Bajó el muchacho a bañarse y salió del río un pez que quería devorarle. (Tobías 6, 2) © Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944)
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Los viajeros pernoctan a orillas del Tigris (6:1).
1 Siguieron los caminantes su viaje y llegaron al atardecer a las orillas del río Tigris, donde pasaron la noche.
Dice el texto B que los dos (acompañados del perro, según Sin. y Vet. Lat.) llegaron al atardecer a la ribera del Tigris, donde decidieron pasar la noche. En ningún texto se lee que los dos viajeros lo atravesaran. Tampoco se indica el punto de partida, aunque toda la narración da a entender que ambos salieron de Nínive ciudad o de alguna localidad vecina. No deja de extrañar la afirmación de que, saliendo ellos de Nínive, edificada junto al Tigris, llegaron, al cabo de una jornada de viaje, a las orillas del mismo. La explicación más común entre los autores es suponer que los viajeros siguieron un camino que corría a lo largo de la orilla izquierda del río, en dirección sudeste, y que al atardecer pernoctaron allí, antes de atravesar el Zab superior, más al este, sobre Sulemanije, para alcanzar Ecbatana.
La aventura del pez (6:2-5).
2 Bajó el muchacho a bañarse y salió del río un pez que quería devorarle. 3 Pero el ángel le dijo: Tomalo. Lo tomo el joven y lo sacó a tierra. 4 Díjole el ángel: Descuartiza el pez y separa el corazón, el hígado con la hiél, y ponlos aparte. 5 Hizo el muchacho lo que el ángel le decía, y, asando el pez, comieron. Continuaron su camino y llegaron cerca de Ecbatana.
Cansado por el largo viaje, el joven Tobías bajó al río para lavar sus pies, y salió del río un pez que quería devorarle. Con el fin de explicar convenientemente la voracidad de este pez, han introducido los diversos textos algunas particularidades en la narración. Unos (Vet. Lat.) dicen que se trataba de un pez de mar (piséis maris); de un pez grande (megas, Sin.; magnus, Vet. Lat.), de proporciones desmesuradas (immanis, Vulg.). Según B, el pez quena devorar a Tobías, o morderle en el pie (poda, Sin.), o ambas cosas (circumplexus est pedes eius et pene puerum devoraverat, Vet. Lat., r., g.). Según la Vulgata, el pez salió del agua ad devorandum eum. Más modestas eran las pretensiones del animal según Hmar, al decir que quería comer el pan del joven. Según muchos, la lección original es quizá la del texto B: el pez quería devorar al joven Tobías, lo que debe entenderse de conformidad con el carácter bastante libre de la narración (Miller, Clamer). El ángel, que esperaba esta escena, tranquilizó inmediatamente al joven, dándole instrucciones, sobre el modo de conducirse con el pez. Por el hecho de que Tobías agarrara el pez y lo arrojara a la orilla, cabe deducir que no era un piscis immanis. Según indicaciones del ángel, descuartizó Tobías el pez, separó del mismo el corazón y el hígado con la hiel, que puso cuidadosamente aparte; tiró sus entrañas, y, como se trataba de un pez con escamas, del cual podían comer los hebreos (Lev_11:9-12; Deu_14:9-10), se asaron sus carnes y las comieron.
El ángel satisface la curiosidad de Tobías (Deu_6:6-8).
6 Dijo el joven al ángel: Hermano Azarías, ¿para qué sirven el corazón y el hígado con la hiél del pez ? 7 El le respondió: Sirven para que, si un demonio o espíritu le atormenta a uno, quemándolos ante él ya no vuelva a molestarle. 8 Cuanto a la hiél, sirve para ungir a quien tuviese cataratas, pues con ella quedará curado.
Cerca de Ecbatana, Tobías preguntó a su guía el porqué del corazón, del hígado y de la hiel que traía consigo. El ángel le informó acerca de sus virtudes medicinales, que Tobías desconocía. Entre los antiguos se creía en la virtud de la hiel contra las enfermedades de los ojos i, pero por el contexto se deduce que Tobías la ignoraba totalmente, al igual que los médicos que asistieron a su padre (2:10). ¿Creía el autor sagrado en la eficacia de los productos farmacéuticos recomendados por el ángel? ¿Qué acción tenían contra los malos espíritus las fumigaciones obtenidas de la combustión del corazón y del hígado? El autor sagrado se ha limitado a referir una creencia existente en el ambiente pagano sobre un remedio que se creía apto para ahuyentar al demonio del cuerpo de un poseso. Por su parte no le atribuye eficacia alguna; quiso poner en evidencia la potencia divina, que se sirve a menudo de medios humanos despreciables como de instrumento para obtener efectos sorprendentes. En cuanto al ángel, debemos decir que se acomoda a los usos y costumbres del ambiente histórico y cultural en que se desenvuelve.
Propuestas de matrimonio (6:9-12).
