Genesis 18, 1-29

Aparecióse Yahvé un día en el encinar de Mambré. Estaba sentado a la puerta de la tienda, a la hora del calor, y, alzando los ojos, vio parados cerca de él a tres varones. En cuanto los vio, salióles al encuentro desde la puerta de la tienda, y se postró en tierra, diciéndoles: “Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego que no pases de largo junto a tu siervo;" haré traer un poco de agua para lavar vuestros pies, y descansaréis debajo del árbol, y os traeré un bocado de pan y os confortaréis; después seguiréis, pues por eso habéis pasado junto a vuestro siervo.” Ellos contestaron: “Haz como has dicho.” y se apresuró Abraham a llegarse a la tienda donde estaba Sara, y le dijo: “Date prisa; amasa tres “seas” de flor de harina y cuece en el rescoldo unas hogazas.” Corrió al ganado y tomó un ternero recental y bueno y se lo dio a un mozo, que se apresuró a prepararlo;" y, tomando leche cuajada y leche recién ordeñada y el ternero ya dispuesto, se lo puso todo delante, y él se quedó junto a ellos debajo del árbol mientras comían. Dijéronle: “¿Dónde está Sara, tu mujer?” “En la tienda está,” contestó él. Y dijo uno de ellos: “A otro año por este tiempo volveré sin falta, y ya tendrá un hijo Sara, tu mujer.” Sara oía desde la puerta de la tienda, que estaba a espaldas del que hablaba. Eran ya Abraham y Sara ancianos, muy entrados en años, y había cesado ya a Sara la menstruación. Rióse, pues, Sara dentro, diciendo: “¿Cuando estoy ya consumida, voy a remocear, siendo ya también viejo mi señor?” Y dijo Yahvé a Abraham: “¿Por qué se ha reído Sara, diciéndose: De veras voy a parir, siendo tan vieja? ¿Hay algo imposible para Yahvé? A otro año por este tiempo volveré, y Sara tendrá ya un hijo.” Temerosa, Sara negó haberse reído, diciendo: “No me he reído”; pero El le dijo: “Sí, te has reído.” Levantáronse los tres varones y se dirigieron hacia Sodoma, y Abraham iba con ellos para despedirlos. Yahvé dijo: “¿Voy a encubrir yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo él de ser, como será, un pueblo grande y fuerte y habiendo de bendecirle todos los pueblos de la tierra? Pues bien sé que mandará a sus hijos y a su casa después de él que guarden los caminos de Yahvé y hagan justicia y juicio, para que cumpla Yahvé a Abraham cuanto le ha dicho.” Y prosiguió Yahvé: “El clamor de Sodoma y Gomorra ha crecido mucho, y su pecado se ha agravado en extremo;" voy a bajar a ver si sus obras han llegado a ser como el clamor que ha venido hasta mí, y si no, lo sabré.” Y partiéndose de allí dos de los varones, se encaminaron a Sodoma. Abraham siguió estando con Yahvé. Acercósele, pues, y le dijo: “¿Pero vas a exterminar juntamente al justo con el malvado? Si hubiera cincuenta justos en la ciudad, ¿los exterminarías acaso y no perdonarías al lugar por los cincuenta justos? Lejos de ti obrar así, matar al justo con el malvado y que sea el justo como el malvado; lejos eso de ti; el juez de la tierra toda, ¿no va a hacer justicia?” Y le dijo Yahvé: “Si hallare en Sodoma cincuenta justos, perdonaría por ellos a todo el lugar.” Prosiguió Abraham y dijo: “Mira, te ruego, ya que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza: Si de los cincuenta justos faltaren cinco, ¿destruirías por los cinco a toda la ciudad?” Y le contestó: “No la destruiría si hallase allí cuarenta y cinco justo.” Insistió Abraham todavía, y dijo: “¿Y si se hallasen allí cuarenta?” Contestóle: “También por los cuarenta lo haría.”
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