Jueves, 22 Diciembre 2022

22 diciembre (4ª semana - jueves)

Feriale
(de la Feria) Tempo: Avvento

Vísperas

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya

 HIMNO

Porque anochece ya,
porque es tarde, Dios mío,
porque temo perder
las huellas del camino,
no me dejes tan solo
y quédate conmigo.
 
Porque he sido rebelde
y he buscado el peligro
y escudriñé curioso
las cumbres y el abismo,
perdóname, Señor,
y quédate conmigo.
 
Porque ardo en sed de ti
y en hambre de tu trigo,
ven, siéntate a mi mesa,
bendice el pan y el vino.
¡Qué aprisa cae la tarde!
¡Quédate al fin conmigo! Amén.

SALMODIA

Ant. 1. A ti, Señor, levanto mi alma; ven y líbrame, Señor, que en ti confío.

Salmo 143
ORACIÓN POR LA VICTORIA Y LA PAZ
Su brazo se adiestró en la pelea, cuando venció al mundo; dijo, en efecto: «Yo he vencido al mundo» (S. Hilario).
I

Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea;
 
Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y refugio,
que me somete los pueblos.
 
Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?
¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo;
sus días, una sombra que pasa.
 
Señor, inclina tu cielo y desciende;
toca los montes, y echarán humo;
fulmina el rayo y dispérsalos;
dispara tus saetas y desbarátalos.
 
Extiende la mano desde arriba:
defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,
de la mano de los extranjeros,
cuya boca dice falsedades,
cuya diestra jura en falso.

Ant. A ti, Señor, levanto mi alma; ven y líbrame, Señor, que en ti confío.

Ant. 2. Da su paga, Señor, a los que esperan en ti, para que tus profetas sean hallados veraces.

II

Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo.
 
Defiéndeme de la espada cruel,
sálvame de las manos de extranjeros,
cuya boca dice falsedades,
cuya diestra jura en falso.
 
Sean nuestros hijos un plantío,
crecidos desde su adolescencia;
nuestras hijas sean columnas talladas,
estructura de un templo.
 
Que nuestros silos estén repletos
de frutos de toda especie;
que nuestros rebaños a millares
se multipliquen en las praderas,
y nuestros bueyes vengan cargados,
que no haya brechas ni aberturas,
ni alarma en nuestras plazas.
 
Dichoso el pueblo que esto tiene,
dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.

Ant. Da su paga, Señor, a los que esperan en ti, para que tus profetas sean hallados veraces.

Ant. 3. Vuélvete, Señor, a nosotros y no tardes más en venir.

Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
EL JUICIO DE DIOS

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
 
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
 
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
 
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.

Ant. Vuélvete, Señor, a nosotros y no tardes más en venir.

LEXTURA BREVE Sant 5, 7-8. 9b

Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía. Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca. Mirad que el juez está ya a la puerta.

RESPONSORIO BREVE

V. Despierta tu poder y ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
R. Despierta tu poder y ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
V. Que brille tu rostro y nos salve. 
R. Señor Dios de los ejércitos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Despierta tu poder y ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos. 

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo, ven y salva al hombre que formaste delbarro de la tierra.

MAGNÍFICAT Lc 1, 46-55
ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
 
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
 
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
 
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo, ven y salva al hombre que formaste delbarro de la tierra.

 PRECES 

Oremos, hermanos, a Cristo, el Señor, que por nosotrosse despojó de su rango, y digámosle confiados:

Ven, Señor Jesús.

Señor Jesús, que con tu encarnación has salvado al mundo,
— purifica nuestras almas y nuestros cuerpos de todo pecado. 

No permitas que aquellos a quienes llamas hermanos por tu encarnación 
— se alejen de ti por el pecado. 

No permitas que aquellos a quienes has salvado con tu venida 
— merezcan ser castigados en el día de tu juicio. 

Cristo Jesús, que nunca alejas de nosotros tu bondad y tu amor, 
— haz que alcancemos la corona inmarcesible de gloria. 

Te encomendamos, Señor, a nuestros hermanos que han sido separados temporalmente de su cuerpo; 
— haz que, muertos para el mundo, vivan eternamente para ti. 


intenciones libres

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad  en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

ORACIÓN

Señor Dios, que con la venida de tu Hijo has querido redimir al hombre sentenciado a muerte, concede a los que van a adorarlo, hecho niño en Belén, participar de los bienes de su redención. Por nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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