Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Capitulo 13.
E n este capítulo, Mt expone muchas de las parábolas de Jesucristo, cinco de las cuales la cizaña, el fermento, el tesoro escondido, la perla, la red sólo él las expone. Conforme al estilo y estructura de su evangelio, este capítulo también está sistematizado. Jesucristo no inaugura ahora su hablar en parábolas (
Mat_5:13-16;
Mat_6:26-30;
Mat_7:6.13-14;
Mat_8:24-27;
Mat_9:16-17;
Mat_11:16-17, etc.). Aquí, con ellas, se va a exponer
el ministerio del reino término corriente en la apocalíptica judía (
Henoc, IV Esdras, Qumrán) : el por qué no aparece éste al modo del mesianismo ambiental, ni súbitamente. Con este capítulo comienza el tercer gran discurso de Cristo en Mt.
Parábola del sembrador,Mat_13:1-9 (Mar_4:1-9; Luc_8:4-8).
1
Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al mar. 2
Se le acercaron numerosas muchedumbres. El, subiendo a una barca, se sentó, quedando las muchedumbres sobre la playa, 3
y El les dijo muchas cosas en parábolas: Salió un sembrador a sembrar, 4
y de la simiente, parte cayó junto al camino, y, viniendo las aves, la comieron. 5
Otra cayó en sitio pedregoso, donde no había tierra, y luego brotó, porque la tierra era poco profunda; 6
pero, levantándose el sol, la agostó, y, como no tenía raíz, se secó. 7
Otra cayó entre cardos, y los cardos crecieron y la ahogaron. 8
Otra cayó sobre tierra buena y dio fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta. 9
El que tenga oídos, que oiga. Cristo está en Cafarnaúm. Para esta predicación salió de la casa. Debe de ser la suya (
Mat_4:13). La muchedumbre que se le reúne es grande, y utiliza una barca, y, cercano a la orilla, les predica muchas cosas en parábolas (Mt-Mc). En la perspectiva literaria y, en parte, histórica de Mt, éste fue el gran día de las parábolas.
V. 4. La frase cayó junto al camino, probablemente corresponde al arameo
al'urha, que significa en. Probablemente la traducción vertió materialmente por el primer sentido, cuando el lógico es el segundo,1. No junto al camino, sino en él. En aquellas costumbres agrícolas se sembraba primero y luego se araba todo el terreno, incluidos los pequeños caminos de las parcelas.
V.7. Estampa real. Estos cardos palestinos junto al Lago pueden alcanzar en tres meses un metro de altura (Willam). Literalmente ahogan la simiente al desarrollarse.
V.8. Mt-Mc dan el éxito de la que cayó en tierra buena con una triple clasificación, de estilo más oriental, pedagógica y muy convencional.
Los fellahs de Belén estiman normal la cosecha de trigo que rinde el 2 o el 4 por 1 2. En la trapa
deEl-Atroum (Palestina) no sobrepasa el 10 por 1. En un ensayo hecho en Et-Tabigha, junto al Lago, y en una tierra bien preparada, se llegó a producir el 50 por 1 3. Excepcional mente junto a Genesaret se dio el 240 y 250 por 1 4.
V.9. La frase el que tenga oídos, que oiga
(ó ???? ??? ?????? ? ???????) (Mt-Lc), literalmente: el que tenga oídos, oír oiga, es un modismo (
Gen_2:17) para indicar el esmero en oír. Este aforismo no se encontró en la literatura rabínica, aunque aparece usado por el autor del Apocalipsis (
Gen_2:7.11.17.29;
Gen_3:6.13.22). Los rabinos equiparaban los grupos oyentes al oído y esponja, según que les resbalaba lo que oían o se empapaban en ello, y también los comparaban al embudo, filtro y tamiz 5. Pero la frase de Cristo es más bien, un anticipo,
un toque de alerta.
Razón de las parábolas,Gen_13:10-17 (Mar_4:10-12; Luc_8:9-10).
10
Acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas? '' Y les respondió diciendo: A vosotros os ha sido dado conocer los misterios del reino dé los cielos, pero a ésos no. 12
Porque al que tiene, se le dará más y abundará, y al que no tiene, aun aquello que tiene le será quitado. '3
Por esto les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden; 11
y se cumple con ellos la profecía de Isaías: Cierto oiréis y no entenderéis y no conoceréis. 13
Porque se ha endurecido el corazón de este pueblo, y se han hecho duros de oídos, y han cerrado sus ojos, para no ver con sus ojos y no oír con sus oídos, y para no entender con su corazón y convertirse, que yo los curaría. 16
¡Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! 17
Pues en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron. Los tres sinópticos se plantean en este mismo lugar el porqué de las parábolas. El problema parte de los apóstoles: ¿Por qué les hablas (a los otros) en parábolas? No deja de ser chocante el desarrollo de este tema. A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ésos no. ¿Por qué? ¿A qué se debe esta distinta finalidad o efecto?
Lo primero que se nota es que este pasaje está desplazado de su contexto lógico. Pues es aquí cuando se presenta la primera parábola, al menos en su plena forma redaccional. Antes sólo hubo un esbozo de ellas (
Mar_3:23;
Luc_4:23;
Mat_9:15-17;
Mat_7:24-27;
Mat_12:43-45).
La
parábola es, de suyo, un método pedagógico clarificador. Se dice en Me: Y con muchas parábolas como éstas (es decir, toda enseñanza de tipo
mashal) les proponía la Palabra (el Evangelio),
según podían entender, añadiendo con una hipérbole ritmo negativo que no les hablaba sin parábolas (
Mar_4:33). Pero añade que a los discípulos se las explicaba todas aparte (Mc).
Si este método parabólico es pedagógico, el mismo Mc hace la siguiente observación: que todas las cosas les vienen a ser parábolas a los de fuera. Estos, para los rabinos, eran los gentiles o judíos no ortodoxos; aquí son las muchedumbres.
Naturalmente,
la doctrina del Reino era difícil y exigía esmero en recibirla. Como hacen en ocasiones los apóstoles, que le preguntan aparte lo que no entendieron. Y a esto apunta Lc cuando en la exposición de la parábola del sembrador dice: Mirad, pues,
cómo (ðþò),
de que'modo escucháis. (
Luc_8:18). Que es lo que dice Mt en este pasaje: Porque al que tiene, se le dará más y abundará, como a los apóstoles, que al preguntar sobre la enseñanza recibida logran su explicación y más luz; pero al que no tiene, aun aquello que tiene le será quitado, como a las turbas, que, al no pedir nueva explicación ni tener interés por ella (
Jua_6:26), venían a perder el fruto de la primera explicación 6.
Lo que más choca es la justificación que quiere darse a esto con un pasaje de Isaías. En el texto
masorético dice:
Ve y di a ese pueblo:
Oíd y no entendáis,
ved y no conozcáis.
Endurece el corazón de ese pueblo,
tapa sus oídos, cierra sus ojos.
Que no vea con sus ojos,
ni oiga con sus oídos,
ni entienda su corazón,
y no sea curado de nuevo (
Isa_6:9-10) 6.
Presentada así esta redacción, choca a una mentalidad occidental. Parece como si Dios enviase al profeta para perder al pueblo con una ceguera moral, que él causaba por orden de Dios, cuando ha de ser todo lo contrario, ya que la misión del profeta es llevar el pueblo a Yahvé. Ni será improbable que el profeta acentúe este fracaso al escribir su obra después de haber visto con los hechos la actitud de Israel ante su mensaje profético. La versión de este pasaje en los LXX se formula de otra manera, quitando ya estas asperezas. Ya no se ve en la redacción
esta finalidad penal del profeta, sino que se presenta sólo el hecho de que el pueblo lo oye, pero viene a ser como si no lo oyese, y de tal manera obran, que no se convierten, pues de lo contrario yo [Dios] los curaría.
