Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
4. Sacrificios Expiatorios.
L os sacrificios
expiatorios no son mencionados en la historia primitiva de Israel
. Son los que se ofrecen en
expiación de los
pecados. El hombre que se siente ligado por la voluntad del Señor, se siente también muchas veces en desgracia con El por las infracciones de la Ley divina, y así busca, por medio del sacrificio, aplacar a Dios y volver a recuperar su gracia. La Ley distingue dos sacrificios de esta índole: por el
pecado y por el
delito. En ambos predomina la idea de
reparación, mientras en los anteriores (holocaustos, pacíficos y oblaciones) predominaba la idea de reconocimiento de la
soberanía de Dios. Homenaje de entrega y de acción de gracias.
Los seguidores de Wellhausen sostienen que esta legislación relativa a los sacrificios por el
pecado y por el
delito es posterior al destierro o arranca de la escuela sacerdotal de Ezequiel1. Pero en
2Re_12:16 se hace alusión a la existencia de estos sacrificios expiatorios, y las ordenaciones de Ezequiel suponen ya una legislación sobre el particular2. Por otra parte, esta noción de sacrificio expiatorio no es desconocida de las antiguas poblaciones de Canaán3. En los textos de Ras Samra aparece el sacrificio
pro delicto (
asam)
, y parece que hay otro equivalente al
pro peccato4. En el texto púnico de la tarifa de Marsella aparece también un sacrificio semejante5. Lo mismo parece deducirse de los exvotos míneos y sábeos6. Entre los babilonios existían estos sacrificios de tipo
expiatorio7. De todo esto se deduce que la legislación levítica sobre los sacrificios
expiatorios (
pro delicio et pro peccato)
no es algo postizo de época reciente, sino que enraiza con costumbres semíticas muy arcaicas, y bien pueden llegar a los tiempos mosaicos.
Sacrificio por el Pecado del Sumo Sacerdote (1-12).
1
Yahvé habló a Moisés, diciendo: 2
Habla a los hijos de Israel y diles: Si pecare alguno por ignorancia, haciendo algo contra cualquiera de los mandatos prohibitivos de Yahvé e hiciera alguna de estas cosas: 3
si es el sacerdote ungido el que peca, haciendo así culpable al pueblo, ofrecerá a Yahvé por su pecado un novillo sin defecto en sacrificio expiatorio. 4
Llevará el novillo a la entrada del tabernáculo de la reunión ante Yahvé, y, después de poner la mano sobre la cabeza, lo degollará ante Yahvé. 5
El sacerdote ungido tomará la sangre del novillo y la llevará al tabernáculo de la reunión, 6
y, mojando un dedo en la sangre, hará siete aspersiones ante Yahvé hacia el velo del santuario; 7
untará de ella los cuernos del altar de los perfumes y derramará todo el resto de la sangre del novillo en torno del altar de los holocaustos, que está a la entrada del tabernáculo de la reunión. 8
Tomará luego el sebo del novillo sacrificado por el pecado, el sebo que cubre las entrañas y cuanto hay sobre ellas, 9
los dos ríñones con el sebo que los cubre, y el que hay entre ellos y los lomos, y la redecilla del hígado sobre los ríñones, 10
como se coge en el novillo del sacrificio pacífico, y lo quemará en el altar de los holocaustos. 11
La piel del novillo, sus carnes, la cabeza, las patas, las entrañas y los excrementos, 12
lo llevará todo fuera del campamento a un lugar puro, donde se tiran las cenizas, y lo quemará sobre la leña. Se quemará en el lugar donde se tiran las cenizas.
