Eclesiástico 28, 1-30

El que se venga será víctima de la venganza del Señor, que le pedirá exacta cuenta de sus pecados. Perdona a tu prójimo la injuria, y tus pecados, a tus ruegos, te serán perdonados” ¿Guarda el hombre rencor contra el hombre, e irá a pedir perdón al Señor? ¿No tiene misericordia de su semejante, y va a suplicar por sus pecados? Siendo carne, guarda rencor. ¿Quién va a tener piedad de sus delitos? Acuérdate de tus postrimerías y no tengas odio. Y guárdate de la corrupción y de la muerte y cumple los mandamientos. Acuérdate de la Ley, de la alianza del Altísimo. No aborrezcas a tu prójimo y perdona las ofensas. Aléjate de contiendas y aminorarás los pecados, porque el hombre iracundo enciende las contiendas. El hombre pecador siembra la turbación entre amigos, y en medio de los que en paz están arroja la calumnia. A tenor del combustible se enciende y se alimenta el fuego, y según el poder del hombre, así es su ira; según su riqueza crece su cólera, y se enciende según la violencia de la disputa." Pez y resina avivan el fuego, y una riña violenta hace correr la sangre. Si soplas sobre brasas, las enciendes, y si escupes sobre ellas, las apagas; y ambas cosas proceden de tu boca." Maldice al murmurador y al de lengua doble, porque han sido la perdición de muchos que vivían en paz. La lengua maldiciente ha desterrado a muchos, y los arrojó de pueblo en pueblo. Destruye las ciudades fuertes y derriba los palacios de los grandes. (TEXTO OMITIDO) La lengua calumniadora echa de casa a la mujer fuerte y la priva del fruto de su trabajo. El que le da oídos no hallará reposo ni tendrá paz en su casa. El golpe del azote hace cardenales, el golpe de la lengua quebranta los huesos. Muchos caen al filo de la espada, pero muchos más cayeron por la lengua. Feliz el que está a cubierto de ella; no es víctima de su rabia, y no tiene que soportar su yugo ni se ve preso en sus cadenas." Porque su yugo es yugo de hierro, y sus cadenas son cadenas de bronce. Muerte espantosa es la muerte que da, y el hades es preferible a ella;" pero no tendrá imperio sobre los piadosos, y éstos no arderán en sus llamas. Los que abandonan al Señor caerán en ella y los abrasará sin extinguirse. Sobre ellos se arrojará como león, y como leopardo los destrozará. Mira de poner a tu heredad cerca de espinos. y guarda bien tu plata y tu oro. Haz para tus palabras balanza y pesas, y para tu boca puerta y cerrojo. Atiende a no ser cogido en ella, y no caerás ante quien te acecha.
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