II Samuel  6, 1-23

Volvió a reunir David a los selectos de Israel, treinta mil hombres, y, acompañado de todo el pueblo congregado tras él, se puso en marcha desde Baalat Judá, para subir el arca de Dios, sobre la cual se invoca el nombre de Yahvé Sebaot, sentado entre los querubines. Pusieron sobre un carro nuevo el arca de Dios y la sacaron de la casa de Abinadab, que está sobre la colina. Oza y Ajio, hijos de Abinadab, guiaban el carro. Iba Oza al lado del arca de Dios, y Ajio iba delante;" David y toda la casa de Israel iban danzando delante de Yahvé con todas sus fuerzas, con arpas, salterios, adufes, flautas y címbalos. Cuando llegaron a la era de Nacón, tendió Oza la mano hacia el arca de Dios y la tomo, porque los bueyes daban sacudidas. Encendióse de pronto contra Oza la cólera de Yahvé, y cayó allí muerto, junto al arca de Dios. Entristecióse David de que hubiese herido Yahvé a Oza, y fue llamado aquel lugar Peres Oza, hasta hoy. Atemorizóse entonces David de Yahvé y dijo: “¿Corno voy a llevar a mí el arca de Yahvé?” Y desistió ya de llevar a sí el arca de Yahvé a la ciudad de David, y la hizo llevar a la casa de Obededom de Gat. Tres meses estuvo el arca de Yahvé en casa de Obededom de Gat, y Yahvé le bendijo a él y a toda su casa. Dijéronle a David: “Yahvé ha bendecido a la casa de Obededom y a cuanto tiene con él por causa del arca de Dios”; y poniéndose David en camino, subió el arca de Dios de la casa de Obededom a la ciudad de David, con un jubiloso cortejo." Como los que llevaban el arca de Yahvé hubieron andado seis pasos, sacrificaba un buey y un carnero cebado. David danzaba con toda su fuerza delante de Yahvé y vestía un efod de lino. Así subieron David y toda la casa de Israel, entre gritos de júbilo y sonar de trompetas. Cuando el arca de Yahvé llegó a la ciudad de David, Micol, hija de Saúl, miró por la ventana; y al ver al rey David saltando y danzando delante de Yahvé, le menospreció en su corazón." Una vez que el arca de Yahvé fue introducida y puesta en su lugar, en medio del tabernáculo que David había alzado para ella, David ofreció a Yahvé holocaustos y sacrificios eucarísticos. Acabado que hubo de ofrecer los holocaustos y los sacrificios eucarísticos, bendijo al pueblo en nombre de Yahvé Sebaot. Repartió a todo el pueblo, a toda la muchedumbre de Israel, hombres y mujeres, a cada uno una torta, un pedazo de carne y un racimo de uvas, y el pueblo se fue cada uno a su casa. Cuando se volvió David a la suya para bendecirla, Micol, la hija de Saúl, le salió al encuentro, diciendo: “¡Qué gloria hoy para el rey de Israel haberse desnudado a los ojos de las siervas de sus siervos como se desnuda un juglar!” David respondió a Micol: “Delante de Yahvé, que con preferencia a tu padre y a toda su casa me eligió para hacerme jefe de su pueblo, de Israel, danzaré yo, y aún más vil que esto quiero parecer todavía y rebajarme más a tus ojos, y seré así honrado a los ojos de las siervas de que tú has hablado.” Y ya Micol, hija de Saúl, no tuvo más hijos hasta el día de su muerte.
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