Los evangelistas, al relatar este pasaje, crean la misma dificultad. Mt suaviza la interpretación redaccional de este pasaje: les predica en parábolas, ya que con ello va a suceder (
???)
lo que dijo Isaías. Aquí se reconoce que con esta predicación van a ver y no verán.
Pero en Mc-Lc el problema en su redacción literal se agudiza, pues el hablarles en parábolas tiene
por finalidad (ßíá) que, viendo, no vean. y no se conviertan. Sin embargo, la idea de un juicio de Dios que se cumple bajo la forma de un endurecimiento es familiar al A.T. y al judaismo.
A causa de esta partícula
de finalidad, diversos autores han tomado una doble actitud con relación a la predicación en parábolas. Para unos, Cristo les habla de esta manera por castigo tesis de la justicia,
al no escuchar ni atender debidamente su predicación, Cristo castigaría a las gentes velándoles su doctrina; otros sostienen que el uso de las parábolas, como método pedagógico,
tiene una finalidad docente tesis de la misericordia. Sin embargo, la tesis de la justicia no es admisible, tanto desde el punto de vista
literario como desde el punto de vista de la conducta de Cristo:
sencillamente, su misión salvadora-docente. Cristo, en los evangelios, siempre aparece en su misión salvadora. El Hijo del hombre no vino a perder almas, sino a salvarlas (
Luc_9:56; cf.
Luc_15:3-7;
Mat_18:12-14;
Mat_15:24;
Mar_2:17;
Mar_4:33, etc.).
En primer lugar, estas partículas, de
aparente finalidad, en la
koiné no tienen la fijeza clásica, y pueden significar lo mismo una
consecuencia a seguirse. No se predica
para que no entiendan, sino que predicando
se va a seguir, v.gr., que no oirán, no comprenderán.
Y el pasaje de Isaías, en su contexto, era ir a predicar, que era ilustrar. Pero se seguiría que no se le escuchaba. Y acaso la redacción material esté hecha con matices del poco éxito del profeta. Y valorados además con el concepto semita de causa y efecto, según el cual todo lo que de alguna manera se puede aplicar a Dios v.gr., permitiendo, no oponiéndose positivamente a algo , se lo atribuyen sin más a El. Así, porque el faraón no permitió salir de Egipto a Israel hasta la última plaga, se lo describirá diciendo que
Dios endureció el corazón del faraón, cuando con las plagas buscaba que cediese (
Exo_11:10; cf. 9:2;
Deu_2:30;
Eze_39:7;
Sal_119:2).
Las
parábolas, siendo método pedagógico para ilustrar, venían en ocasiones, indirectamente, a ser motivo de oscuridad por culpa de los oyentes.
Si se plantea aquí este problema con motivo de las parábolas, debe de ser un recurso artificioso para abordar un tema general en la predicación de Cristo: en ocasiones era difícil de comprender (
Jua_14:9)
y exigía esmero que no siempre había en los oyentes (
Jua_6:26). Además,
parábola puede estar por el amplio vocablo
mashal. Piensan algunos si el planteamiento aquí de este problema no sería una preocupación de la Iglesia primitiva, que quería justificar el porqué de no haber pasado al cristianismo un mayor número de judíos, y en concreto de las clases dirigentes.
Pero si a la Iglesia primitiva le preocupaba este problema, Cristo mismo también lo tenía ante sí, como se ve en los evangelios, y también a El le interesaba justificarlo. Muchos son los llamados (al reino), y pocos los escogidos (los que ingresan en él), y otros hechos semejantes (
Mat_22:14;
Mat_8:11-12).
Hay un pasaje de Mc (
Mat_4:33.34) en que parecería una contradicción: en el primer versículo (v.33), la parábola tiene el sentido pedagógico de ilustración; pero en el segundo (v.34), las parábolas se las tiene que explicar a sus propios discípulos.
¿Qué valor puede tener esto? Se indicó ya, en ocasiones, la necesidad del esmero en oír su enseñanza y tratar de profundizarla. Pero también pudiera Mc, en este pasaje doble, indicar que al pueblo se le hablaba según podían entender, y que, aparte, tenía exposiciones a grupos más reducidos, como los apóstoles y otros discípulos, a quienes explicaba el sentido no sólo de las parábolas, sino a los que proponía también temas que exigían una mayor preparación y fidelidad (
Jua_6:59-69; cf.
Mat_13:34.35). Aunque es conocido el procedimiento literario en la literatura desde el siglo I (d.C.) y en las controversias judeo-cristianas, este esquema de exponer, v.gr., un escriba es preguntado con intención polémica por un gentil, se le responde, y, una vez retirado éste, descubre a sus discípulos el sentido profundo de su enseñanza. En algunas parábolas parece haber sido utilizado este esquema, ya que se acusa en ellas el estilo propio de los evangelistas y porque hay alegorizaciones que aparecen como secundarias. Por eso, habrá de verse en cada caso si este procedimiento es histórico o redaccional 7.
Mt inserta a continuación un pasaje que Lc refiere en otra parte.
Ellos ven al Mesías y oyen el mensaje que ansiaron ver los justos y profetas de Israel y todo el Israel histórico. Pero vino a los suyos, y ¡tantos! no lo recibieron (
Jua_1:11).
Acaso en este apartado de los tres sinópticos se quiera incluir toda esta amplia problemática 7.
Estudios recientes (J. Jeremías, C. H. Dodd) han hecho ver que las parábolas han experimentado en ocasiones diversas modificaciones al ser vividas, utilizadas y situadas en la Iglesia primitiva. Esta las adapta, las interpreta y alegoriza en ocasiones por motivos de analogía o en servicio de la parénesis. Algunas observaciones generales son las siguientes:
a) Hay tendencia a transformar auditorios; lo dicho a escribas y fariseos, ahora se dice a discípulos de Cristo, con las adaptaciones convenientes, v.gr., la actitud de ambos con relación al reino.
b) Lo dicho en orden
a la parusía, ahora se etiza; se acusa la necesidad de amoldar la vida diaria en orden a aquélla, y a sus problemas individuales o eclesiales.
c) Parábolas que originariamente fueron dichas por Cristo a los jefes religiosos de Israel, o a enemigos, se las adapta, convenientemente, como dichas a jefes religiosos cristianos, por la facilidad a que se prestaban las imágenes primitivamente usadas, como
siervo, pastor, y para tener, por analogía, indicaciones de Cristo sobre la vigilancia y solicitud pastorales de los jefes religiosos de las comunidades cristianas 7.
Explicación de la parábola del sembrador,Jua_13:18-23 (Mar_4:13-20; Luc_8:11-15).
18
Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador. 19
A quien oye la palabra del reino y no la entiende, viene el Maligno y le arrebata lo que se había sembrado en su corazón; esto es lo sembrado junto al camino. 20
Lo sembrado en terreno pedregoso es el que oye la palabra y, desde luego, la recibe con alegría;21
pero no tiene raíces en sí mismo, sino que es voluble y, en cuanto se levanta una tormenta o persecución a causa de la palabra, al instante se escandaliza. 22
Lo sembrado entre espinas es el que oye la palabra, pero los cuidados del siglo y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y queda sin dar fruto. 23
Lo sembrado en buena tierra es el que oye la palabra y la entiende, y da fruto, uno ciento, otro sesenta, otro treinta. Los tres sinópticos narran a continuación la explicación de la parábola. La alegorización de la parábola no habría inconveniente en atribuirla, fundamentalmente, a Cristo. Es problema análogo a la misma primera parte, donde la parabolización se matiza mucho. Y aquí hay temas que Cristo toca en su vida, v.gr., el joven que deja a Cristo por las riquezas (v.22), etc.
