I Corintios 14, 9-19

Así también vosotros, si con el don de lenguas no proferís un discurso inteligible, ¿cómo se sabrá lo que decís? Seríais como quien habla al aire. Tantas hablas como hay en el mundo y no hay quien no tenga la suya. Pero si no conozco la significación de las voces, seré para quien me habla un bárbaro, y el que me habla será para mí un bárbaro. Ya, pues, que sois amantes de los carismas, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia. Por eso, el que habla en lenguas, ore para poder interpretar. Porque si oro en lenguas, mi espíritu ora, pero mi mente queda sin fruto. ¿Qué hacer, pues? Oraré con el espíritu y oraré también con la mente; salmodiaré con el espíritu, pero salmodiaré también con la mente." Pues si tú das gracias a Dios en espíritu, ¿cómo podrá decir amén a tu acción de gracias el simple asistente? Porque no sabe lo que dices. Tú muy bien darás gracias, pero el otro no se edifica. Doy gracias a Dios de que hablo en lenguas más que todos vosotros;" pero en la iglesia prefiero hablar diez palabras con sentido para instruir a otros, a decir diez mil palabras en lenguas.
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