Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)
La quinta visión: dos ungidos La estructura de este cap. es algo extraña ya que se hace una pregunta en el v. 5 que no se contesta hasta el v. 10b, y los nexos entre las secciones externas y el oráculo del centro son bastante abruptos. Esto ha llevado a muchos comentaristas a considerar los vv. 6-10a como un agregado posterior, o a cambiar la sección a otro lugar. El estilo, sin embargo, puede tomarse como deliberado. El capítulo prosigue así:
1-3 Una descripción de la visión, en particular de las
siete lámparas y de los
dos olivos. 4 Luego sigue la pregunta:
¿Qué son éstos, señor mío?, asumiendo que tiene que ver con los siete. El ángel responde con una contra pregunta (5):
¿No sabes ... ?, la cual no recibe contestación hasta después del oráculo acerca de Zorobabel (6-10a). Fi nalmente, el profeta recibe la contestación a su pregunta en
10b respecto a los siete.
11-14 Siguen dos preguntas acerca de los
dos olivos y los dos
tubos de oro, con la misma respuesta del ángel como en el v. 5:
¿No sabes ... ? En el v. 14 el profeta recibe la contestación a las dos preguntas.
Aparentemente, uno de los medios que Zacarías usa para aumentar el impacto de su mensaje es una especie de táctica postergadora. ¡En 7:3 se hace una pregunta que se contesta hasta 8:18, 19! De manera que aquí hay una breve demora provocada por la contra pregunta, y una demora mayor causada por el oráculo de los vv. 6-10a.
Otra función del oráculo en su posición presente es hacer la conexión entre Zorobabel y los dos ungidos. A Zorobabel no se le menciona por nombre en ninguna de las visiones mismas.
1-5, 10b-14 La quinta visión. Zacarías ve un candelabro central con siete lámparas (o luces). De cada lado hay un olivo. Se asume generalmente, de lo que sigue en los vv. 11, 12, que los
olivos suplían el aceite para las lámparas.
El texto heb. significa más naturalmente que cada uno de los siete candeleros tenía siete
conductos (o labios). El texto gr. sugiere que eran siete canales que iban del depósito central a las siete lámparas. Sea como sea, el cuadro es el de una lámpara muy brillante. La interpretación de las siete lámparas (10b) es que representan
siete ojos de
Jehovah, que recorren toda la tierra. (Nótese que ésta es la misma expresión como la del v. 14; véase también 3:1-10.) El cuadro sugiere la iluminación de los lugares oscuros para que nada pueda esconderse de la vista del Señor. No es probable que estos
siete aludan a 3:9, dado que está demasiado distante de la respuesta y nublado por una pregunta acerca de otros siete.
Los dos olivos representan a
los dos que fueron ungidos con aceite y que están delante el Señor de toda la tierra. En un nivel estos son el sacerdote y el gobernador de la época: Josué y Zorobabel. ¡La dificultad surge suponiendo que éstos pudieran suplir aceite al Señor para que sus lámparas siguieran iluminando! Podría ser que no fuera el propósito llevar al último detalle las implicaciones del sim-bolismo, ya que todos los símbolos tienen sus límites. Podría ser, sin embargo, que los conductos no salen de los olivos al candelabro, ya que el texto no lo declara explícitamente. Algunos sugieren que el tazón suple aceite a los árboles. Esto tiene la ventaja de que el Señor sea la fuente del ungimiento para los ungidos. Por otra parte, esto no va de acuerdo con lo que sucede en la vida: el aceite de olivo proviene del olivo, y desde allí a la lámpara.
El v. 12 es muy difícil, ya que ni las ramas ni los tubos han sido mencionados previamente. Una solución propuesta es el asumir que el tazón principal representa al Señor, y que éste suple tanto a las lámparas como al olivo.
6-10a Un oráculo acerca de Zorobabel. Esta sección posterga la respuesta a la pregunta del profeta (4) y ayuda a identificar a Zorobabel como uno de los
dos olivos o los
dos ungidos. Se compone de dos partes.
Una palabra le asegura a Zorobabel que no le hace falta ejército ni fuerza, sino el Espíritu de Dios (6, 7). Si fuera asunto de fuerza, entonces no podría haber contienda entre Zorobabel y una gran montaña, pero, en esta situación, una gran montaña será aplanada delante de él. La oposición a la obra de Zorobabel desaparecerá. Los gritos de
¡Qué hermosa, qué hermosa! son, lit. ¡Gracia! ¡gracia sea a ello!, y significa tanto la hermosura del edificio como la condición de gracia que los capacita para la reconstrucción. La
piedra principal es, lit. la piedra de cabecera, una expresión que no ocurre en otra parte. Obviamente, es una piedra importante del templo, significando la terminación del edificio (
cf. v. 9), y probablemente significa la piedra fundamental (Sal. 118:22), la piedra colocada en la esquina superior de dos paredes para sostenerlas adecuadamente.
La segunda mitad (8-10) tiene su propia introducción. Es una promesa de que Zorobabel podrá terminar la reconstrucción del templo. No será igual como cuando los exiliados volvieron de Babilonia: comenzaron la construcción y luego se les persuadió a desistir (Esd. 4:4, 5, 24).
¿Quién despreció el día de las pequeñeces? (10) aludiría a aquellos que estaban desanimados al ver la oposición y la condición débil del pueblo que había vuelto a Jerusalén. Piensan que no podrían tener éxito, pero se regocijarán cuando vean el éxito de Zorobabel. El profeta les da una leve reprimenda, con el fin de animarles (como una enfermera podría reprender a un paciente). La expresión traducida
plomada es lit. la piedra de lata, o posiblemente la piedra separada. No es probable que se usara lata para la plomada, de manera que el significado puede ser que la piedra que sirvió para terminar el templo (7) indique que Judá está separada de otros pueblos, elegida para ser el pueblo de Dios. La terminación del templo significará que el mensaje de Dios vía Zacarías es verdadero (véase más arriba los vv. 9, 12).