Lagrange, Plummer, etc., admiten como originaria de Cristo esta alegorización de diversas clases de oyentes, aunque en la redacción se utilizase un léxico de la Iglesia primitiva.
Para otros, J. Jeremías, Taylor, la alegorización se debería a la Iglesia primitiva, que adaptaría la parábola fundamental a necesidades concretas de su medio ambiente. Para otros (Bonnard) parábola y explicación serían de Mt, aunque elaboradas sobre el fuerte eco de la de Cristo. La matización tan minuciosa y moralista en el alegorismo de la misma, lo mismo que el lenguaje usado en ella, que no se usa en otros pasajes evangélicos, y sí en los escritos de la Iglesia primitiva, llevaría a esto, sin alterar el fundamento histórico de la parábola primitiva de Cristo.
Para ellos ésta sería la siguiente: así como la semilla llega a la cosecha a pesar de las múltiples dificultades por las que ha de pasar, igualmente el reino llegará a su meta de establecimiento a pesar de las dificultades y contrariedades que se le opongan. Y acaso al exponerla tuviese ya el trasfondo de las dificultades y frustraciones de Nazaret, Corozaín, Betsaida (
Mat_13:53-58, par). La adaptación en este caso haría ver dificultades morales por las que el reino no se establece, mientras que el reino fructifica moralmente en proporción a las condiciones del sujeto.
En efecto, a esto lleva el abundante léxico usado en los tres sinópticos a este propósito; el que se encuentren en este fragmento afirmaciones sobre la Palabra que nada tienen que ver con el resto de la predicación de Jesús, y sí son corrientes en la época apostólica; se desplaza el acento de lo escatológico probablemente originario de la parábola a lo psicológico; y parece confirmar esto la ausencia de esta interpretación en el
Evangelio de Tomás, apócrifo de la primera mitad del siglo ð, que tiene la exposición de la parábola, pero no la explicación. Y parecen percibirse ecos de las grandes persecuciones contra la Iglesia (v.21) bajo Domiciano (a. 81-96). Lo mismo que las seducciones es tema corriente en esta época (
Efe_4:22;
Col_2:8;
2Te_2:10; etc.).
Parábola de la Cizaña,2Te_13:24-30.
24
Les propuso otra parábola, diciendo: Es semejante el reino de los cielos a uno que sembró en su campo semilla buena. 2
S Pero, mientras su gente dormía, vino el enemigo, sembró cizaña entre el trigo y se fue. 26
Cuando creció la hierba y dio fruto, entonces apareció la cizaña. 2
? Acercándose los criados al amo, le dijeron: Señor, ¿no has sembrado semilla buena en tu campo? ¿De dónde viene, pues, que haya cizaña? 28
Y él les contestó: Eso es obra de un enemigo. Dijéronle: ¿Quieres que vayamos y la arranquemos? 29
Y él les dijo: No, no sea que, al querer arrancar la cizaña, arranquéis también el trigo. 30
Dejad que ambos crezcan hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: Tomad primero la cizaña y atadla en haces para quemarla, y el trigo juntarlo para guardarlo en el granero. Propia de Mt. Acaso fue predicada junto al Lago (
Mat_13:36). La forma literaria introductoria: El reino
es semejante a. es la forma más usual de exponer los rabinos sus comparaciones. Es una parábola; sus elementos son ambientales palestinos, aunque hay algunos rasgos algún tanto irreales: los trabajadores que preguntan al dueño, extrañados, por la cizaña que hay en el campo, siendo natural su mezcla con el trigo. Pero se trata de destacar elementos para la alegorización. Esta cizaña es el
lolium temulentum, como ya escribía San Jerónimo, muy difícil de discernirla del trigo hasta echar espiga, por la semejanza que tiene con él 8. Al judaísmo era impensable la coexistencia del bien y del mal máxime prolongados en los días mesiánicos. De ello se hacen eco, verbigracia, los
Salmos de Salomón (
Mat_2:38;
Mat_4:27; etc.; cf.
Isa_60:21). La venida del Mesías sería súbita y terminaría no sólo con los enemigos materiales, sino que haría una purificación total. Expuesto el cuadro, pasa a exponer otras dos parábolas. Algunos autores piensan que esta parábola sea un duplicado de la parábola de la semilla que crece secretamente (
Mar_4:26-29) 9. No parece probable. Es demasiado desemejante su estructura y finalidad. Lo que se ve es el choque con el judaísmo polémico del tiempo de Mtg.
Parábola del grano de mostaza,Mar_13:31-32 (Mar_4:30-32; Luc_13:18-19).
31
Otra parábola les propuso, diciendo: Es semejante el Reino de los cielos a un grano de mostaza que toma uno y lo siembra en su campo; 32
y, con ser la más pequeña de todas las semillas, cuando ha crecido es la más grande de todas las hortalizas y llega a hacerse un árbol, de suerte que las aves del cielo vienen a anidarse en sus ramas. La frase a qué compararemos tal cosa, es fórmula también usual rabínica 10. La mostaza se la echa en el campo (Mt) o en la tierra (Mc); Lc pone en su huerto. Pero esto es adaptación a su público gentil, pues la mostaza estaba prohibido sembrarla en los huertos o jardines, según los judíos.
La frase la más pequeña de todas las semillas es ambiental y término ordinario de comparación de las cosas pequeñas. Se decía: pequeño como un grano de mostaza. 11
En Oriente abundan las diversas clases de mostaza. Esta es la vulgar mostaza (
mustum ardens),
la cual crece rápidamente, puede llegar a tres o cuatro metros y se hace leñosa en su base, posándose en ella los pájaros en bandadas 12.
Los árabes hablan de árboles de mostaza. 13 Por eso se dice en la parábola que se hizo árbol, pues tiene el tallo como de madera (Biever). El verbo usado (÷áôáó÷çíïõí) no significaba propiamente anidar, sino simplemente establecerse, habitar 14. Es además un término técnico
escatológico para la incorporación de los gentiles al pueblo de Dios. El árbol alto era también imagen corriente del poder terreno (Ez c.31; Dan c.4).
Es una parábola, pues sus elementos descriptivos son reales directos. La comparación fundamental es ésta: He aquí la paradoja (doctrinal): de lo mínimo se hará lo máximo. 15 Es la universalidad de la Iglesia. Bien lo ha probado la historia.
No es semita que sea parte esencial de la parábola el fieri de su crecimiento, aunque lo supone. El objetivo directo es hacer ver el
hecho: el Reino de pequeño se hará grande, universal. Incluso en Mc-Lc, que en la narración de esta parábola ponen su crecimiento, parecen ser elementos descriptivos del objetivo directo de la parábola 16. Tampoco se trata de corregir el error político-nacionalista judío de una inauguración súbita y esplendorosa del Reino. El tema no es la
instauración súbita, sino la
extensión del mismo. Ni el elemento de los pájaros parece pueda tener un valor alegórico por los fieles, aunque esta imagen esté en el A.T. (
Dan_4:11.21;
Eze_17:23;
Eze_31:6) y surja espontánea en el lector de la parábola, porque no es el tema directo de la misma 17.
