Sabiduría 10, 15-21

Libró de la nación opresora al pueblo santo, al pueblo puro, a la descendencia irreprochable. Entró en el alma del servidor de Dios e hizo frente a reyes temibles con prodigios y señales. Dio a los santos la recompensa de sus trabajos, guiólos por un camino de prodigios, y fue para ellos sombra por el día y luz de astros por la noche. Les hizo atravesar el mar Rojo y los condujo a través de las muchas aguas. Sumergió a los enemigos, y del profundo abismo arrojó a la playa sus cadáveres. Por esto los justos, despojados los impíos, celebraron, Señor, tu santo nombre y a una alabaron tu diestra vencedora. Porque la sabiduría abrió la boca de los mudos e hizo elocuentes las lenguas de los niños.
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