II Samuel  5, 9-11

David estableció su residencia en la fortaleza, y la llamó la ciudad de David y edificó en derredor, desde el terraplén para adentro. David iba creciendo en poder cada vez más, y Yahvé, Dios Sebaot, estaba con él. Hiram, rey de Tiro, envió a David una embajada y maderas de cedro, carpinteros y canteros, que edificaron la casa de David.
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