Parábola del fermento,Eze_13:33 (Luc_13:20-21).
33
Otra parábola les dijo: Es semejante el Reino de los cielos al fermento que una mujer escondió en tres medidas de harina hasta que todo fermenta. La escena es de un gran realismo palestino 18. El sato (óÜôïí) es la traducción del arameo
sa'tha' (hebreo,
se oh).
Era medida usual para áridos, como ya testificaba San Jerónimo 19. El
se'ah es la tercera parte del
epha, y éste tenía algo más de 13 litros 20; tres
se'ah de harina eran unos 13 litros.
El tema de la misma es claro: el vigor que tiene el Reino para hacer fermentar a todo el mundo. Es semejante a la anterior, y se pensaría en una forma binaria de exposición o de agrupación literaria.
Varios autores (Jülicher, Loisy) piensan que es otra forma redaccional idéntica a la anterior. Hay diferencia literaria. En la primera se habla del
hecho de la universalidad, lo que supone el vigor para la extensión; en ésta se acusa más directamente el
vigor que tiene para la fermentación, extensión 21.
El motivo histórico por que se pronuncian estas dos parábolas ha podido ser la necesidad de afirmar el Reino que Cristo enseñaba, tan distinto del esperado ambientalmente. Parábolas de respuesta a dudas, especialmente ambientales de polémica judeo-cristiana. Y hasta, acaso,
se destaca frente al brillo triunfal del Reino esperado, que aquí la masa del fermento Reino se escondió.
Reflexión del evangelista,Luc_13:34-35 (Mar_4:33-34).
34
Todas estas cosas dijo Jesús en parábolas a las muchedumbres, y no les hablaba nada sin parábolas, 35
para que se cumpliera el anuncio del profeta, que dice: Abriré en parábolas mi boca, declararé las cosas ocultas desde la creación. La afirmación rotunda que nada hablaba sin parábolas es una hipérbole oriental. Este pasaje está entroncado con el tema anterior de la finalidad de las parábolas. Pero Mt quiere, conforme a su método, justificarlo con algún testimonio profético.
Cita un pasaje del
Sal_78:2. El salmo es de Asaf, y éste era considerado profeta en la Escritura (
2Cr_29:30) y en el uso de los rabinos 22. Acaso aluda al espíritu profético de los Salmos. En qué sentido se utilice este versículo, es discutido. Conforme a la argumentación rabínica, que suponía la Escritura llena de misterios y sentidos ignotos, todo lo que de alguna manera podía relacionarse con un pasaje bíblico se lo consideraba como vinculado. No que Mt estuviese iniciado en estos procedimientos, como lo estaba San Pablo (
1Co_10:1), pero estos procedimientos podían haber trascendido de las explicaciones sinagogales o ser procedentes de o tras fuentes. Otros piensan en un sentido típico: lo que sucedía a Asaf era tipo de lo que sucedería en Cristo. Así San Jerónimo 23, Lagrange 24. Para Maldonado se trata de un sentido acomodado 25. Buzy admite que es también posible haya sido considerado por el evangelista en sentido amplio, como una profecía de los tiempos mesiánicos. 26 Durand, en cambio, escribe: Si el evangelista añade que todo esto tuvo lugar., etc., es para hacer entender que se verificaba de nuevo en Jesús lo que el salmista había escrito de sí mismo, no por una simple coincidencia, sino en función de una analogía de situación que estaba en el plan de Dios. 27
Explicación de la parábola de la cizaña,1Co_13:36-43.
36
Entonces, dejando a la muchedumbre, se vino a casa, y sus discípulos se le acercaron, diciéndole: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. 37
El, respondiendo, dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; 38
el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino; la cizaña son los hijos del Maligno; 39
el enemigo que la siembra es el demonio; la siega es la consumación del mundo; los segadores son los ángeles. 40
A la manera, pues, que se recoge la cizaña y se quema en el fuego, así será a la consumación del mundo. 41
Enviará el Hijo del hombre a sus ángeles y recogerán de su Reino todos los escándalos y a todos los obradores de iniquidad, 42
y los arrojarán en el horno del fuego, donde habrá llanto y crujir de dientes. 43
Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga. La alegorización de la parábola es de gran interés. Se destacan los versículos que tienen un valor especial. Se hace a los discípulos en casa, a petición suya.
V.37. El sembrador es el Hijo del hombre. No es usual ni técnico por Mesías. Tomado de Daniel (
1Co_7:13),
lo utilizará Cristo para hacer su profesión mesiánica ante el Sanedrín v.38a. El campo es el mundo (÷üóìïò). Esta expresión no puede recibir aquí el sentido restringido de Israel, sino que significa todo el mundo 29. Toda la alegorización se desenvuelve teniendo en cuenta
el fin del mundo y el juicio de Dios sobre los seres humanos. Se expresa
la universalidad del reino. V.38c-39. En un versículo se habla del Maligno como sinónimo
del Diablo. En arameo, Maligno como sinónimo de Diablo es desconocido. En arameo, el nombre de Diablo es Satanás. Diablo falta en Mc, y pertenece a un estadio literario posterior evangélico. Los hijos del Maligno o del Mal lo son por cualidad suya.
V.39b. La siega es la consumación del siglo presente (
Mat_24:3;
Mat_28:20;
Heb_9:26) 30.
V.41. En este juicio final (v.39b), los ángeles aparecen como ministros de la justicia divina (
Mat_24:3;
Mat_28:20;
Heb_9:26). Pero es de la máxima importancia doctrinal la afirmación que Cristo mismo enviará
a sus ángeles para su obra de justicia. Se presenta a Cristo como
dueño de los
ángeles. Pero esto en el A.T. es atributo de Dios. Con ello se equipara Cristo a Yahvé, que
mandará a sus ángeles a que guarden los caminos del justo (
Sal_91:11;
Heb_1:7).
Lexicográficamente es extraña la expresión: los
ángeles del Hijo del hombre, expresión que no se encuentra en el í. Ô. más que en Mt (
Heb_16:27;
Heb_24:31). Igualmente la expresión del
Reino del Hijo del hombre, también exclusiva de Mt (
Heb_13:41;
Heb_16:28). El concepto del Reino de Cristo no se encuentra en el estadio primitivo de la tradición evangélica. Supone una mayor penetración
de la naturaleza de Cristo y un estadio algo posterior que suponga esta formulación literaria.
Los ángeles recogerán en esa hora todos los escándalos; son, propiamente, los hombres escandalosos; mejor, los
actos de los hombres en cuanto son ocasión de peligro (
Mat_16:23).
V.42. La expresión griega usada ÷Üìéíïò, lo mismo puede significar camino que horno (
Rev_9:2). Esta es la que aquí conviene (
Dan_3:6). En tiempo de Cristo, el Horno de fuego y la Gehenna vinieron a ser las dos imágenes usuales del infierno 3I. El suplicio que allí les aguarda es expresado con la fórmula amplia, usual y popular estereotipada , del llanto y crujir de dientes (
Mat_8:12;
Mat_13:42.50;
Mat_21:13;
Mat_25:30, etc.). El llanto es metáfora que expresa dolor; rechinar de dientes, furor de la desesperación.
V.43. Los justos, en contraposición, brillarán..
