bélica contra Gueba, la comunidad de Israel envió un mensaje a los representantes de Benjamín para que entregaran a los culpables para darles muerte, y borrar así el crimen que pesaba sobre Israel. Pero los benjaminitas se negaron a entregárselos. Aún hoy, entre los nómadas de TransJordania y Arabia, en caso de algún crimen, el
cheikh no tiene derecho a matar al culpable que pertenezca a su clan, porque es su propia sangre, y nada prevalece contra la sangre.
Primeros encuentros (2Sa_20:14-28).
14
Y saliendo de sus ciudades, se reunieron en Gueba para combatir contra los hijos de Israel. 15
Los hijos de Benjamín que, salidos de sus ciudades, se reunieron entonces en Gueba fueron veintiséis mil hombres de guerra, sin contar los habitantes de Gueba. 16
Había, de entre éstos, setecientos hombres escogidos, zurdos, todos capaces de lanzar con la honda una piedra contra un cabello sin errar el blanco.17
El número de los hijos de Israel reunidos, no contando a los de Benjamín, fue de cuatrocientos mil; todos hombres de guerra. 18
Levantáronse, pues, los hijos de Israel y subieron a Betel, y, consultando a Dios, preguntaron: ¿Quién subirá primero a combatir a los hijos de Benjamín? Respondió Yahvé: Judá subirá el primero. 19
Pusiéronse en marcha de mañana los hijos de Israel y acamparon contra Gueba. 20
Avanzaron los hijos de Israel para combatir a los de Benjamín, y se pusieron en orden de batalla contra ellos delante de Gueba. 21
Salieron los hijos de Benjamín de Gueba, y echaron por tierra en aquel día a veintidós mil hombres de Israel. 22
Los hombres de Israel hiciéronse fuertes y presentaron nuevamente batalla en el mismo lugar donde se pusieron el primer día; 23
habían subido antes a llorar ante Yahvé hasta la tarde, y habían consultado, diciendo: ¿Marchamos todavía a combatir a Benjamín, nuestro hermano?; y Yahvé había respondido: Marchad contra él. 24
Acercáronse, pues, los hijos de Israel a los hijos de Benjamín el segundo día; 25
y salieron a su encuentro en Gueba los hijos de Benjamín, y echaron por tierra esta vez a dieciocho mil hombres de los hijos de Israel, todos hombres de guerra. 26
Subió todo el pueblo, todos los hijos de Israel, a Betel; y allí lloraron ante Yahvé, ayunaron aquel día hasta la tarde y ofrecieron holocaustos y hostias pacíficas ante Yahvé. Luego consultaron a Yahvé. 27
Por entonces estaba allí el arca de la alianza de Dios; 28
y Finés, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, servía ante ella. Preguntaron, pues: ¿Marcharé todavía otra vez para combatir a los hijos de Benjamín, mi hermano, o debo desistir? Yahvé respondió: Marcha, que mañana lo pondré en tu mano.
Al ejército israelita opusieron los benjaminitas otro de veintiséis mil (la cifra difiere según las versiones), entre los cuales se encontraban setecientos guerreros elegidos, zurdos (
2Sa_3:15), famosos en el manejo de la honda (
1Cr_12:2). Los dos primeros encuentros fueron desastrosos para las tribus reunidas, las cuales, a pesar de su superioridad numérica, fueron rechazadas con grandes pérdidas. Este desastre les indicaba que los medios materiales nada cuentan si Yahvé no combate con su pueblo. Las derrotas de Israel obedecían a que, por una causa que el autor sagrado no manifiesta, el ejército había contraído alguna impureza, de la cual debía purificarse (Jos c.7). La guerra
es una empresa de Yahvé; de ahí que todos los que quieren
participar en ella deben estar, por así decir,
en estado de consagración. Puesto que
Yahvé es el Señor de la guerra y que está en medio del campo de su pueblo, conviene que
este campo se conserve santo (Vincent). Previamente purificados consultaron a Yahvé, quien prometió entregarles a Benjamín. El v.27 dice textualmente: Y los hijos de Israel consultaron a Yahvé; por aquellos días el arca de la alianza se encontraba allí, es decir, en Betel, lección que debe retenerse. Es cierto que, según los 18:1;
1Sa_1:1-3, el arca de la alianza se hallaba habitualmente en Silo, donde permaneció hasta los tiempos de Helí; pero, dado que el arca se hallaba en manos de Efraím, es muy posible que éste, que jugaba el primer papel en esta conflagración, la hubiera trasladado a Betel. Tenemos otros ejemplos del traslado circunstancial del arca (
1Sa_4:3ss). Los exegetas modernos consideran los v.27b-28a como una glosa introducida posteriormente en el texto original.
Primera derrota de Benjamín (1Sa_20:29-35).
