Jeremías  15, 10-11

¡Ay de mí, madre mía, pues me engendraste, soy objeto de querella y de contienda para toda la tierra! A nadie presté, nadie me prestó, y, sin embargo, todos me maldicen. ¿En verdad, Joh Yahvé! soy culpable? En el tiempo del infortunio y de la angustia, ¿no te rogaba por el bien de los que me odian?
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