Jeremías  2, 19-21

Sírvante de castigo tus perversidades, y de escarmiento tus apostasías. Reconoce y advierte cuan malo y amargo es apartarte de Yahvé, tu Dios, y no poseer mi temor, oráculo del Señor, Yahvé de los ejércitos. Porque desde antiguo quebrantaste tu yugo, rompiste tus coyundas y dijiste: No serviré; pues sobre todo collado alto y bajo todo árbol frondoso te acostaste y prostituíste." Y yo te planté de vid generosa, toda ella de legítimos plantones. ¿Cómo, pues, te me has convertido en sarmientos degenerados de vid ajena?.
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