Job  33, 21-25

y se consume su carne hasta desaparecer, y se trasparentan los huesos, que no se veían. Está su alma próxima al sepulcro, su vida junto a los muertos. Pero si para él hay un ángel, un intérprete de entre mil, que haga ver al hombre su deber, tenga piedad de él y le diga: “Líbralo de descender a la fosa; yo hallé el rescate (de su vida).” Reverdecerá su carne más que en su juventud8, volverá a los días de su adolescencia.
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