Juan  3, 23-28

Juan bautizaba también en Ainón, cerca de Salim, donde había mucha agua, y venían a bautizarse, pues Juan aún no había sido metido en la cárcel. Se suscitó una discusión entre los discípulos de Juan y cierto judío acerca de la purificación, y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, aquel que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, está ahora bautizando, y todos se van a El. Juan les respondió, diciendo: No debe el hombre tomarse nada si no le fuere dado del cielo. Vosotros mismos sois testigos de que dije: Yo no soy el Mesías, sino que he sido enviado ante El.
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