Los correos partieron apresuradamente, según la orden del rey. El edicto se publicó en Susa, en la ciudadela; y mientras el rey y Aman bebían, estaba la ciudad de Susa consternada." (Ester 3, 15) © Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944)
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;;
Mardoqueo y Aman en conflicto (3:1-6).
1Después de esto, el rey Asuero elevó al poder a Aman, hijo de Hamedata, agagita, ensalzándole y poniendo su silla sobre la de todos los príncipes que estaban con él. 2 Todos los servidores del rey que estaban a la puerta del palacio doblaban ante Aman la rodilla y se prosternaban ante él, pues tal era la orden del rey; pero Mardoqueo no doblaba sus rodillas ni se prosternaba, 3 y los servidores del rey que estaban a la puerta dijeron a Mardoqueo: ¿Por qué traspasas la orden del rey? 4 Y como se lo repitiesen todos los días y él no les hiciese caso, se lo comunicaron a Aman, para ver si Mardoqueo persistía en su resolución, pues les había dicho que era judío. 5 Viendo Aman que Mardoqueo no doblaba la rodilla y no se prosternaba ante él, se llenó de furor; 6 pero, teniendo en poco poner su mano sobre Mardoqueo solamente, pues ya le habían dicho a qué pueblo pertenecía, quiso destruir al pueblo de Mardoqueo, a todos los judíos que habitaban en el reino de Asuero.
Con la noticia de la elevación de Ester al rango de reina se explica la alegría de los judíos y su pretensión de medir sus fuerzas y aun vencer a sus enemigos. él final del capítulo anterior hacía presentir que el rey, agradecido a Mardoqueo por haberle salvado la vida, le recompensaría pródigamente. Pero, en vez de la exaltación del judío Mardoqueo, habla el texto de la elevación de Aman, enemigo encarnizado del pueblo judío. De este hecho insólito arrancan las raíces del conflicto. El honor y la religión inducían a Mardoqueo a negar a su enemigo los honores que exigía. Aman quiere castigar la insolencia de Mardoqueo con el exterminio de todos los judíos residentes en Persia. Aman, descendiente de la familia Hamedata, extraño a la sangre de los persas (12:10), es llamado el agagita (haagagi: 3:10; 8:3.5; 9:24), mientras que Mardoqueo es conocido por el judío (hayyehudi: 2:5; 5:13; 6:10; 8:7; 9:29-31; 10:3). Estos dos personajes, el agagita y el judío, representan dos mundos religiosa y políticamente antagónicos, que se odian y persiguen hasta que el más fuerte, según la apreciación de los hombres, cae víctima del odiado judío. El agagita recuerda el rey Agag (Num_24:7; 1Sa_15:9).
La actitud de Mardoqueo, al negarse a rendir a Aman las muestras exteriores de respeto que le correspondían por su dignidad, se explica únicamente por un acto de orgullo de raza. ¿Cómo él, el judío, podía doblar la rodilla y postrarse ante un pagano enemigo declarado de su pueblo? El ceremonial persa exigía, según Heródoto (1Sa_7:134) Que los subditos doblaran la rodilla y se postraran delante del rey. A este ceremonial se acomodaba Mardoqueo todas cuantas veces se acercaba al monarca; pero rompe con él al tratarse de Aman, aunque lo hubiera mandado Asuero. Cuenta Heródoto (1Sa_7:136) que los embajadores de Esparta, Espertíes y Bulis, se negaron, por motivos de dignidad, a rendir al rey Jerjes tales muestras de respeto. A los servidores del rey les manifestó Mardoqueo que su condición de judío no le permitía tales reverencias (1Sa_3:4). Sin embargo, los judíos se postraban ante los reyes (1Sa_24:9; 1Re_1:23; 1Re_2:19; 2Re_4:37) y otros superiores (Gen_23:7; Gen_27:29; Gen_27:333)· El texto griego (Gen_13:12-14) atribuye la actitud de Mardoqueo al hecho de que Aman reclamaba para sí honores divinos. Según algunos autores (Vaccari, Stummer), cuando los dos verbos doblar la rodilla y postrarse van unidos (2Cr_7:3; 2Cr_22:29; Sal_22:30; Sal_95:6), denotan un acto de adoración a Dios. De Ester (Sal_8:3) se dice que, al presentarse ante el rey, se echó a los pies de Asuero. Otros exegetas explican que Mardoqueo se negó a rendir homenaje a Aman por tratarse de un amalecita, pueblo odiado por Israel; opinión esta que concuerda con el espíritu del libro, pero que no está respaldada por los hechos históricos. Considerada la índole del libro, creemos que Mardoqueo negóse a doblar su rodilla y postrarse ante un enemigo de su pueblo por motivos políticos y religiosos, arrostrando valientemente todas las consecuencias desagradables que pudieran surgir de semejante acto de insubordinación.