El sacrificio por el
pecado (en heb,
jaita)
era en expiación de los pecados cometidos por
ignorancia hacia algo contra los mandatos prohibitivos de Yahvé (v.2). Es un pecado, pues, involuntario por error, haciendo alguna de las cosas prohibidas por Yahvé. Es en contraposición del pecado cometido con mano alzada,8 que una oposición abierta y escandalosa contra la autoridad de Dios, es decir, los pecados con malicia expresa, los cuales son castigados con la muerte. Aquí se trata de expiar los pecados de fragilidad, no sólo las faltas culturales, o faltas de pura inadvertencia9. En hebreo,
jaita, etimológicamente, significa faltar, no dar en el blanco, ser defectuoso; pero prácticamente designa todo acto que no se amolda a las reglas del bien y de los mandatos de Yahvé. El ceremonial distingue en los sacrificios por el
pecado: si el pecador es el sumo sacerdote, si es la asamblea del pueblo, o un príncipe del pueblo, o una persona privada. Naturalmente, la categoría del sacrificio varía según la categoría de la persona oferente. En el primer caso, es el del sacerdote que ha recibido la unción, es decir, el sumo sacerdote, como traducen los LXX Üñ÷éåñåý?10. Por ser el representante religioso de la comunidad israelita, su pecado es particularmente grave, y por ello necesita una expiación especial, ya que en su persona la culpabilidad afecta a todo el pueblo. Como expiación de su pecado debe ofrecer un novillo, recogiendo su sangre, con la que untará los ángulos del altar de los perfumes y derramará el resto en torno del altar de los holocaustos. El sebo de la víctima lo quemará en el lugar donde se tiran las cenizas. Como en los sacrificios anteriores, la inmolación era precedida de la imposición de las manos sobre la víctima. El significado del rito parece que está relacionado con la transmisión del pecado a la víctima y la sustitución de ésta a aquél ante Yahvé. Ante el velo del santuario debía hacer siete aspersiones de sangre. Sólo el día solemne de la expiación podía el sumo sacerdote entrar detrás del
velo en el
santo de los santos.11 Después se ungían con la sangre los cuernos del altar de los perfumes (v.7), y el resto de la sangre se derramaba al pie del altar de los holocaustos. Las partes grasas se quemaban sobre el altar como en los sacrificios pacíficos (v.10), y el resto, piel, carnes, patas, etc., se quemaba fuera del campamento (v.12). Era la destrucción total de la víctima, de forma que el oferente no se apropia nada de ella. Aquí lo que no es entregado a Dios en el altar es consumido por el fuego fuera del campamento. Como el oferente tenía conciencia de pecador, no podía tener el banquete sagrado con las partes salvadas de la combustión del altar, como en los sacrificios pacíficos. En este sacrificio, el oferente, lejos de estar movido de sentimientos de alegría, debe sentirse penitente y triste, y, además, no debe sacar provecho de una víctima ofrecida por sus pecados. Por otra parte, como las partes de la víctima no quemadas sobre el altar eran algo sagrado, no debían ser profanadas, y por ello se quemaban fuera en un lugar prescrito12. El autor de la Epístola a los Hebreos ve en esta circunstancia de la cremación de la víctima fuera del campamento un tipo del sacrificio del Cristo muerto fuera de Jerusalén como víctima expiatoria por nuestros pecados13.
Sacrificio por la Asamblea del Pueblo (13-21).
13
Si fuera la asamblea toda del pueblo la que por ignorancia pecare, sin darse cuenta, haciendo algo que los mandatos de Yahvé prohíben, incurriendo así en culpa, 14
al darse cuenta la asamblea del pecado cometido, ofrecerá en sacrificio expiatorio un novillo, que se llevará a la entrada del tabernáculo de la reunión.15
Los ancianos de la asamblea pondrán sus manos sobre la cabeza del novillo y le degollarán ante Yahvé; 16
el sacerdote ungido llevará la sangre del novillo ante Yahvé en el tabernáculo de la reunión, 17
y, mojando su dedo en la sangre, aspergerá siete veces ante Yahvé en el tabernáculo de la reunión, 18
y la derramará al pie del altar de los holocaustos, que está a la entrada del tabernáculo de la reunión. 19
Luego tomará todo el sebo del novillo y lo quemará en el altar, 20
haciendo con este novillo como con el novillo anterior. Así los expiará el sacerdote y les será perdonado. 21
Llevará el novillo fuera del campamento y lo quemará como el anterior. Este es el sacrificio por el pecado de la asamblea de los hijos de Israel.
El ritual es similar al anterior. Aquí el pueblo es considerado corporativamente como solidario en el pecado, al descuidar el cumplimiento de los preceptos de Yahvé. Por ello debe ofrecer un sacrificio de expiación. No se especifica cómo la
asamblea del pueblo llegaba a tener conciencia de su pecado, quizá por la proclamación de alguna persona representativa, como el sacerdote. La víctima a ofrecer es la misma que la del sumo sacerdote. Los
ancianos harán la imposición de las manos sobre la víctima antes de la inmolación como representantes netos del pueblo. El sumo sacerdote aspergerá con la sangre siete veces como en el caso anterior (v.17). Después se quemará el sebo y partes grasas sobre el altar y el resto será quemado fuera del campamento14.
Sacrificio por el Pecado de un Jefe (22-26).
