Levítico 8, 26-36

Tomó del cestillo de los ácimos, puesto ante Yahvé, un pan ácimo, una torta ácima amasada con aceite y un frisuelo, y los puso sobre el sebo y sobre el pernil derecho;" y después de haber puesto todo esto en las manos de Aarón y sus hijos, lo balancearon éstos como ofrenda a Yahvé. Moisés lo tomó de sus manos y lo quemó en el altar encima del holocausto, pues era el sacrificio de inauguración de suave olor, combustión a Yahvé. Moisés tomó luego el pecho del carnero de inauguración y lo balanceó ante Yahvé; ésta fue la porción de Moisés, como se lo había mandado Yahvé." Tomó Moisés el óleo de unción y sangre de la que había en el altar, asperjó a Aarón y sus vestiduras y a los hijos de Aarón y a sus vestiduras, consagrando a Aarón y sus vestiduras y a los hijos de Aarón y sus vestiduras. Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: “Coced la carne a la entrada del tabernáculo de la reunión; es allí donde habéis de comerla con el pan que hay en el cestillo de la inauguración, como yo lo he mandado, diciendo: Aarón y sus hijos lo comerán." Lo que reste de la carne y del pan lo quemaréis. Durante siete días no saldréis de la entrada del tabernáculo de la reunión, hasta que se cumplan los días de vuestra inauguración, pues vuestra inauguración durará siete días, como se ha hecho hoy para expiaros. Os quedaréis los siete días, día y noche, a la entrada del tabernáculo de la reunión, y guardaréis lo que ha mandado Yahvé, para no morir, porque esto es lo que El me ha mandado.” Aarón y sus hijos hicieron lo que Yahvé les mandó por Moisés.
Ver contexto