Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)
92 (C) Esta justificación/salvación no contradice las promesas de Dios hechas an(-)taño a Israel (9,1-11,36). Tras haber desarro(-)llado en el cap. 8 el tema anunciado en 5,1-11, Pablo pasa ahora a otro problema concreto planteado por su evangelio de la nueva recti(-)tud obtenida por medio de la fe. Se trata de la relación del judaismo con esta modalidad de justificación o salvación. El análisis que Pablo realiza de este problema hace abundante uso de la Escritura, ya que intenta relacionar la enseñanza del AT con su evangelio. En efecto, esta parte de Rom resulta ser una ilustración bíblica del tema desarrollado en la parte B, y se asemeja algo al análisis de la justificación de Abrahán y la ley realizado en el cap. 4 y en su relación con los caps. 1-3. Para algunos co(-)mentaristas, sin embargo, Rom 9-11, aunque sea una composición paulina auténtica, es un «cuerpo extraño» dentro de la carta, tal vez añadido por un revisor posterior, ya que, se(-)gún esos autores, interrumpe la continuidad de Rom 12-15 respecto a Rom 5-8. Sin embar(-)go, las razones para considerar Rom 9-11 un cuerpo extraño no resultan ni mucho menos convincentes. Hace siglos, J. Calvino afirmó sucintamente la conexión de Rom 9-11 con la parte anterior de la carta: «Si ésta [la ense(-)ñanza de los caps. 1 -8] es la doctrina de la Ley y los Profetas, ¿por qué la rechazan los ju(-)díos?»
(Comm. in Rom. 9.1). La misma pre(-)gunta debían de hacerle a Pablo mismo sus contemporáneos. Esta parle de Rom se puede subdividir en cuatro secciones: 9,1-5; 9,6-29; 9,30-10,21; 11,1-36. En esta parte de Rom es importante darse cuenta desde el principio de que la perspectiva de Pablo es colectiva. Ade(-)más, no está analizando el problema moderno de la responsabilidad de los judíos en la muer(-)te de Jesús. Ninguna de estas cuestiones se de(-)be introducir en la interpretación de estos ca(-)pítulos.
(Aageson, J. W., «Scripture and Structure in the Development oí the Argument in Romans 9-11»,
CBQ 48 [1986] 265-89. Campbell, W. S,, «The Frcedom and Faithfulness of God in Relation to Israel»,
JSNT 13 [1981] 27-45. Davies, W. D., «Paul and the People of Israel»,
NTS 24 [1977-78] 4-39. Kasemann,
E. ,
NTQT 183-87. Lorenzi, L. de [ed.],
Die Israel/ru(-)ge nach Rom 9-11 [Benedictina Abt. 3, Roma 1977]. Munck, J.,
Christ & Israel [Filadelfia 1967], Stendahl, K.,
Paul among Jews and Gentiles [Filadelfia 1976].)
93 (a) Lamento de Pablo por sus anti(-)guos correligionarios (9,1-5). Pablo empieza esta parte de Rom expresando su angustia ante la difícil situación de los judíos, sus «her(-)manos» y «los de su raza», que no han acep(-)tado a Jesús como el mesías de Dios. Su tris(-)teza resulta conmovedora porque el apóstol es consciente de las prerrogativas de Israel en el pasado como pueblo elegido de Dios. Al ex(-)presar esa angustia, enuncia brevemente el problema al que se enfrenta cuando predica su evangelio.
1. en Cristo: Pablo se manifiesta sinceramente como cristiano, sin resentimien(-)to alguno contra los judíos que tal vez le cau(-)saban dificultades o le acusaban de deslealtad (2 Cor 2,17; 11,31; 12,19).
3. maldito: Lit., «anatema» (véase el comentario a Gál 1,8). Pablo de buena gana sufriría el peor destino posible, «ser separado de Cristo», por sus pai(-)sanos judíos. En esto se hace eco de la oración de Moisés por los israelitas rebeldes (Éx 32,32), donde éste pide «ser borrado del libro de la vida» para que sean perdonados.
