I Crónicas 4, 9

Jabés

(9-10) Cuando Jabés nació, su madre le puso ese nombre porque le causó mucho dolor[1] durante el nacimiento. En cierta ocasión, Jabés le rogó a Dios: «Bendíceme y dame un territorio muy grande; ayúdame y líbrame de todo mal y sufrimiento». Dios le concedió su petición, y Jabés llegó a ser más importante que sus hermanos.

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