La luz aparece en la Escritura como símbolo de gloria y felicidad. Este pasaje está descrito además con elementos apocalípticos, análogos a otros pasajes (
Dan_12:13;
Sal_3:7; Eclo 50:
Eco_6:7), lo mismo que al IV de Esdras, buena síntesis de los apocalípticos (4
Esd_7:97).
Esta interpretación alegorizada de la parábola, ¿a quién se debe? J. Jeremías ha hecho ver con abundancia de datos lingüísticos y de contenido y a su obra 32 se remite, pues su análisis aquí sería excesivamente amplio que la
interpretación alegórica de esta parábola procede del mismo Mateo. Si el estilo es de Mateo, muchos de estos conceptos pertenecen, algunos fundamentales ya se indicaron, a un estadio teológico posterior al de la hora primitiva e histórica. Y una confirmación de eso se ve en el apócrifo
Evangelio de Tomás, de la primera mitad del siglo II, en el que se expone la parábola, pero no aparece la interpretación.
El tema primitivo de la parábola debió de ser una exhortación a la paciencia a causa de la
coexistencia de la cizaña con el trigo, tomados estos términos en sentido de malos y buenos. La Iglesia primitiva la alegorizó Mateo
en sentido escatológico en función de las necesidades concretas que había contra la Iglesia naciente, parte por las polémicas judeo-cristianas, y parte por la situación de coexistencia de fieles y pecadores; junto con la presencia de herejes. Pero en el trasfondo se percibe la necesidad primitiva de la exhortación a la paciencia 32 hasta
que llegue esta hora judicial de Cristo. La coexistencia de buenos y malos en la Iglesia era preocupación grande, y convenía justificarla. No era el mesianismo el sueño ideal que presentaba el IV libro de Esdras (
Esd_6:27.28) en plena época cristiana y con máxima difusión. Así situada, esta enseñanza aparece con una cierta necesidad 33. El escatologismo encuentra un fuerte rechazo en esta alegoría. El valor doctrinal secundario es grande: se enseña la existencia del cielo e infierno, lo mismo que dos fases terrena y celeste eclesiales 34.
Parábola del tesoro,Esd_13:44.
44
Es semejante el Reino de los cielos a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta y, lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel campo. Estampa realista palestina. No solamente Josefo habla de las gentes que escondían objetos preciosos por temor a la guerra 35, sino el mismo Talmud. Del siglo 3-o leemos quejas curiosas sobre la inutilidad de ocultar tesoros, diciendo que no servía ya de nada, pues había hurones de tierra (que buscaban en tierra tesoros escondidos), perforadores de vigas (que los buscaban en las oquedades del maderamen de las casas), golpeadores de paredes (que descubrían los huecos ocultadores en las paredes con ciertos golpes) 36.
Se narra en la parábola que, descubierto el tesoro, lo oculta, y, en su alegría, va a vender cuanto tiene para comprar el campo con el tesoro. Estos detalles, irreales, son complementos para destacar más la estampa. En la legislación romana estos tesoros, encontrados fortuitamente y de propiedad desconocida, eran del que los descubría 37, pero en la legislación judía eran propiedad del terrateniente. Estas precisiones aquí no cuentan; sólo se trata de destacar la enseñanza fundamental. Por eso, tampoco se considera aquí el aspecto jurídico-moral38.
La enseñanza es clara: así como por un tesoro que se encuentra se vende todo lo que se tiene para adquirir el campo en el que se oculta aquel tesoro, así también para adquirir el Reino se ha de vender y desprender la persona que lo encuentra de todo lo que sea obstáculo para adquirirlo:
ingresar en él. La doctrina, fundamentalmente, se refiere al ingresar por vez primera en el reino 39. Pero su aplicación
etizante a las primeras comunidades cristianas se hacía sola.
Parábola de la perla,Esd_13:45-46.
45
Es también semejante el Reino de los cielos a un mercader que busca perlas preciosas, 46
y, hallando una de gran precio, va, vende todo cuanto tiene y la compra. Como la anterior, es propia de Mt. La escena es la de un mercader técnico en perlas: busca perlas preciosas. La construcción parabólica es irregular. El Reino de los cielos no es semejante al mercader, sino a la perla. Esta, en la antigüedad, era el
summum del precio de todas las cosas. 40 Un día, en su búsqueda, encuentra una excepcional, y vende todo lo que tiene para comprarla.
La enseñanza doctrinal parabólica es clara, como en la anterior: hay que dejar todo lo que sea obstáculo para ingresar en el Reino. Tiene un matiz especial: se busca positivamente lo bueno; pero el reino es lo
mejor. El que en la parábola anterior se encuentre el
tesoro fortuitamente y aquí se encuentre
buscando la perla (que, en el fondo, también la halla fortuitamente), no afecta en nada en la enseñanza formal, que es dejar todo lo que estorbe por ingresar en el Reino 41.
Parábola de la red, 13:47-50.
47
Es también semejante el Reino de los cielos a una red barredera, que se echa en el mar y recoge peces de toda suerte, 48
y, llena, la sacan sobre la playa, y, sentándose, recogen los peces buenos en canastos, y los malos los tiran. 49
Así será a la consumación del siglo: saldrán los ángeles y separarán a los malos de los justos, 50
y los arrojarán al horno de fuego; allí habrá llanto y crujir de dientes. Propia de Mt. La descripción es una escena realista en el lago de Genesaret. Un índice de este realismo es el sentarse para el recuento y clasificación de los peces 42. Se calculan en el lago de Genesaret unas treinta especies distintas de peces; aunque de calidad distinta, todas comestibles. Sólo estaba prohibida una sola variante de la especie
Silúrides: el
dañas macracanthus; los judíos lo consideran legalmente impuro43; en cambio, era sumamente apreciado por los paganos de la región 44.
La comparación parabólica es global: esta separación de malos y justos sucederá también al fin del mundo, destacándose más la obra sobre los malos. La suerte de los buenos está de sobra supuesta en la comparación.
Sobre el horno de fuego y el llanto y crujir de dientes, se remite a la parábola de la cizaña (
Mat_13:42), donde se valoran. E igualmente se acepta aquí lo que allí se dijo sobre el valor y primitivo sentido de la parábola. Modificado y adaptado posteriormente por la Iglesia primitiva, concretamente por Mt, acaso también en orden a preocupación de su Iglesia. A la hora de la Iglesia primitiva, con mezcla de fíeles y herejes y pecadores, se hace ver la perspectiva de la discriminación en el juicio. Mientras, ¡paciencia! 45
1) Conclusión de las parábolas,Mat_13:51-52.
51
¿Habéis entendido todo esto? Respondiéronle: Sí. 52
Y les dijo: Así, todo escriba instruido en la doctrina del Reino de los cielos es como el amo de casa, que de su arca saca lo nuevo y lo añejo. Mt es el único que trae este pasaje. La pregunta debe de dirigirse a los discípulos, que son los que en la perspectiva de Mt están en situación. La palabra de este escriba
instruido en el reino de los cielos es un doctor o discípulo, pues ambas cosas pueden significar la palabra griega ìáèçôåõèåÀò usada. Dalman ha propuesto como substrato judeo-aramaico: Todo escriba que
vino a ser discípulo del reino de los cielos 46, que es también la versión siríaca Peshitta:
mettalmad, hecho discípulo.
Sin embargo, no parece que el texto se refiera a un escriba judío que se haga discípulo del Reino 47, aunque en absoluto no se excluya. Pues Cristo mismo, en Mt, dice que
envía profetas, sabios, y
escribas.
a Israel (
Mat_23:34), y los afrentarán y matarán. El contexto parece indicar que se refiere a los apóstoles, que con la preparación que reciben quedarán habilitados como verdaderos doctores o escribas del Evangelio.