4. is(-)raelitas: En lugar del título político corriente
loudaioi, «judíos», Pablo hace gustosamente uso de su honorífico título religioso, antaño conferido por Yahvé mismo a su pueblo (Gn 32,28; cf. 2 Cor 11,22). Después pasa a enu(-)merar las prerrogativas históricas asociadas con este nombre -siete de ellas-,
filiación: La adopción de Israel como «hijo de Dios» (Éx 4,22; Dt 14,1; Os 11,1); véase el comentario sobre
huiothesia, 8,15.
presencia gloriosa: La segunda prerrogativa era la resplandeciente manifestación de la presencia de Yahvé a Is(-)rael en el desierto y en el templo de Jerusalén (Éx 16,10; 40,34; 1 Re 8,10-11); véase el co(-)mentario a
doxa, 3,23.
alianzas: Si se lee el pl.
diathékai, la tercera prerrogativa serían las «alianzas» hechas con los patriarcas (Gn 15,18; Éx 24,7-8; Eclo 44,12.18). Pero mss. im(-)portantes (P46, B, D, G) leen el sg.
diathéké, que se referiría entonces al pacto del Sinaí.
la ley: La cuarta prerrogativa fue la
tora, la expresión de la voluntad de Dios dada a Moisés (Éx 20,1-17; Dt 5,1-22).
el culto: La reverente adoración de Yahvé en el Templo -tan diferente de la adoración idolátrica de los vecinos de Israel, que a menudo entrañaba prostitución y sa(-)crificios humano- será la quinta prerrogativa de Israel,
las promesas: La sexta prerrogativa consistía en las promesas hechas a Abrahán (Gn 12,2; 21,12), Moisés (Dt 18,18-19) y David (2 Sm 7,11-16).
5. los patriarcas: La séptima prerrogativa de Israel era el patrimonio de sus antepasados, pues seguía adorando al Dios de sus padres, Abrahán, Isaac y Jacob (véase Rom 11,28). A este resumen de los privilegios históricos de Israel, Pablo añade a título per(-)sonal un octavo, el punto culminante:
Cristo, el descendiente por excelencia. El mesías es su mayor timbre de gloria, pero desgraciada(-)mente no es reconocido como tal.
94 el cual está por encima de todas las co(-)sas, Dios bendito por siempre. Amén: Parte del problema de este medio versículo es su pun(-)tuación; hay cuatro posibilidades principales: (1) «...de quienes también procede Cristo en cuanto a la descendencia física, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por siempre. Amén». Así la gran mayoría de los intérpretes de Rom de los ocho primeros siglos y muchos comentaristas modernos (Althaus, Cranfield, Cullmann, Kuss, Leenhardt, Michel, Pesch, Nygren, Sanday-Headlam). Es(-)ta puntuación (coma delante de «el cual») pro(-)clama a Cristo como Dios (aunque no como
ho theos) y como bendito por siempre. (2) «...de quienes también procede Cristo en cuanto a la descendencia física. Dios que está por encima de todas las cosas sea bendito por siempre. Amén». Así un puñado de autores a partir del s. IV, Erasmo (que introdujo la discusión mo(-)derna) y muchos exegetas actuales (Barrett, Bultmann, Cerfaux, Dodd, Feine, Goodspeed, Kasemann, Lietzmann, Robinson, Wilckens;
NEB, RSV, Biblia del Peregrino). Esta puntua(-)ción (punto delante de «Dios») era una do(-)xología dirigida a Dios a la manera de las doxologías judías; Pablo bendice a Dios al mencionar al mesías. (3) «...de quienes tam(-)bién procede Cristo en cuanto a la descenden(-)cia física, que está por encima de todas las co(-)sas. Dios sea bendito por siempre. Amén». Esta puntuación (coma después de «física» y punto antes de «Dios») divide la alabanza en(-)tre Cristo y Dios. (4) «...de quienes también procede Cristo en cuanto a la descendencia fí(-)sica, y a los cuales pertenece Dios que está por encima de todas las cosas. Amén». Así J. Weiss y, en un primer momento, K. Barth (cf.
