I Reyes 1, 32-40

Luego dijo el rey: “Que vengan Sadoc, sacerdote; Natán, profeta, y Banayas, hijo de Joyada.” Cuando estuvieron éstos en presencia del rey," El rey les dijo: “Tomad con vosotros a los servidores de vuestro señor, montad a mi hijo Salomón sobre mi mula y bajadle a Guijón. Allí el sacerdote Sadoc y Natán, profeta, le ungirán rey de Israel, y tocaréis las trompetas, gritando: ¡Viva el rey Salomón! Después volveréis a subir tras él y se sentará en mi trono para que reine en mi lugar, pues a él le instituyo jefe de Israel y de Judá.” Banayas, hijo de Joyada, respondió al rey: “Amén. Hágalo así Yahvé, el Dios de mi señor el rey, y como estuvo Yahvé con el rey mi señor, esté igualmente con Salomón y alce su trono sobre el trono de mi señor el rey David.” Bajó el sacerdote Sadoc con Natán, profeta; Banayas, hijo de Joyada; los cereteos y los feleteos, y, montando a Salomón sobre la mula de David, le llevaron a Guijón;" y tomando Sadoc, sacerdote, el cuerno de óleo del tabernáculo, ungió a Salomón al son de las trompetas, y gritó todo el pueblo: “¡Viva Salomón rey!” Después subió con él todo el pueblo, tocando las flautas y haciendo gran fiesta, y parecía retemblar la tierra con sus aclamaciones.
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