22
Si el que pecó es un jefe del pueblo, haciendo por ignorancia algo de lo que los mandamientos de Yahvé, su Dios, prohiben, incurriendo así en culpa, 23
al darse cuenta del pecado cometido, llevará como ofrenda un macho cabrío sin defecto; 24
pondrá su mano sobre la cabeza y lo degollará en el lugar donde se degüellan los holocaustos a Yahvé; es sacrificio por el pecado. 25
El sacerdote mojará su dedo en la sangre de la víctima y untará de ella los cuernos del altar de los holocaustos, y la derramará al pie del altar. 26
Después quemará todo el sebo en el altar, como se quema en los sacrificios pacíficos. Así le expiará el sacerdote de su pecado, y le será perdonado.
Ahora la víctima es modesta, en conformidad con la categoría del nuevo pecador, que es un
jefe político o militar, un personaje de alguna influencia en la vida social. La víctima es el macho cabrío, y el ritual, semejante al anterior, si bien la unción con la sangre es sobre los cuernos del altar de los holocaustos y no de los perfumes, como en los casos anteriores. Y el que hace las unciones no es el sumo sacerdote (sacerdote ungido, v.16), sino un sacerdote cualquiera (v.26).
Se quemarán las partes grasas sobre el altar, pero no se especifica el destino de las otras partes de la víctima, que en los anteriores sacrificios debían ser quemadas fuera del campamento. Por
Lev_6:29-30 sabemos que esa carne debían comerla los sacerdotes en un lugar sagrado.
Sacrificio por el Pecado de un Israelita (27-35).
27
Si el que por ignorancia pecó es uno del pueblo, haciendo algo que Yahvé ha prohibido hacer, e incurriendo así en culpa, 28
al caer en la cuenta de su pecado, llevará en ofrenda una cabra sin defecto, hembra, por el pecado cometido; 29
pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima por el pecado y la degollará en el lugar donde se ofrecen los holocaustos. 30
El sacerdote mojará su dedo en la sangre de la víctima, untará en ella los cuernos del altar de los holocaustos y la derramará al pie del altar. 31
Después, tornando el sebo, como en el sacrificio pacífico, lo quemará en el altar en suave olor a Yahvé. Así le expiará el sacerdote, y le será perdonado. 32
Si lo que ofrece en sacrificio por el pecado es un cordero, llevará una cordera sin defecto, 33
pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima por el pecado y la degollará en sacrificio de expiación en el lugar donde se ofrecen los holocaustos. 34
El sacerdote mojará su dedo en la sangre de la víctima y untará de ella los cuernos del altar de los holocaustos, y derramará la sangre al pie del altar. 35
Después, tornando el sebo, como en el sacrificio pacífico, lo quemará en el altar sobre las combustiones de Yahvé. Así le expiará el sacerdote por el pecado cometido, y le será perdonado.
Si se trata de un particular, la víctima es también de inferior categoría, ya que es una hembra, cabra u oveja. En
Num_15:27 se dice que la víctima debe ser de un año. El ritual es semejante al anterior: imposición de manos por el oferente pecador, unción con su sangre de los cuernos del altar de los holocaustos y cremación del sebo en el altar sobre las combustiones de Yahvé (v.35). La frase es extraña, y algunos autores ven aquí una alusión a un sacrificio recientemente ofrecido, como el holocausto cotidiano o perpetuo.
1 Sobre esta cuestión véase Médébielle, o.c., p.62. 2 Cf.
Eze_43:21;
Eze_44:29. 3 Cf. 1 Sam c.5-6. 4 Cf. RB (1931) P-53 n.27. 5 Cf. M. J. Lagrange,
Etudes sur les religions sémitiques p.395-404. 6 Cf. RB (1912) p.50-85. 7 Cf. P. Dhorme,
La religión assyro-babvlonienne p.290; Lagrange, o.c., p.234) art·
Babylone et la Bible: DBS I 844-845. 8 Cf.
Num_15:30-31. 9 Cf. Médébielle, O.C., p.85s. 10 Al sumo sacerdote se le llama sacerdote de la unción en
Lev_4:16;
Lev_6:15;
Lev_21:10;
Lev_21:12, y sumo sacerdote (
hakkóhen Haggaddol)
en
Lev_7:35;
Lev_10:7;
Núm_3:3, etc. 11 A propósito de estas
siete aspersiones de sangre, algunos autores recuerdan lo que dice Herodoto, III 8, sobre el rito de la alianza en Arabia, en la que se marcaban
siete piedras con sangre. 12 Cf.
Lev_6:20-22. 13
Heb_13:10-13. 14
La palabra hebrea
(kipper)
que hemos traducido por
perdonar (v.20) es de etimología discutida, pero parece que primitivamente designa cubrir,
borrar. Cf. Médébielle, o.c., p.55; A. Clamer, o.c., p.50s.