Nueva Biblia Española). Esta interpretación invierte de manera conjetural las palabras
ho ón (en
hón ho theos) e introduce otro privilegio más, haciendo de Dios mismo una prerrogativa de Israel. Las dos últimas interpretaciones son improbables y tienen poco a su favor; la op(-)ción está entre (1) y (2). La preferencia de (1) se basa principalmente en tres consideracio(-)nes: (i) Él sentido normal de este medio ver(-)sículo en su contexto; la expresión
to kata sarka, «en cuanto a la descendencia física», exige cierto contraste, (ii) No se utiliza la formu(-)lación normal de una doxología; «bendito» debiera preceder a
theos. En los escritos de Pa(-)blo, tal doxología nunca se conecta asindéticamente con lo que precede ni con el sujeto ex(-)presado primero (véanse Gál 1,5; 2 Cor 11,31; Rom 1,25; 11,36; cf. Ef 3,21; 2 Tim 4,18; 1 Pe 4,11; Heb 13,21). (iii) El uso de
theos aplicado a Cristo es compatible con la enseñanza de Pa(-)blo, aun cuando tal denominación no se en(-)cuentra en ningún otro lugar. Otras afirmacio(-)nes suyas hacen que esta atribución no resulte injustificable (véanse 1 Cor 8,6; Flp 2,6; cf. Tit 2,13 para una posible ampliación posterior de su pensamiento). En cualquier caso, no se pueden dar razones apodícticas acerca de este asunto (véanse O. Cullmann,
Christology 311-14 [trad. esp.:
Cristología del Nuevo Testamen(-)to (Salamanca 1998)]; Cranfield,
Romans 464-70; Kuss,
Rómerbrief 679-96; Michel,
Rómer 197-99.)
95 (b) La difícil situación de Israel no es contraria a la dirección de la historia por parte de Dios (9,6-29). La primera explicación dada por Pablo del problema que provocaba su angustia hace hincapié en el papel de Dios en ese trance. (1) Las promesas de Dios a Is(-)rael proceden en su totalidad de la gratuita elección divina de éste como pueblo suyo; por lo tanto, su palabra no ha fallado (9,6-13). (2) Mediante el ejemplo veterotestamentario de Moisés ante el faraón, Pablo insiste en el dere(-)cho soberano de Dios sobre sus criaturas; in(-)cluso hace uso de la indocilidad humana para alcanzar sus fines (9,14-24). (3) Dios no actúa arbitrariamente, pues la llamada, la infideli(-)dad y el resto de Israel forman parte de lo anunciado en el AT (9,25-29).
96 6-13. El problema del rechazo de Is(-)rael no significa que la palabra de Dios haya fallado; sus promesas proceden de su miseri(-)cordiosa elección de Israel como pueblo suyo.
6. la palabra de Dios no ha fallado: Esta es la te(-)sis de esta subsección. Pablo rechaza la idea de que el
logos dirigido a Israel en las prome(-)sas de Yahvé (9,4.9) haya quedado de algún modo frustrado por la negativa de los de su ra(-)za a aceptar a Cristo,
no todos los descendien(-)tes de Israel son realmente Israel: El argumen(-)to es el siguiente: Dios prometió que Israel sería el destinatario de bendiciones; pero, aho(-)ra que los gentiles están convirtiéndose en des(-)tinatarios de ellas, podría parecer que las pro(-)mesas de Dios vacilan; si la exposición hecha por Pablo en Rom 1-8 depende de las prome(-)sas de Dios, tal vez todo sea tan poco firme co(-)mo ellas. No, replica Pablo, las promesas del AT no se hicieron a Israel en cuanto descen(-)dencia física, sino al Israel de la fe.
7. hijos de Abrahán: La descendencia física por sí sola no asegura la sucesión, pues Abrahán tuvo mu(-)chos hijos (Gn 15,2; 16,15; 21,2; 25,1), pero la promesa patriarcal de salvación sólo fue trans(-)mitida a través de Isaac (Gn 21,12).
8. hijos de Dios: La verdadera progenie de Abrahán son los que le nacieron en virtud de una promesa, no de una relación
kata sarka, «según la car(-)ne», es decir, descendencia física.
9. la prome(-)sa: Pablo no está pensando en la promesa ge(-)nérica de una progenie numerosa (Gn 15,5), sino en la promesa específica del nacimiento de Isaac (Gn 18,10.14 combinados). Si hubie(-)ra dependido únicamente de la
sarx, Isaac nunca habría llegado a nacer de la estéril Sa(-)ra.
10. también Rebeca: Otro ejemplo confirma la opinión de Pablo: Dios otorga gratuitamen(-)te su favor a quien quiere. En este caso no se trata ya de una elección entre madres (Sara y Agar, alegorizadas en Gál 4,21-31), sino entre hijos de la misma madre, entre los gemelos Ja(-)cob y Esaú, que le nacieron al patriarca Isaac. Sin embargo, Dios favoreció a Jacob, hacien(-)do una elección que condicionó libremente la historia de Israel (Gn 25,21-23).
