Hechos 15, 3-5

Ellos, despedidos por la iglesia, atravesaron la Fenicia y Samaría, contando la conversión de los gentiles y causando grande gozo a todos los hermanos. A su llegada a Jerusalén fueron acogidos por la iglesia y por los apóstoles y presbíteros, y les contaron cuanto había hecho Dios con ellos. Pero se levantaron algunos de la secta de los fariseos que habían creído, los cuales decían: “Es preciso que se circunciden y mandarles guardar la Ley de Moisés.”
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