Deuteronomio  32, 1-43

“Escuchad, cielos, y hablaré, y oiga la tierra las palabras de mi boca. Caiga a gotas, como la lluvia, mi doctrina. Destile como el rocío mi discurso, como la llovizna sobre la hierba, como las gotas de la lluvia sobre el césped. Porque voy a celebrar el nombre de Yahvé. ¡Dad gloria a nuestro Dios! ¡El es la Roca! Sus obras son perfectas, todos sus caminos son justos; es fiel y no hay en El iniquidad. Es justo, es recto.” “Indignamente se portaron con El sus hijos, generación malvada y perversa. ¿Así pagas a Yahvé, pueblo loco y necio? ¿No es El el padre que te crió, el que por sí mismo te hizo y te formó?” “Trae a la memoria los tiempos pasados, atiende a los años de todas las generaciones; pregunta a tu padre, y te enseñará;" Cuando distribuyó el Altísimo su heredad entre las gentes, cuando dividió a los hijos de los hombres, estableció los términos de los pueblos según el número de los hijos de Israel. Pues la porción propia de Yahvé es su pueblo, su lote hereditario es Jacob. Le halló en tierra desierta, en región inculta, entre aullidos de bestias; le rodeó y le enseñó, le guardó como la niña de sus ojos." Como el águila que incita a su nidada revolotea sobre sus polluelos, así El extendió sus alas y los cogió, y los llevó sobre sus plumas. Sólo Yahvé le guiaba; no estaba con El ningún dios ajeno." Le subió a las alturas de la tierra, le nutrió de los frutos de los campos, le dio a chupar miel de las rocas, y aceite de durísimo sílice. La nata de las vacas y la leche de las ovejas, con la grosura de los corderos y los carneros, de los toros de Basan y de los machos cabríos. Con la flor de trigo bebiste la sangre de la uva, la espumosa bebida.” “Comió Jacob y se hartó, engordó Yesurún y recalcitró — engordaste, te cebaste, te henchiste —, y volvió la espalda a Dios, su Hacedor, y despreció al Dios de su salvación. Provocáronle con dioses ajenos, irritándole con abominaciones;" inmolaron a demonios, a no-dioses, a dioses que no habían conocido, nuevos, de ha poco advenedizos, a los que no sirvieron sus padres. De la Roca que te crió te olvidaste, diste al olvido a Dios, tu Hacedor.” “Y violo Yahvé, y se irritó, hastiado por sus hijos y sus hijas. Dijo: “Esconderé de ellos mi rostro, veré cuál será su fin, porque es una generación perversa, hijos sin fidelidad alguna. Ellos me han provocado con no-dioses, me han irritado con vanidades; yo los provocaré a ellos con no-pueblo y los irritaré con gente insensata." Ya se ha encendido el fuego de mi ira, y arderá hasta lo profundo del “seol,” y devorará la tierra con sus frutos Amontonaré sobre ellos males y más males, lanzaré contra ellos todas mis saetas. Los consumirá el hambre y los devorará la fiebre y la nauseabunda pestilencia. Mandaré contra ellos los dientes de las fieras, y el veneno de los reptiles que se arrastran por el polvo. A los que fuera estén los matará la espada, y a los de dentro, el espanto. Lo mismo a mancebos que a doncellas, lo mismo al que mama que al encanecido.” “Ya hubiera dicho yo: Voy a exterminarlos del todo, voy a borrar de entre los hombres su memoria, si no hubiera sido por la arrogancia de los enemigos, porque se envanecerían sus perseguidores y dirían: Ha vencido nuestra mano, no es Yahvé quien ha hecho todo esto. Es gente sin consejo, no tienen conocimiento. Si fueran sabios, comprenderían esto y atenderían a lo que les espera. ¿Cómo puede uno solo perseguir a mil, y dos poner en fuga a diez mil, sino porque su Roca se los vendió y Yahvé los ha entregado? Porque no es como nuestra Roca la roca suya, son jueces nuestros mismos enemigos23 . De cierto, su vid es de la vid de Sodoma, de los campos de Gomorra sus sarmientos, sus uvas son uvas ponzoñosas, sus racimos son racimos amarguísimos, Veneno de dragones es su vino, veneno mortal de áspides.” “Acaso no tengo yo esto guardado, encerrado en mis archivos, para el día de la venganza y la retribución, para el tiempo en que resbalarán sus pies? Pues cerca está el día de su perdición y ya lo que les espera se aproxima. De cierto, Yahvé hará justicia a su pueblo y tendrá misericordia de sus siervos cuando vea que desapareció ya su fuerza Y dirá entonces: ¿Dónde están ahora sus dioses, la roca a que ellos se acogían;" los que comían las grasas de sus víctimas y bebían el vino de sus libaciones? Que se levanten ahora y os socorran y sean vuestros protectores. Ved, pues, que yo soy yo, yo solo, y que no hay Dios alguno más que yo. Yo doy la vida, yo doy la muerte; yo hiero, yo sano; no hay nadie que se libre de mi mano." Ciertamente, yo alzo al cielo mi mano y juro por mi eterna vida: Cuando yo afile el rayo de mi espada y tome en mis manos el juicio, yo retribuiré con mi venganza a mis enemigos y daré su merecido a los que me aborrecen. Emborracharé de sangre mis saetas, y mi espada se hartará de carne; de la sangre de los muertos y de los cautivos, de las cabezas de los jefes enemigos." Regocijaos, gentes, por su pueblo, porque ha sido vengada la sangre de sus siervos, le ha vengado de sus enemigos y hará la expiación de la tierra y de su pueblo.”
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