Proverbios 26, 20-25

Sin leña se apaga el fuego, y donde no hay persona conflictiva cesa la contienda. La parrilla es para las brasas, los leños para el fuego, y el hombre rencilloso para encender contiendas. Las palabras del rencilloso provocan conflictos, y penetran hasta las partes más profundas del corazón. Como escorias de plata que revisten a un vaso de barro, así son los labios que incitan y el corazón malvado. Por sus labios se evidencia el que odia, y en su interior oculta el engaño; aun si su hablar es dulce, no le creas, pues siete maldades tiene dentro de sí.
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