Sabiduría 3, 1-4

Las almas de los justos están en las manos de Dios, y el tormento no los alcanzará. A los ojos de los necios parecen haber muerto, y su partida es reputada por desdicha;" su salida de entre nosotros, por aniquilamiento. Pero gozan de paz. Pues, aunque a los ojos de los hombres fueran atormentados, su esperanza está llena de inmortalidad.
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