Y para que vean lo que esto significa, les pone una comparación. La expresión tesoro âçóáõñüò) que se usa, se refiere mejor a un arcón donde se guardan las cosas mejores o necesarias al hogar 48, excepto las alimenticias 49.
El hombre rico provisto no sólo guarda en sus arcas las cosas viejas y heredadas, aunque de valor, sino que se surte y repone con las cosas nuevas: se halla perfectamente provisto.
De igual manera, el escriba instruido en el Reino saca del tesoro de la doctrina cosas nuevas y viejas; expresión que no parece estar con valor alegórico, sino para expresar, globalmente, la riqueza doctrinal que posee.
Acaso pudiera verse en su trasfondo una alusión a la armonía que debe haber entre el A.T. y el í. Ô. No es destrucción de la Ley (
Mat_5:17). El espíritu de ésta ha de ser valorado con la portada del í. Ô. Así este escriba tendrá
la riqueza del plan de Dios sobre el Reino.
11) Jesús, en su tierra. Los hermanos de Jesús, 13:53-58 (Mar_6:3; Mar_3:32).
53
Cuando hubo terminado Jesús estas parábolas, se alejó de allí,54
y, viniendo a su tierra, enseñaba en la sinagoga, de manera que, admirados, se decían: ¿De dónde le viene a éste tal sabiduría y tales prodigios? 55
¿No es éste el hijo del carpintero? ¿Su madre no se llama María, y sus hermanos Santiago y José, Simón y Judas? 56
¿Sus hermanas no están todas entre nosotros? ¿De dónde, pues, le viene todo esto? 57
Y se escandalizaban en El. Jesús les dijo: Sólo en su casa y en su patria es menospreciado el profeta. 58
Y no hizo allí muchos milagros por su incredulidad. Después de esta jornada de las parábolas, partiendo de allí, se vino a su tierra, que era aún Nazaret. Cuando llegó el sábado (Mc), se puso a enseñar en la sinagoga. Esto era frecuente en El (
Luc_4:16; cf.
Mar_1:39). La explicación del texto sagrado no era exclusiva de rabinos o escribas. Podía hacerlo una persona distinguida, capacitada, ofreciéndose espontáneamente a ello o siendo invitado por el jefe de la sinagoga 50.
El tema de la enseñanza de Cristo, que no transmiten Mt-Mc, era siempre sorprendente, pues su palabra iba acompañada de autoridad (
Luc_4:31), no como los escribas (
Mar_1:22).
Su doctrina y su autoridad hizo estallar la admiración en sus paisanos. Pero esta admiración era de escándalo (Mt-Mc). No era sólo la clásica mentalidad aldeana estrecha, que no concibe cómo uno de los suyos pueda ser distinto de ellos, máxime con la altura que Jesús les demostraba. Su argumento contra la fama de taumaturgo que ya corría por la región y contra la doctrina y los hechos ¿De dónde le viene a éste la sabiduría y los milagros? era que conocían a sus padres y a sus familiares. Pero este detalle es precisamente la clave de la solución del escándalo de los nazarenos, ya que Juan alude y explica el porqué de esto. Dicen los judíos: ¿Será verdad que (Jesús) es el Mesías? Pero de éste sabemos de dónde viene; mas el Mesías, cuando venga, nadie sabrá de dónde viene (
Jua_7:26-27). En efecto, en la creencia de entonces estaba divulgado que del Mesías nadie sabría su origen 51. Por eso, la gran contradicción que tenían sus paisanos era ésta: la sabiduría y los milagros le acreditaban como Mesías. Era lo que le dirá un día Nicodemo (
Jua_3:2). Pero, conociendo ellos a sus padres el artesano y María y a sus hermanos y hermanas, al enfrentarse ellos con la creencia popular del origen desconocido del Mesías, se escandalizaban de El como Mesías. Un día le dirán sus mismos hermanos, ante esta tremenda duda, que vaya a Jerusalén, sin duda para que la autoridad religiosa vea estas cosas y las juzgue (
Jua_7:3.5).
La respuesta de Cristo, si no es un proverbio (
Jua_4:44), es una observación de evidencia cotidiana, y que los evangelistas, incluso Lc, recogen, aunque citada quoad sensum. Sólo en su pueblo y familia es uno desestimado de los suyos, aunque sea profeta.
Y tal era la actitud de desconfianza de los nazaretanos ante su obra, que El se maravillaba. Cristo sabía todas las cosas por su ciencia sobrenatural. Pero aquí usaba la psicología de su ciencia experimental. Y esta conducta de sus paisanos, que cerraban los ojos a la evidencia, era, en el plan de Dios, obstáculo a que El se prodigase en milagros allí: Hizo pocos milagros por su falta de fe (Mt),
que es confianza en El. Sólo impuso las manos a unos pocos enfermos y los curó (Mc).
El milagro está encuadrado en su poder salvífico. Tanto Mt como Mc recogen aquí, en este escándalo de los paisanos del Señor, lo que decían: que ellos conocían a los familiares del mismo. Pues Mt sólo transmite el dicho de las gentes: que era hijo del artesano (ôÝ÷ôùí). Y Mc recoge que a El mismo le hacían del mismo oficio: ¿No es éste el artesano (ó ôÝ÷ôùí)? El término griego usado no corresponde específicamente a carpintero, sino a artesano, a obrero, aunque más frecuentemente se diga del que es carpintero 52. El que se considere por los nazaretanos como hijo del artesano, ignorantes ellos de la concepción virginal de Jesús, no significa sino que hablan de El como lo que legalmente aparecía 53. Por otra parte, de esta afirmación nada se deduce sobre si vivía ya o había muerto San José. Pero después de citar a María, su madre, habla de sus hermanos. Esto plantea el problema, ya célebre, de los hermanos de Jesús.
Que María no tuvo más hijos después de Cristo, que es el primogénito (
Luc_2:7), no solamente es dogma de fe la perpetua virginidad de María , sino que también es bíblicamente manifiesto. Ya es indicio de ello la escena que relata Lc. Cuando Jesús tenía doce años, suben al templo, según costumbre, con el Niño. El cumplimiento estricto de la Ley el
bar miswah (hijo del precepto o de la Ley) comenzaba para los varones a los trece años cumplidos 53. Pero los judíos acostumbraban ya a llevar a sus hijos antes al templo, lo mismo que a otras prácticas, para acostumbrarlos. Esto sugiere que, si Jesús a los doce años, antes de la obligación usual, es llevado por sus padres, según costumbre iban cada año , es que no tenía más hermanos, pues María debería haber quedado al cuidado de ellos, ya que habían de ser pequeños, y la mujer no estaba obligada a subir a Jerusalén.
Otra indicación bíblica de esta perpetua virginidad de María es la escena del Calvario. Cristo, moribundo, encomienda a María a San Juan, quien desde entonces la recibió en su casa (
Jua_19:26.27). Pero, si María hubiese tenido más hijos esto supone también la muerte de San José , Jesús no tenía por qué encomendar a nadie su cuidado temporal, pues por derecho correspondía a sus propios hijos. Máxime cuando bastantes años después vivía en Jerusalén Jacobo
el hermano del Señor (
Gal_1:19).
