Romanos  15, 16-24

de ser ministro de Jesucristo entre los gentiles, encargado de un ministerio sagrado en el Evangelio de Dios, para procurar que la oblación de los gentiles sea aceptada, santificada por el Espíritu Santo. Tengo, pues, esta gloria en Cristo Jesús, por lo que mira al servicio de Dios;" porque no me atreveré a hablar de cosa que Cristo no haya obrado por mí para la conversión de los gentiles, de obra o de palabra, mediante el poder de milagros y prodigios y el poder del Espíritu Santo. De suerte que desde Jerusalén hasta la Iliria y en todas direcciones he predicado cumplidamente el Evangelio de Cristo;" sobre todo me he hecho un honor de predicar el Evangelio donde Cristo no era conocido, para no edificar sobre fundamentos ajenos, sino según lo que está escrito: “Le verán aquellos a quienes no fue anunciado, y los que no han oído entenderán.” Por lo cual me he visto impedido muchas veces de llegar hasta vosotros;" pero ahora, no teniendo ya campo en estas regiones, y deseando ir a veros desde hace bastantes años, espero veros al pasar, cuando vaya a España, y ser allá encaminado por vosotros, después de haber gozado un poco de vuestra conversación.
Ver contexto