Fecha memorable (Sal_3:7).
7El mes primero, que es el mes de Nisán, en el duodécimo año del rey Asuero, se echó el pur, es decir, la suerte, ante Aman, de día en día y de mes en mes, hasta que salió el mes duodécimo, que es el mes de Adar.
Aman ha decidido destruir al pueblo judío. Sólo le faltaba determinar el día y el mes. Nos hallamos en el año 12 del reinado de Asuero (474 a.C.), cinco años después de la exaltación de Ester (Sal_2:16). Es muy probable que ignorase Aman la ascendencia judía de la reina Ester. Bajo la mirada de los dioses, como dice Luciano, echó Aman el pur, palabra extranjera, acaso acádica: puru = suerte; o persa: para = pedazo, fragmento, que, según el autor hebraico, corresponde a goral 1. Es probable que la palabra pur sea una glosa introducida con el fin de señalar anticipadamente la etimología de la fiesta de Purim (Sal_9:24-26).
Aman delibera con Asuero (Sal_3:8-11).
8 Dijo entonces Aman al rey: Hay en todas las provincias de tu reino un pueblo, disperso y separado de todos los otros pueblos, que tiene leyes diferentes de las de todos los otros y no guarda las leyes del rey. No conviene a los intereses del rey dejarlos en paz. 9 Si al rey le parece bien, escríbase orden de exterminarlos, y yo pesaré diez mil talentos de plata en manos de los superintendentes de la hacienda para que se ingresen en el tesoro real. 10 Entonces el rey se quitó de la mano su anillo y se lo entregó a Aman, hijo de Hamedata, agagita, enemigo de los judíos, u y le dijo: La plata que ofreces sea para ti, y para ti también ese pueblo, para que hagas con él lo que bien te parezca.
Aman no puede por sí mismo desencadenar una persecución contra los judíos. Los reyes persas, en general, se mostraron tolerantes con las prácticas religiosas de los pueblos sometidos a su autoridad. Sólo en momentos de ira cometió Jerjes actos sacrílegos. Las acusaciones de Aman contra los judíos son lugares comunes que se manejan en todos los escritos de la época helenística: 1) viven segregados de los otros pueblos; 2) se rigen por leyes propias (Dan_1:8; Jdt_12:1); 3) no cumplen los decretos reales (Dan_3:8-12; Esdr 4:12-16). De ello concluye Aman que, por interés del rey y seguridad del imperio, no se les debe dejar en paz. De las acusaciones pasa Aman a solicitar del rey, empleando la fórmula habitual de cortesía (19), el exterminio del pueblo judío. Con el fin de compensar el erario real de la pérdida económica que acarrearía la matanza de los judíos, ofrece de su propio peculio la elevada cantidad de diez mil talentos de plata. En moneda moderna su oferta equivalía a dieciocho millones de dólares.
Publicación del edicto real (3:12-13).
12 Fueron entonces llamados los secretarios del rey, el día trece del mes primero, y se escribió todo lo que ordenaba Aman a los sátrapas del rey, a los gobernadores de todas las provincias y a los jefes de todos los pueblos, a cada provincia según su escritura y a cada pueblo según su lengua. Se escribió en nombre del rey Asuero y se sellaron las cartas con el anillo del rey. 13 Fueron mandadas las cartas, por medio de los correos, a todas las provincias del rey, ordenando destruir, hacer perecer y matar a todos los judíos, jóvenes y viejos, niños y mujeres, en un solo día, el día trece del duodécimo mes, que es el mes de Adar, y que sus bienes fuesen dados al pillaje.
Para el día 13 de Nisán, día nefasto, que coincidía con la fiesta judía de Pascua (Exo_12:6), convocó Aman a los escribas reales (Exo_2:23; Exo_8:9) para que copiaran el edicto contra los judíos que él les dictaría. El decreto real, sin embargo, surtiría su efecto el 13 del duocécimo mes. Las cartas dirigidas a las autoridades mencionadas fueron repartidas por los harasim, los corredores. Fueron los persas los que crearon un servicio perfecto de correos con el fin de comunicar el palacio real con los pueblos del inmenso imperio. Los empleados utilizaban caballos veloces para cubrir enormes distancias. Nada ni nadie podía detener al correo en el cumplimiento de su deber, ni los fenómenos atmosféricos ni la oscuridad de la noche. Para asegurar el servicio existían fortalezas y puestos militares junto a los puentes y las zonas fronterizas 2. Calcula Heródoto que un correo cubre la etapa (camino real) de Sardes a Susa en noventa días (Exo_5:53). La mención de un correo rápido en 8:10 parece indicar que Aman tenía mucho interés en que la orden llegara rápidamente a conocimiento de los que debían ejecutarla. Dios concedió a los judíos un largo lapso de tiempo para salvar sus vidas y poner sus bienes en lugar seguro.
