II Reyes  9, 33-37

y él les mandó: “Echadla abajo”; y ellos la echaron, y su sangre salpicó los muros y los caballos; Jehú la pisoteó con sus pies," y después entró, comió, bebió y dijo: “Id a ver a esa maldita y enterradla, que al fin es hija de rey.” Fueron para enterrarla; pero no hallaron de ella más que el cráneo, los pies y las palmas de las manos." Volvieron a dar cuenta a Jehú, que dijo: “Es la amenaza que había hecho Yahvé por su siervo Elías tisbita, diciendo: Los perros comerán la carne de Jezabel en el campo de Jezrael, y el cadáver de Jezabel será como estiércol sobre la superficie del campo, en el campo de Jezrael, de modo que nadie podrá decir: Esta es Jezabel.”
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