Genesis 1, 2-4

La tierra estaba confusa y vacía, y las tinieblas cubrían la haz del abismo, pero el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas. Dijo Dios: “Haya luz,” y hubo luz. y vio Dios ser buena la luz, y la separó de las tinieblas;
Ver contexto