11. antes de que los niños hubieran hecho nada, ni bueno ni malo: La elección de Jacob fue enteramente gratuita y no dependió de méritos ni de demé(-)ritos; este versículo es crucial para el argu(-)mento de Pablo, pues la llamada de los genti(-)les a la fe cristiana es igualmente gratuita.
para que el plan electivo de Dios pudiera conti(-)nuar: Lit., «para que el designio de Dios según su elección pudiera continuar». Jacob se vio favorecido para dar a conocer la ejecución de un plan divino que procedía según una elec(-)ción gratuita.
12. le fue dicho: Véase Gn 25,23. De los gemelos, el primero en nacer había de servir al otro. Israel era descendiente de un favorecido Jacob, y Esaú se convirtió en el an(-)tepasado de Edom (y de los posteriores idumeos). Estos nunca fueron considerados au(-)ténticos judíos, aun cuando Juan Hircano I los derrotó (ca. 108 a.C.) y les obligó a circunci(-)darse y a cumplir la ley mosaica; Josefo (
Ant.13.9.1 § 257; 14,15,2 §403) los llama «medio judíos». ¡Qué diferente, entonces, su destino del de Israel!
13. amé a Jacob: Véase Mal 1,2. El profeta deja constancia del amor de Yahvé por Israel y después da la razón de los cinco grandes reproches que siguen a esta protesta de amor. Pablo utiliza esta cita para hacer hin(-)capié en el papel de Israel dentro del plan salvífico en contraste con el de Edom. Jacob y Esaú son los representantes de sus grupos ét(-)nicos, e instrumentos en la ejecución del plan divino,
odié a Esaú: Es decir, «amé menos» -exageración propia del antiguo Oriente Pró(-)ximo-.
97 14-24. El ejemplo de Moisés ante el fa(-)raón revela también el derecho soberano de Dios a escoger.
14. ¿hay, pues, injusticia en Dios?: Podría parecer que Dios sufre de
adikia al escoger a un hermano pasando por encima del otro -o al escoger a los gentiles como su pueblo tras siglos de servicio por parte de los judíos-.
15. dijo a Moisés: Pablo cita Éx 33,19, la respuesta de Yahvé a Moisés tras el inciden(-)te del becerro de oro. Tras tal infidelidad, Yah(-)vé todavía pudo manifestar su misericordia, favoreciendo a Israel como su instrumento es(-)cogido. Por medio de Israel continuaría dando a conocer su voluntad a la humanidad. Este versículo se explica en 9,18.
16. depende de la misericordia de Dios: La conclusión de Pablo se desprende del hecho de que en el texto ve(-)terotestamentario citado sólo se menciona la «misericordia» de Dios. Sin ella, todo esfuerzo humano resulta baldío. Pablo, sin embargo, no dice que, una vez dada la gracia auxiliar de Dios, tales esfuerzos sean inútiles; en otros lu(-)gares subraya su necesidad. Lo que quiere po(-)ner de relieve más bien es la gracia de Dios, debido al problema concreto que está tratan(-)do.
17. la Escritura dice al faraón: Mientras que el Dios trascendente de Israel habló direc(-)tamente a Moisés (9,15), a los paganos sólo les habla indirectamente, a través de la Escritura.
mostrar en (mi relación con)ti(go) mi poder: Véase Éx 9,16, esp. según los LXX, ms. A. El faraón se convirtió así en un instrumento den(-)tro del plan de Dios, lo mismo que Moisés. Su obstinación misma fue un medio utilizado por Dios para liberar a Israel. En última instancia, el faraón contribuyó con su dureza de corazón a la proclamación del nombre de Dios en el mundo.
18. endurece el corazón: En el AT, el endurecimiento del corazón del faraón se atri(-)buye a veces a Dios (Éx 4,21; 7,3; 9,12) y a ve(-)ces al faraón mismo (Éx 7,14; 8,11.15.28). El «endurecimiento del corazón» por parte de Dios es un modo protológico de expresar la reacción divina ante la pertinaz obstinación humana contra él: confirma una situación no creada por él. No es el resultado de una deci(-)sión divina arbitraria o incluso planeada; es el modo en que el AT expresa el reconocimiento por parte de Dios de una situación surgida a raíz del rechazo de una invitación divina por parte de una criatura. Pero pone de relieve el control absoluto de la historia humana por parte de Dios. El éxodo de Egipto fue una eta(-)pa de la historia salvífica, y el faraón que se opuso a la partida de Israel fue la figura que creó el marco para el control divino de los acontecimientos. Véase además E. Brandenburger,
ZTK 82 (1985) 1-47.