No deja de ser notable que, siempre que se habla de estos hermanos del Señor, jamás se diga que son hijos de María. Tampoco choca ver la conducta de estos hermanos que se portan como hermanos mayores de Cristo, pues le daban consejos (
Jua_7:3) y querían reducirle a casa, pues les extrañaba su modo de conducirse (
Mar_3:21). Pero estos pequeños detalles son igualmente de interés a este propósito. Ya que esto, en las costumbres de Oriente, sólo era permitido a los hermanos
mayores, pero no viceversa 54. Pero Cristo era el primogénito. También a esto puede añadirse que, según el relato de la anunciación, María, entonces desposada, o, según otros, ya casada, tiene hecho un propósito de perpetua virginidad en el matrimonio (
Luc_1:34). Pero ¿habría de ser motivo para quebrantar este propósito el haber sido hecha madre del Mesías y Madre de Dios? ¿No es éste un motivo más para mantener su voto? 55
La razón fundamental de hablar de estos hermanos y hermanas de Cristo, que no son sino parientes y familiares, es que ni en hebreo ni en arameo hay una palabra que exprese específicamente estos grados de parentesco; éste ha de expresarse por un circunloquio o suponerse por otro capítulo 56. Ejemplos de esto aparecen numerosos en la Biblia (
Exo_2:11;
Lev_10:4;
1Cr_23:21-22;
2Cr_36:4; cf.
2Re_24:17;
Jer_37:1;
2Sa_2:26, etc.). Así, Abraham dice que él y Lot son hermanos (
'ahím)
(
Gen_29:15), cuando es el mismo libro el que dice que Lot era
sobrino de Abraham, hijo de una hermana (
Gen_29:13;
Gen_28:2;
Tob_8:7).
Pero no sólo estas razones hacen ver que no se trata de hijos de María, sino que el mismo Evangelio da los nombres de la madre de estos hermanos de Jesús. Estos hermanos de Jesús son los siguientes: Santiago y José, Simón y Judas (
Mat_13:55;
Mar_6:3). De las hermanas no se dan nombres. Pues bien, son los mismos evangelistas que dan estos nombres de los hermanos de Jesús los que dan el nombre de la madre de ellos. Al hablar de las personas asistentes en el Calvario a la crucifixión de Cristo, donde estaba presente María la madre de Jesús (
Jua_19:25), Mt cita a María la madre de Santiago y José (
Mat_27:56) y Mc cita igualmente a María la madre de Santiago el Menor y de José (
Mar_15:40). Luego ni por realidad histórica ni por la perspectiva de los evangelistas, esta expresión de hermanos de Jesús se puede referir a hijos de María, sino a familiares o parientes.
La identificación del otro grupo, Judas y Simón, es más difícil de precisar por no darse específicamente el nombre de su madre en los evangelios. Según el historiador Hegesipo, este Simón que se cita como hermano del Señor es hijo de María (mujer) de Cleofás (
Jua_19:25) 57. Sobre la identificación de Judas que cita con Simeón, es cuestión debatida.
Pero la conclusión que se desprende de lo expuesto es que, en la perspectiva real y literaria de los evangelistas, estos hermanos del Señor no son presentados como hermanos de sangre, sino como parientes o familiares más o menos próximos. Y, por tanto, que no es su intento suponer que María no fuese perpetuamente virgen 58. Lo mismo ha de decirse de las hermanas que se citan.
Se objeta a esto que, efectivamente, en hebreo y arameo la palabra hermano
'ah tiene un sentido más amplio que en griego. Los LXX que traducen hermano por su estricto áäåëöüò, hacen ver esto (cf.
Gen_13:8;
Gen_14:14.16;
Gen_29:4.15): que se traduce hermano
por sobrino. Pero se añade: los textos de Pablo, los Hechos y Juan, ¿hablarían tan simplemente de hermanos de Jesús, en griego, dirigiéndose a oyentes de lengua griega, si esta palabra no hubiese de recibir su sentido griego universalmente admitido? Pero la objeción se explica.
En primer lugar, se ve que el griego no es el texto
original de Mt, lo mismo que las fuentes en otros evangelistas , y que la traducción griega vierte el término, como es lógico incluso sin pensar en la perpetua virginidad de María , de una manera
material. Además, el mismo evangelio y los otros dan los nombres de sus
madres. ¿Podrían dar lugar a equívocos en los lectores, cuando en el mismo evangelio como en los otros se dan los nombres de
sus madres, como se dijo?
Además, ¿no se traduce en la epístola a los Romanos (
Gen_9:12),
materialmente, una frase del A.T. en esta forma? Pues para decir que Dios
elige a Jacob en lugar de Esaú, que era el primogénito, para seguir la línea patriarcal, se pone que Dios
eligió a Jacob y
odió (heb. =
sane'ti; griego = åìé'óçóá) a Esaú. Pero esto no es más que la traducción
material griega del
original hebreo del A.T. ¿Un lector greco-romano tendría que entender que Dios odió verdaderamente a Esaú, cuando sólo significa que tuvo más amor a Jacob?
1 Para la descripción de esta vida palestina, cf. F. M. Willam, Das Lebenjesu im Laude und Volke Israel, vers. esp. (1940) p.243-244/ 2 Vosté, Parabolae (1933) I p.188. 3 Biever, Conferences de St. Etienne (1911) p.275. 4 J. Sonnen, en Bíblica (1927) 8ss; Holzmeister, en VD (1940) p.219-223. 5 Strack-B., Kommentar. I p.7. 6 L. cerfaux, La connaissance des sécrets du Royanme d'aprts
Mat_13:11 : New Test. Stud. (1955) 238-249; Rec. L. Cerfaux (1963) p.123-138. 6 Sagrada Biblia Nácar-Colunga: Bac n.L; Bertram, Theol. Wórt, ? . ? . art. épfíov, II,
Mat_637:28ss. 7 D. Daube, Public Pronouncement and Prívate Explanation in the Gospels: Expositor Times (1945-46) p.175-177; j Sanh. l,19b; Pesiq. 40ab; b.Hul. 27b; Lev. r.4 sobre 4,ls; j Ber. 9:12d-13a; J. Jeremías, Die Gleichnisse Jesu, vers. esp. (1970) p.120-123. 7 Skrinjar, Le but des parábales sur le Rtgne et l'e'conomie des turnares divines d'apres fécriture S.: Bíblica (1930) p.291-321.426-449; M. Dldier, Les parábales du semeur et de la sémence qui crolt d'elle-meme: R. D. Namur (1960), 185-196; C. H. Dodd, The Parables o/the Kingdom (1961); J. Jeremías, Die Gleichnisse Jesu (1962); T. X. Mullins, Parables as Literary Forras in the N.T.: The Luther Quarterly (1960) 235-241; Hugh Martin, The Parables of the Cospel (1962); H. Sokger, Jesús' Use of Parables Mt 13¿ R. Expos. (1962) p.82-89.149-158. 7 J. Jeremías, Die Gleichnisse Jesu (1970); C. H. Dodd, Las parábolas del Reino (1974). 8 Vosté, Parabolae I p.177-206; Bvz,évangile s. St. Matthieu (1946) p.167-174; Lagrange, évangile s. St. Matth. (1927) p.255-266; Buzy, Parábales (1932) p.3-41; J. Jeremías, Die Glekhnisse Jesu (1962), vers. esp. (1970) p.95-98. 8 Wlllam,Z)o$
Lebenjesu, vers. esp. (1940) p.248; San Jerónimo:
Mal_26:94; Biever,
Conférences de St. étienne (1910-1911) t.2 p.279. 9 C. W. F. Smith, The Jesús of the Pambles (1948) 86-88. 10 Strack-B., Kommentar. II p.7ss. 11 Strack-B., Kommentar. I p.669. 12 D. Biever, Conférences de Saint-Etienne (1910-1911) t.2 p.281. 13 Willam, Das Leben Jesu, vers. esp. (1940) p.250. 14 Zorell, Lexicón graecum N.T. (1931) col.684; JEREMíAS, o.c., p.181. 15 Vosté,
Parabolae (1933) p.229. 16 Lagrange,
évangile s. St. Matth- (1927) p.270. 17 Vosté.