9 Así que llegaron a Ecbatana, 10 dijo el ángel al joven: Hoy, hermano, habremos de pernoctar en casa de Ragüel, tu pariente, que tiene una hija llamada Sara. Yo le hablaré para que te la dé por mujer, n pues a ti te toca su herencia, pues tú eres ya el único de su linaje; la joven es bella y discreta. 12 Oye, pues, lo que voy a hacer: Yo hablaré a su padre, y cuando volvamos de Ragúes, celebraremos la boda; pues yo sé que Ragüel no puede darla a ningún otro marido, según la Ley de Moisés, o sería reo de muerte, porque antes que a ningún otro te pertenece a ti la herencia.
Al llegar cerca de Ecbatana (no Ragúes, como traen B y Vulgata) propuso el ángel la conveniencia de pernoctar allí y de hospedarse en casa de Ragüel, apoyando su propuesta en tres razones· 1.a Ragüel era pariente de Tobías. 2.a Tenía una hija única, llamada Sara. 3.a Que Tobías debía tomar por esposa. Aparte de las cualidades de la joven, bella y discreta, las razones de este matrimonio se basaban en el cumplimiento escrupuloso de la Ley. En efecto, Sara era pariente próximo de Tobías (B, Sin. y Vulg.), de la misma tribu (Vulg.). El ángel se compromete a llevar personalmente todo el asunto; hablaría al padre de Sara y esperaba tener éxito en su empresa. El uso exigía que la petición fuera hecha por el padre de familia o por un representante suyo (Gen_24:2ss; Jue_14:255); pero, conociendo la voluntad formal de Tobit de que su hijo se uniera en matrimonio con una mujer de su misma parentela (Jue_4:12), se compromete a allanar todas las dificultades que pudieran acontecer y llevar a término los trámites de costumbre.
Temores de Tobías (Jue_6:13-14).
13 Replicó entonces el joven al ángel: Hermano Azarías, he oído que la doncella fue dada a siete maridos y que todos perecieron en la cámara nupcial; 14 yo soy hijo único de mi padre, y temo que, si me acerco a ella, voy a morir como los anteriores, porque la ama un demonio y a ella no le hace ningún daño, pero sí a los que se le acercan. Temo ahora que, si muero, llevaré al sepulcro a mi padre y a mi madre de dolor por mí, pues no tienen otro hijo que les dé sepultura.
Ante la inesperada propuesta del ángel no encuentra Tobías dificultades serias que oponer; al contrario, comprende que este matrimonio sería ideal, de no existir una circunstancia grave que lo desaconsejara. La voz popular llevó hasta Nínive la noticia de que Sara fue dada a siete maridos y de que todos perecieron en la cámara nupcial la primera noche de bodas por obra del demonio. No se ensaña el demonio contra la joven, sino contra los que se le acercan, porque la amaba (B y Vet. Lat.).
Pero no se desprende del texto que el demonio sintiera por Sara un afecto sensual; más bien da a entender que este amor le obligaba a impedir un matrimonio que no convenía a la joven. Como hemos anotado antes (3:7-9), Dios había destinado que Sara debía unirse a Tobías en matrimonio (v.18). El demonio fue en este asunto un instrumento inconsciente, pero dócil, de la Providencia divina.
Palabras tranquilizadoras de Rafael (6:15-19).
15 Contestóle el ángel: ¿No te acuerdas de las palabras que tu padre te inculcó sobre tomar mujer de tu propio linaje? Escúchame, pues, hermano: Esa será tu mujer, y del demonio no te preocupes, que esta misma noche te será dada por mujer. 16 Cuando entres en la cámara nupcial, toma un perfumado: y pon en él trozos del corazón y del hígado del pez, que hagan humo; 17 que en cuanto lo huela el demonio, huirá y no volverá por los siglos de los siglos. 18 Pero, cuando a ella te acerques, levantaos ambos e invocad al Dios misericordioso, que os salvará y tendrá piedad de vosotros. No temáis, que para ti está destinada desde la eternidad, y tú la salvarás e irá contigo, y estoy seguro de que tendrás de ella hijos. 19 Así que oyó Tobías estas palabras, sintió grande amor por ella y se le apegó su corazón. En esto llegaron a Ecbatana.
El ángel acaba con las vacilaciones de Tobías. Aquella misma noche le será dada Sara por mujer. Para neutralizar la acción del demonio deberá Tobías emplear el procedimiento de tomar un perfumador y colocar sobre él trozos del corazón e hígado del pez de manera que desprendan humo. En cuanto el demonio lo huela, huirá para no volver más. Es difícil comprender el significado de este acto. No existe unanimidad entre los diversos textos sobre las veces que debía repetirse este exorcismo, ni convienen en señalar qué partes debían quemarse, el hígado y el corazón, o sólo éste 2. Quizá nuestro pasaje se refiere a cierto rito religioso casero, consistente en quemar incienso en ciertas horas del día. En este supuesto, el uso del corazón podría explicarse como un concepto religioso relacionado con la oración que recomienda el ángel.
A los perfumes debe acompañar la oración de ambos. El matrimonio iniciado con la bendición de Dios y santificado por la oración dará sus frutos. Sobre ellos tuvo poder el diablo, pero nada puede contra los que se acercan a este matrimonio con recta intención. Una vez solucionadas las dificultades de Tobías tocantes a su matrimonio con Sara, sintió gran afecto hacia ella y se le apegó fuertemente su corazón. En esto llegaron a Ecbatana.