Daniel  9, 4-9

y oré a Yahvé, mi Dios, y le hice esta confesión: Señor, Dios grande y temible, que guardas la alianza y la misericordia con los que te aman y cumplen tus mandamientos: Hemos pecado, hemos obrado la iniquidad, hemos sido perversos y rebeldes, nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus juicios, no hemos hecho caso a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros príncipes y a todo el pueblo de la tierra. Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la vergüenza en el rostro, que llevan hoy todos los hombres de Judá, los moradores de Jerusalén, todos los de Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras a que los arrojaste por las rebeliones con que contra ti se rebelaron. ¡Oh Yahvé! nuestra es la vergüenza en el rostro de nuestros reyes, de nuestros príncipes, de nuestros padres, porque contra ti pecamos. Pero es de Yahvé, nuestro Dios, el tener misericordia y el perdonar, aunque nos hayamos rebelado contra El.
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