19. ¿por qué en(-)cuentra aún falta?: Si Dios puede hacer uso de la indocilidad humana para alcanzar sus fines, ¿por qué ha de quejarse de los seres humanos? Recuérdense las objeciones de 6,1.15.
20. ¿quién eres tú?: Pablo no intenta hacer callar a su objetor imaginario, sino más bien poner la discusión en el plano adecuado. El control del mundo por parte de Dios no se puede juzgar desde una miope perspectiva humana,
¿puede lo moldeado decir a quien lo moldea?: Se utili(-)za un conocido tropo del AT; véanse Is 29,16; 45,9; 64,8; Jr 18,6; Sab 15,7; cf. 1QS 11,22. Pa(-)blo lo adapta a su propio intento. Con dicho tropo se pretende presentar a Dios como crea(-)dor y rector del universo. Los antiguos alfare(-)ros utilizaban una rueda que movían rápido con el pie mientras sus hábiles dedos sacaban velozmente de la masa informe de arcilla vasi(-)jas esbeltas v exquisitas. De tal hazaña sacaron los antiguos la idea de Dios como alfarero que modelaba el mundo y los seres humanos a vo(-)luntad (véase
ANEP 569); con ella se ponía de relieve el poder, el dominio y la libertad de Dios,
¿por qué me hiciste así?: No «¿Por qué me hiciste arcilla?», sino «¿Por qué me hiciste una vasija disforme, en vez de un jarrón her(-)moso?». Donde se hace hincapié es en la fun(-)ción del objeto moldeado.
21. masa: El
phyra(-)ma gr. se tradujo con el
massa lat. De ahí salió la expresión peyorativa
massa damnata de las controversias sobre la predestinación (véase Agustín,
Ep. 190.3-9).
98 22. deseando: Aunque algunos comen(-)taristas (Jerónimo, Tomás de Aquino, Barrett, Cranfield, Michel) entienden el ptc.
thelón en sentido causal, «porque deseaba», en el pre(-)sente contexto (especialmente a la vista de la expresión «con gran paciencia») parece mejor entenderla con sentido concesivo, «aunque de(-)seaba», es decir, aunque su ira podría haberle llevado a dar a conocer su poder, su bondad le retuvo de hacerlo. Dios dio al faraón tiempo para arrepentirse,
vasijas de ira: Pablo utiliza una expresión de Jr 50,25, que encaja en este contexto de alfarería (9,21, «vasija»). Al mis(-)mo tiempo juega con el sentido más común de
skeuos, que también puede significar «objeto», «herramienta», «instrumento» (véase A. T. Hanson,
JTS 32 [1981] 433-43). El faraón fue un «objeto» sobre el cual podía descargar la cólera divina,
preparadas para la destrucción: El ptc. pf. expresa el estado en que se encuen(-)tran tales «vasijas», «dispuestas», «provistas», para el basurero. Este versículo expresa la ra(-)dical incompatibilidad de Dios con los seres humanos rebeldes y pecadores. También con(-)tiene un toque de predestinación, y la formu(-)lación de Pablo es más genérica que el ejemplo con que empezó; ésta es la razón por la que sus palabras se utilizaron en las posteriores controversias sobre la predestinación. Sin em(-)bargo, no se debe perder de vista su perspecti(-)va colectiva.
23. para dar a conocer la riqueza de su gloria: Los elegidos para un papel en la historia de la salvación han sido destinados por Dios a tener parte en su abundante gloria (véanse los comentarios a 3,23.29); este desti(-)no no se limita al pueblo judío. Pero, como de(-)muestra 11,22, no es una predestinación abso(-)luta. Si Dios ha sido paciente es porque quiere conceder a Israel tiempo para arrepentirse y de ese modo poder manifestar más aún su misericodia para con él.
24. incluso a nosotros a los que llamó: Anacoluto. Pablo no llega a dar en ningún momento una respuesta directa a las preguntas planteadas en los vv. 19-21; se li(-)mita a insistir en la libertad de elección de Dios y en su paciencia al esperar que los ins(-)trumentos que quería usar manifestaran su utilidad. Las «vasijas de misericordia» inclu(-)yen, no sólo a judíos, sino también a gentiles.
