porque me has alegrado con tus obras, oh Yahweh; me gloriaré en la obra de tus manos. (Salmos 92, 4) © Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015)
Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: second person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: pi“el
Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: dual
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable
Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: pi“el
Con un pie en la canción y el otro en la enseñanza, el autor de este salmo no sabe proclamar la bondad del Señor sin desembocar en la retribución (3). Las acciones del Señor, obra de sus manos (5), son piedra de escándalo. El justo las entiende y ensalza, aunque se les escape su grandeza y profundidad (6); por eso las proclama ininterrumpidamente (3), acompañado de distintos instrumentos musicales (4) y con diversos tonos de voz. El necio, por el contrario, las rechaza, atrapado como está en sus muchas riquezas (8). Es lo que mostrará su destino final (9s). El destino del justo es muy distinto. Es admitido como comensal de Dios. Por eso se le unge con aceite tonificante (11), que relaja los músculos fatigados. Confortado, puede descubrir a sus enemigos, aunque se oculten sigilosamente (12). Ya en la casa del anfitrión, la vida del justo es comparada a una palmera, cuyo fruto es constante (13-15). Así puede proclamar lo que el poeta se proponía al comenzar su composición: la fidelidad de Dios (3b), en el que no existe falsedad (16). Únicamente los «hombres de espíritu» pueden comprender (1Co_2:11) la necedad y el escándalo de la muerte del Señor (1Co_1:23). Oramos con este salmo para dar gracias a Dios por sus grandes acciones.