Parabolae. í1933) I p.221-236; Lagrange,
évangile s. St. Matth. (1927) p.269-270;'Etmg¿/¿
s. St. Marc (1929)
p.llS-;'évangile s. St. Lúe (1927) p.385-286; Buzy,
évangile s. St. Matth. (1926) p.176-178;
Paraboles (1932) p.52-68; Jeremías,
Die Gleichnisse Jesu, vers. esp. (1970) p.180-184; Bonsirven,
Le regne de Dieu (1957) p.207. 18 Willam,
Das Leben Jesu, vers. esp. (1940) p.250-251. 19 Comm. in evang. Matth. h.l.:
Mal_26:958. 20 Strack-B.,
Kommeníar. I p.670; Barrois,
La me'trologie dans la Bible: Rev. Bib. (1931) 242. 21 Vosté,
Parabolae. (1933) I p.237-248; Lagrange,
évang. s. St. Matth. (1927) p.270;
évangile s. St. Lúe (1927) p.386-387; Buzy/
évang. s. St. Matth. (1946) p. 178-180;
Paraboles. (1932) p.69-79; Fonck, en VD (1933) 341-346; M. Dldier,
Les parábales du grain de se"neve et du levain (Mat_13:31ss par.): R. D. Namur (1961) p.385-394; O. Kuss,
Zum Sinngehalt des Doppelgleichnisses von Senfkarn und Sauerteig: Bib. (1959) 641-653; J. Jeremías., o.c., p.180-184. 22 Strack-B.,
Kommentar. I p.670. 23
Mal_26:93. 24
évangile s. St. Matth. (1927) p.272. 25
Com. al evang. de S. Mat. (1950), vers. esp. (BAC) p.507. 26 Buzy,
Evang. s. St. Matth. (1946) p.180. 27 Durand,
St. Matth. (1924) p.263; para la relación Mt-Mc, cf. Bonnard, o.c., p.203. 28 Lagrange, Rev. Bib. (1908) 280-285. 29 Wilke-Grim,
Lexicón graeco-latmum in libros ? .? . (ed.4.a) p.249, h.v. n.7; Zorell,
Lexicón graecum N.T. (1931) col.730 5a. 30 Strack-B.,
Kommentar. I p.67l. 31 Strack-B.,
Kommentar. I p.673. 32 J. Jeremías,
Die Glekhnisse'jesu, vers. esp. (1970) p.99-105. 32 ^£s bien piensan en sentido contrario sobre este último punto R. Bult-Mann,Z)¿?
Geschichte der synoptischen Tradition (1958) p.203, yj. Jeremías, o.c., vers. esp. p.100. 33 Lagrange,
Le Messianisme. 148-157. 34 Vosté,
Parabolae. (1933) I p.275-290; Lagraxge,
évangile s. St. Matth. (1927) p.272-276; L. Fonck,
Parábola zizaniorum agri: VD (1926) 327-334; Buzy,
évang. s. St. Matth. (1946) p.181-184;
Parábales (1932) p.425-251; M. De Goedt,
L'explication de la parábale de l'ivrai (
Mat_13:36-43):
Rev. Bibl. (1959) 32-54; J. Mous-Son,
ExpUcatur parábola de zizania Mt 13: Collect. Mechl. (1959) 171-175. 35 FL. Josefo,
De bello iudaico VII 5:2. 36
Wlllam,DasLebenJesu. vers. esp. (1940) p.252; Strack-B.,
Kommentar. I p.674. 37
Digest. 1.41 tít.l ad c.31. 38 Vosté,
Parabolae I p.251. 39 Vosté,
Parabolae I p.249-258; Lagrange,
évang. s. St. Matth. (1927) p.276-277; BUZY,
évang. s. St. Matth. (1946) p.184-185;
Parábales. (1932) p.80-88; H. Faccio,
De thesauro abscondito: VD (1950) 237-242; J. Dauvillier,
La parabole du tre'sor (Mat_13:44) et les droits orientaux: Rev. Intern. des Droits de l'Antiq. (1957) 107-115; J. D. M. Derret,
Law in the N.T.: The Treausure in the Field (
Mat_13:44): Z. N. W. (1963) 31-42; M. Dldier,
Les parábales du tresor et de la perle (Mt 13-45ss): R. D. Namur (1962) 296-302. 40 Plinio,
Hist. Nat. 1. 41 Vosté,
Parabolae I p.259-268; Lagrange,
évang. s. St. Matth. (1927) p.276-278; Buzy,
évang. s. St. Matth. (1946) p. 185-186;
Les Parábales (1932) p.89-94; O. glombitza,
Der Perlenkaufmann
: New Test. Stud. (1960) 153-161. 42 Buzy,
évang. s. St. Matth. (1947) p.187. 43 Josefo,
De bello iud. III 10,8. 44 Dom Biever,
Conférences. p.293-300. 45 Sobre el valor de estos elementos, cf.
Comentaño a la parábola de la cizaña, Mat_13:42. Vosté,
Parabolae I p.291-302; Lagrange,
évang. s. St. Matth. (1927) p.278-280; Buzy,
évang. s. St. Matth. (1946) p. 186-188;
Les paraboles (1946) p.452-460; Renié,
Elegerunt bonos in vasa: Rev. Se. Rehg. (1948) 271ss; Bartina, en Est. Bíb. (1960) 215-227. 46 Dalman,
Das Worte Jesu p.87. 47 J. Hoch,
Der chnstliche grammateas (
Mat_13:52): Biblische Zeitschrift (1926) p.256-269. 48 Zorell,
Lexicón col.592. 49 Willam,
Das Leben Jesu, vers. esp. (1940) p.253. 50 Felten,
Storia dei tempi del í. Ô. (1932) II p. 114-115. Sobre el problema de esta estancia de Cristo en Nazaret, cf.
Comentano a Luc_4:16-30. 51
Lagrange,
Lc Messianisme. p.221-222; Strack-B.,
Kommentar. II p.488. 52 Zorell,
Lexicón graecum N.T. (1931) col.1307-1308. 53 C. S. C. Williams, Aterations to the Text of the Synoptk Gospels and Acts (1951). 53 Misha:
Nidda 5:6;
Aboth 5:21. 54 Ceuppens,
Theologia Bíblica (1948) IV p.201. 55 Sobre las objeciones de esto, tomadas de Mateo (1:25): No la
conocía hasta que dio a luz., y Lucas (2:7) cuando se dice que dio a luz a su hijo primogénito, véanse las exposiciones en el lugar correspondiente del
Comentario. 56 Gesenius-Buhl, Hebraisches und aramaisches Handwórterbuch über das A.T. (1921) p.22 voz 'oh. 57 Eusebio DE C.,
Hist. Eccl III 2:32. 58 Durand,
Les frtres du Seigmur, en Dict. Apol. II p. 131-138; S. Grzybek,
Habuitne Christusfmires?: RuBi (1958) 231-238; J. Blixzler,Zuw
Problem der Brüder des Hern: Trierer Theolog. Zeitsch. (1958) p.129-145.224-246.