Deuteronomio  3, 23-26

“Entonces pedí a Yahvé gracia, diciendo: “¡Señor, Yahvé! Tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu potente brazo; pues ¿qué Dios hay, ni en los cielos ni en la tierra, que pueda hacer las obras que tú haces y tan poderosas hazañas?" Déjame, te pido, atravesar para que pueda ver la excelente tierra del lado de allá del Jordán, esas herniosas montañas del Líbano.” Pero Yahvé, como fuera de sí, por causa vuestra rio me escuchó, antes bien me dijo: “Basta, no vuelvas a hablarme de eso;"
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