99 25-29. La llamada, la infidelidad y el resto de Israel son anunciados en su totalidad en el AT mismo. Pablo hace de nuevo uso del subgénero literario «
testimonia» (véase el co(-)mentario a 3,10). Las citas combinadas proce(-)den de Os e Is (mencionado en el v. 27).
25-26. Véanse Os 2,25 (que Pablo adapta a su propio intento, ya que su redacción no concuerda ni con el TM ni con los LXX ni con ninguna ver(-)sión antigua) y 2,1 (de los LXX). En el texto original, las palabras hacen referencia a la res(-)tauración por parte de Dios de las diez tribus de Israel después de que éstas cometieran «adulterio» (= idolatría) y dejaran de ser su pueblo. Oseas prometía su restauración, pero para Pablo esas palabras se refieren a los gen(-)tiles. Tal como él se las aplica, éstos ponen de manifiesto la elección de Dios, y especialmen(-)te su elección de aquellos que eran indignos de convertirse en los privilegiados.
27. Isaías: Véase Is 10,22-23 (abreviado en los LXX). A Pablo sólo le interesa la frase «un resto será salvo». A través de todas las infidelidades y consiguientes castigos de Israel, brilló un rayo de esperanza. Esas palabras fueron originaria(-)mente aplicadas por Isaías a la cautividad asi(-)ría; Pablo las refiere a los judíos llamados a aceptar a Cristo y al resto que de hecho lo aceptó.
29. Véase Is 1,9 (según los LXX). El profeta hablaba del castigo del Israel infiel. La esencia de estas citas veterotestamentarias es que el AT, el libro que proporciona a Israel la base de su esperanza, ha testimoniado que a Israel le iría como antaño a Sodoma y Gomo(-)rra, salvo a un resto que conservaría su nom(-)bre y simiente. Véase J. A. Battle,
GTJ 2 (1981) 115-29.
100 (c) El fracaso de Israel se debe a su propia negativa (9,30-10,21). Pablo ha conclui(-)do la primera parte de su razonamiento, y en este momento pasa a afirmar que la causa del fracaso de Israel se ha de encontrar, no en Dios, sino en Israel mismo. Su argumentación procede en cuatro pasos. (1) Israel prefirió su propio camino de rectitud al de Dios (9,31-33). (2) Pablo expresa su pesar por el hecho de que Israel no ha llegado a reconocer que Cristo es el fin de la Ley, y de que la rectitud se ha he(-)cho accesible por medio de él (10,1-4). (3) El camino antiguo para alcanzar la rectitud era difícil, mientras que el nuevo es fácil, está al alcance de todos y se anuncia a todos, como demuestra la Escritura (10,5-13). (4) Israel no se ha aprovechado de esta oportunidad ofreci(-)da por los profetas y el evangelio, de manera que la culpa es suya (10,14-21).
31-33. Israel ha preferido su propio camino de rectitud.
31. la obtuvieron: Pablo destaca la ironía de la situación, por cuanto los gentiles han tenido éxito en la búsqueda de rectitud creyendo en Cristo Jesús.
32. fe... obras: Véase 3,20.28; y el comentario a 2,15.
33. Una com(-)binación de Is 28,16 y 8,14-15 pasa por alto los contextos de los originales y ensarta frases ha(-)ciendo casi decir al AT lo contrario de lo que en realidad dice. La piedra puesta por Yahvé en Sión (la colina oriental de Jerusalén sobre la cual se construyó el Templo) era símbolo de salvación para quienes confiaban en él. En el uso de Pablo, la «piedra» se refiere a Cristo, y el menosprecio de éste la convierte en piedra de tropiezo. Pero quienes creen en él (el resto y los gentiles) no fracasarán sobre esa piedra. Los esenios de Qumrán también se aplicaron Is 28,16, considerando su comunidad como un templo (1QS 8,5-8).
(Barrett, C. K., «Romans 9:30-10:21: Fall and Responsibility of Israel»,
Die Israelfrage 109-21. Bring, R., «Paul and the Oíd Testament»,
ST 25 [1971] 21-60. Cranfield, C. E. B., «Romans 9:30-10:4»,
Int 34 [1980] 70-74; «Some Notes on Romans 9:30-33»,
Je(-)sús und Paulus [Fest. W. G. Kümmel, Gotinga 1975] 35-43. Refoulé, F., «Note sur Romains IX, 30-33»,
RB 92 [1985] 161-86.)