Job  4, 12-15

Llegóme calladamente un hablar; mis orejas percibieron sólo un murmullo," al tiempo en que agitan el alma las visiones nocturnas, cuando duermen los hombres profundo sueño. Apoderóse de mí el terror y el espanto, temblaron todos mis huesos;" un viento azotó mi rostro, erizó el pelo de mi carne.
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