II Crónicas  1, 1-6

Salomón, hijo de David, se afirmó en su reino; Yahvé, su Dios, estaba con él y le engrandeció sobremanera." Salomón convocó a todo Israel, a los jefes de millares y centenas, a los jueces, a los príncipes de todo Israel, a los jefes de las casas paternas;" y fue Salomón con toda la asamblea al alto de Gabaón, donde estaba el tabernáculo del testimonio de Dios, que Moisés, siervo de Yahvé, había hecho en el desierto. El arca de Dios había sido ya trasladada por David, de Quiriat-Jearim al lugar que él la había preparado, pues había alzado para ella una tienda en Jerusalén. Allí estaba también ante el tabernáculo de Yahvé el altar de bronce que había hecho Besabel, hijo de Uri, hijo de Jur. Salomón y la asamblea adoraron a Yahvé, y Salomón ofreció allí, en el altar de bronce, que estaba ante el tabernáculo del testimonio, mil holocaustos a Yahvé. 7 Durante la noche aparecióse Dios a Salomón y le dijo: “Pide que quieres que te dé”;"
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