Efesios  1, 3-14

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en Cristo nos bendijo con toda bendición espiritual en los cielos;" por cuanto que en El nos eligió antes de la constitución del mundo, para que fuésemos santos e inmaculados ante El en amor, predestinándonos a la adopción de hijos suyos por Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, por la que nos ha hecho gratos en su Amado, en quien tenemos la redención por la virtud de su sangre, la remisión de los pecados, según las riquezas de su gracia, que superabundante mente derramó sobre nosotros en toda sabiduría y prudencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, conforme a su benévolo designio, que se había propuesto, para realizarlo en la plenitud de los tiempos, de recapitular en Cristo todas las cosas, las de los cielos y las de la tierra. En El, en quien hemos sido hechos herederos, predestinados, según el propósito de aquel que hace todas las cosas conforme al consejo de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria nosotros los que ya antes habíamos esperado en Cristo;" en el cual también vosotros, que escuchasteis la palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra salud, en el que habéis creído, fuisteis sellados con el sello del Espíritu Santo prometido, que es arras de nuestra herencia, para la redención de su adquisición, para alabanza de su gloria.
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