29
Israel puso en torno a Gueba una emboscada; 30
y al tercer día subieron los hijos de Israel contra los hijos de Benjamín, y se ordenaron en batalla ante Gueba, como las otras veces. 31
Los hijos de Benjamín salieron al encuentro del pueblo, dejándose arrastrar lejos de la ciudad·Comenzaron a herir y matar gente en el campo, como las otras veces, en los dos caminos, de los cuales el uno sube a Betel y el otro a Gabaón, unos treinta hombres de Israel. 32
Los hijos de Benjamín se decían: Derrotados ante nosotros como antes. Y los hijos de Israel dijeron: Huyamos y atraigámoslos sobre estos caminos, lejos de la ciudad; y abandonando todos sus posiciones, se pusieron en orden de batalla en Baal Tamar. 33
Los emboscados de Israel, al occidente de Gueba, se echaron fuera de su puesto, 34
y llegaron contra Gueba diez mil hombres escogidos de todo Israel. El combate fue duro, pues los hijos de Benjamín no se dieron cuenta del gran desastre que les amenazaba. 35
Yahvé batió a Benjamín ante Israel, y los hijos de Israel mataron aquel día veinticinco mil cien hombres de Benjamín, hombres de guerra. Los israelitas usaron de una estratagema para apoderarse de Gueba, como antes hizo Josué para expugnar a Hai. Según muchos opositores, el autor sagrado describe la batalla utilizando dos ocurrientes. En el primero, v.29-36a, o, según otros, v.32-35, se fija la atención preferentemente en la acción del grueso del ejército; Centras que en el segundo, v.36b-41 ó 36-46, se describe el éxito de los emboscados. Los israelitas salieron victoriosos
porque Yahvé combatía con ellos: Yahvé batió a Benjamín ante Israel (v.55). Puede
ser que el v.35 sea una glosa anticipada de los v.44-46, lo mismo que 36a del v.41.
La Emboscada Contra Benjamín (1Sa_20:36-41).
36
Viéronse derrotados los hijos de Benjamín, y se dieron cuenta de que Israel había cedido terreno ante ellos porque confiaba en la emboscada que había puesto contra Gueba. 37
Los emboscados se echaron rápidamente sobre la ciudad y, avanzando contra ella, la pasaron a filo de espada. 38
Los hijos de Israel habían convenido con los de la emboscada en una señal, diciendo: Haced subir de la ciudad una gran nube de humo. 39
Al verla los hijos de Israel, simularon la fuga. Los de Benjamín habían ya matado unos treinta hombres y se decían: Helos ahí abatidos ante nosotros, como en la primera batalla. 40
Cuando la nube de humo comenzó a alzarse como una columna sobre la ciudad, volvieron los ojos atrás y vieron que toda la ciudad subía en fuego hacia el cielo. 41
Diéronles entonces la cara los hijos de Israel; y los de Benjamín, aterrados ante el desastre que se les venía encima.
La narración, interrumpida por los v.35-36a, se continúa en esta perícopa, en que se describe la acción de la emboscada. Una vez alejados los benjaminitas de Gueba, las gentes de la emboscada penetraron en la ciudad, la incendiaron y pasaron a sus habitantes a filo de espada. Gueba, por su crimen, fue entregada al anatema.
Exterminio de Benjamín (1Sa_20:42-48).
42
...volvieron las espaldas ante los hijos de Israel y emprendieron la huida, camino del desierto; pero la batalla los apretaba, y los que venían de la ciudad los exterminaron. 43
Cercaron a Benjamín, le persiguieron sin descanso, le aplastaron, hasta el oriente de Gueba. 44
Dieciocho mil nombres cayeron de Benjamín, todos gente valiente. 45
De entre los que huían hacia el desierto, hacia la roca de Rimón, mataron los de Israel por las subidas cinco mil, y siguieron persiguiéndolos hasta acabar con ellos, y mataron otros mil. 46
El número total de los de Benjamín que perecieron aquel día fue de veinticinco mil hombres de guerra, todos valientes. 47
Seiscientos hombres de los que emprendieron la huida hacia el desierto y pudieron llegar a la roca de Rimón permanecieron allí durante cuatro meses. 48
Los hijos de Israel se volvieron sobre Benjamín y pasaron a filo de espada las ciudades, hombres y ganados y todo cuanto hallaron, e incendiaron cuantas ciudades encontraron.
En su huida al desierto, al este de Gueba, los benjaminitas fueron también atacados por los soldados de la ciudad, encontrándose entre dos fuegos. Algunos supervivientes, perseguidos constantemente por los israelitas, torcieron hacia el norte con ánimo
de alcanzar la roca de Rimón, el pueblo actual de
Rammun, a tres kilómetros de Taiyibé (
Ofra),
región poblada todavía hoy de numerosas grutas. Tan sólo unos seiscientos hombres pudieron lograr el objetivo y escapar de este modo de la espantosa matanza. Los israelitas se desparramaron por el territorio de Benjamín, pasando a fijo de espada a hombres, mujeres, niños y ganados, e incendiando las ciudades. Todo Benjamín fue consagrado al anatema, porque todo su territorio se había contaminado con el crimen de los de Gueba hijos de Belial.
Israel fue el instrumento de que se valió Dios para quitar de en medio aquella abominación.