Daniel  4, 31-34

Al cabo del tiempo señalado, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo y recobré la razón. Yo bendigo al Altísimo, alabo y glorifico al que domina con eterno dominio y cuyo reino perdura de generación en generación. A sus ojos, todos los habitantes de la tierra son nada, y con el ejército de los cielos y con los habitantes de la tierra hace según su voluntad, sin que nadie pueda resistir a su mano y decirle: ¿Qué es lo que haces? Recobré “ entonces la razón y me fueron devueltas la gloria de mi reino, mi. magnificencia y mi grandeza, y rne llamaron mis consejeros y mis grandes, y fui restablecido en mi reino, y todavía se acrecentó mi poderío;" y ahora yo, Nabucodonosor, ensalzo y glorifico al Rey del cielo, cuyas obras todas son verdad, cuyos caminos son todos justos y que puede humillar a los que andan en soberbia.
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