I Crónicas 18, 1-13

Después de esto, David derrotó a los filisteos y los sometió, despojándolos de Gat y sus poblados. También derrotó a los moabitas, y estos pasaron a ser vasallos de David, sometidos a tributo. David derrotó a Hadadézer, rey de Sobá, cuando este iba establecer su dominio sobre el río Eufrates. Capturó mil carros, siete mil soldados de caballería y veinte mil hombres de a pie, y mutiló todos los caballos de los carros de guerra, reservándose sólo cien. Los arameos de Damasco acudieron en auxilio de Hadadézer, pero David derrotó a veintidós mil de esos arameos. Luego puso gobernadores en Aram de Damasco, y los arameos pasaron a ser vasallos de David, sometidos a tributo. El Señor daba la victoria a David en todas sus campañas. David se apoderó de los escudos de oro que llevaban los oficiales de Hadadézer, y se los llevó a Jerusalén. De Tibjat y de Cun, ciudades de Hadadézer, David trajo una enorme cantidad de bronce, con el que Salomón hizo el Mar de bronce, las columnas y los utensilios de bronce. Cuando Tou, rey de Jamat, oyó que David había derrotado a todo el ejército de Hadadézer, rey de Sobá, le envió a su hijo Hadoram para saludarlo y felicitarlo por haber hecho la guerra y derrotado a Hadadézer, ya que este era su rival. Además, le envió toda clase de objetos de plata, oro y bronce, y David consagró también esos objetos, como lo había hecho con la plata y el oro que había traído de todas las naciones: de Edom, de Moab, de los amonitas, de los filisteos y de Amalec. Abisai, hijo de Seruiá, derrotó a dieciocho mil edomitas en el valle de la Sal. Luego puso gobernadores en Edom y todos los edomitas pasaron a ser vasallos de David. El Señor daba la victoria a David en todas sus campañas.
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