Romanos  1, 1-7

Pablo, siervo de Jesucristo, apóstol por vocación, elegido para predicar el Evangelio de Dios, que de antemano había prometido por sus profetas en las Escrituras Santas, acerca de su Hijo, nacido de la estirpe de David según la carne, constituido Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santificación, por la resurrección de entre los muertos, Jesucristo Señor nuestro, por quien recibimos la gracia y el apostolado para predicar por su nombre la obediencia de la fe a todas las gentes, entre las cuales estáis también vosotros, llamados de Jesucristo; a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, santos por vocación; a vosotros gracia y paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Ver contexto