Exodo  32, 11-14

Entonces Moisés, orando ante Yahweh su Dios, dijo: No suceda así, oh Yahweh; que no se encienda tu indignación contra tu pueblo que sacaste de Egipto con tu gran poder y tu brazo alzado, para que no vayan a decir: “Los sacó para su mal, a fin de matarlos entre los montes y borrarlos de la faz de la tierra”. Desiste del furor de tu indignación, y apacíguate en cuanto al daño a tu pueblo. Recuerda a Abraham, a Isaac y a Israel, siervos tuyos, a quienes juraste por ti mismo, diciéndoles: “Multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo, y entregaré a su descendencia toda la tierra de la que he hablado, y ellos la tomarán en posesión para siempre”. Entonces Yahweh desistió de hacer el daño que había dicho que haría a su pueblo.
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