I Corintios 6, 1-8

¿Y osa alguno de vosotros que tiene un litigio con otro acudir en juicio ante los injustos, y no ante los santos? ¿Acaso no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si habéis de juzgar al mundo, ¿seréis incapaces de juzgar esas otras causas más pequeñas? ¿No sabéis que hemos de juzgar aun a los ángeles? Pues mucho más las naderías de esta vida. Guando tengáis diferencias sobre estas monadas de la vida, poned por jueces a los más despreciables de la iglesia. Para vuestra confusión os hablo de este modo. ¿No hay entre vosotros ningún prudente, capaz de ser juez entre hermanos? En vez de esto, ¿pleitea el hermano con el hermano, y esto ante los infieles? Ya es una mengua que tengáis pleitos unos con otros. ¿Por qué no preferís sufrir la injusticia? ¿Por qué no el ser despojados? Y en vez de esto sois vosotros los que hacéis injusticias y cometéis fraudes, y esto con hermanos.
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