Contenido de la carta (3:1-7).
l He aquí el texto de la carta: El gran rey Artajerjes, a los gobernadores y a sus subordinados de las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta la Etiopía, ordena lo que sigue: 2 Aun cuando tenga el imperio de muchas naciones y haya subyugado toda la tierra, jamás he querido engreírme con la confianza del poder, sino gobernar con justicia y moderación, asegurando a mis vasallos una vida perpetuamente tranquila y procurando la quietud y seguridad del reino hasta los extremos confines, para que florezca la paz tan deseada de los hombres. 3 Consultando con mis consejeros cómo podría llevarse esto a cabo, uno de ellos, de nombre Aman, distinguido por su discreción acerca de mí, de lealtad bien probada, de firme fidelidad, que en el palacio real ocupa la segunda dignidad, 4 me ha dado a conocer la existencia de un pueblo que vive mezclado con todas las tribus de la tierra, odioso por sus leyes, opuesto a todas las naciones, que continuamente traspasa los mandatos de los reyes e impide que tengan efecto las medidas de gobierno por mí intachablemente ordenadas. 5 He averiguado también que esta nación vive totalmente aislada, siempre en abierta oposición con todo el género humano, y que al tenor de sus leyes observa un género de vida extraño, hostil a nuestros intereses, y comete los más perversos excesos para impedir el buen orden del reino. 6 En virtud de esto, os ordeno que todos los por mí señalados en las cartas de Aman, a quien he encomendado este negocio, siendo como es mi segundo padre, todos, con sus mujeres e hijos, sean de raíz exterminados por la espada de sus enemigos, sin misericordia ni piedad, el día catorce del mes duodécimo de Adar del presente año; 7 de suerte que los enemigos de ayer y de hoy en un solo día desciendan al infierno por muerte violenta, y para el tiempo venidero sea. nuestro gobierno estable y perfectamente tranquilo.
La carta se ha conservado en griego mar, aliñado, con períodos más amplios y vocabulario más rico que el que figura en otras partes del libro. ¿Contribuye esta circunstancia a poner en duda su autenticidad? El contenido concuerda muy de cerca con la letra de Tolomeo IV, que aparece en 3 Mac 5:12-30. Salvo una palabra, el proemio es idéntico. Esta semejanza se explica, o bien porque ambos documentos proceden de la cancillería real, en que predominaba el estilo helénico, o porque el autor del libro la copió de 3 Mac 3:12-30. Al pueblo judío se lo manda eis ton Aide, al Hades, al sheol de los judíos (Gen_37:35), lugar en donde habitan los muertos y de donde no se sale jamás. Por su conducta merece que perezca de muerte violenta, considerada como un castigo de Dios. Si la carta no es auténtica críticamente, forma, sin embargo, parte del canon bíblico. Como el texto hebraico hablaba de cartas (Gen_3:12.14), que no se reproducían, quiso el autor suplir aquella laguna con la inserción de una cuyo contenido debía corresponder fundamentalmente con la que mandó Aman a los sátrapas y gobernadores.
Promulgación del decreto (Gen_3:14-15).
14 Las cartas encerraban una copia del edicto, que debía publicarse en cada provincia, invitando a los pueblos a estar apercibidos para aquel día.15 Los correos partieron apresuradamente, según la orden del rey. El edicto se publicó en Susa, en la ciudadela; y mientras el rey y Aman bebían, estaba la ciudad de Susa consternada.
A la carta dirigida a las autoridades provinciales acompañaba una copia (patsegen) del decreto real, que debía colocarse en lugar público, para que la población estuviera apercibida para el día de la matanza. Puede entenderse el texto en el sentido de que debían las autoridades sacar copias del decreto real y divulgarlo entre la población. La primera copia se fijó en la ciudadela de Susa, de modo que la noticia llegó pronto a la capital, sembrando el pánico entre la población judía. Entretanto, invitaba el rey a su fiel ministro a celebrar conjuntamente con sendas copas de vino el exterminio del pueblo judío.