II Crónicas  10, 14-15

y siguió el consejo de los jóvenes, diciendo: “Mi padre agravó vuestro yugo, y yo lo agravaré más todavía; mi padre os castigó con azotes, y yo os azotaré con escorpiones.” No escuchó el rey al pueblo, porque era cosa de Dios, para que se cumpliera la palabra que había dicho Yahvé por medio de Ajías, silonita, a Jeroboam, hijo de Nabat.
Ver contexto