Marcos 12, 1-9

Comenzó a hablarles en parábolas: Un hombre plantó una viña y la cercó de muro, y cavó un lagar, y edificó una torre, y la arrendó a unos viñadores, y se partió lejos. A su tiempo, envió a los viñadores un siervo para percibir de ellos la parte de los frutos de su viña, y tomándole le azotaron y le despidieron con las manos vacías. De nuevo les envió otro, y le hirieron en la cabeza y le ultrajaron. Envió otro, y a éste le dieron muerte; igualmente a muchos otros, de los cuales a unos los azotaron y a otros los mataron." Le quedaba todavía uno, su hijo amado, y se lo envió también el último, diciéndose: A mi hijo le respetarán. Pero aquellos viñadores se dijeron para sí: Este es el heredero. ¡Ea! Matémosle y será nuestra la heredad. Y tomándole, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. ¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá y hará perecer a los viñadores y dará la viña a otros.
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