I Reyes 6 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 38 versitos |
1
La construcción del Templo.
El año cuatrocientos ochenta de la salida de los israelitas de la tierra de Egipto, el año cuarto del reinado de Salomón en Israel, en el segundo mes (que es el de Ziv), Salomón construyó el templo de Yahvé.
2 El templo que edificó el rey Salomón a Yahvé tenía sesenta codos de largo, veinte de ancho y veinticinco de alto.
3 El vestíbulo ante la nave del templo tenía veinte codos de longitud a lo ancho del templo y diez codos de anchura a lo largo del edificio.
4 Hizo en el templo ventanas con celosías.
5 Adosada al muro del templo edificó una galería en torno a la nave y al santuario (con habitaciones laterales).
6 La galería inferior medía cinco codos de ancho, la intermedia seis codos y la tercera siete codos, pues había dispuesto huecos alrededor del templo, por la parte exterior, para no horadar sus muros.
7 (El templo se contruyó con piedra tallada en la cantera, de modo que durante la construcción no se escucharon martillos, sierras ni instrumentos de hierro.)
8 La entrada del piso bajo estaba en el ala derecha del templo. Por una escalera de caracol se subía al piso intermedio y de éste al tercero.
9 Construyó el templo hasta su conclusión. Recubrió el templo con artesonado de cedro.
10 Construyó la galería adosada a todo el edificio, de cinco codos de altura y unida al templo por vigas de cedro.
11 Llegó a Salomón la palabra de Yahvé que decía:
12 «Por este templo que estás construyendo, si caminas según mis preceptos, obras según mis sentencias y guardas todos mis mandamientos, caminando conforme a ellos, yo te cumpliré mi palabra, la que prometí a David tu padre.
13 Habitaré en medio de los hijos de Israel y no abandonaré a mi pueblo Israel.»
14 Construyó Salomón el templo hasta su conclusión.
15
Interior del Templo.
El Santo de los Santos.
Revistió los muros interiores del templo con planchas de cedro desde el suelo hasta las vigas del techo; revistió de madera el interior y el suelo con planchas de ciprés.
16 Recubrió los veinte codos del fondo con planchas de cedro desde el suelo hasta las vigas, formando así en el interior el santuario, el Santo de los Santos.
17 El templo, es decir, la nave delante del santuario medía cuarenta codos.
18 El cedro del interior presentaba bajorrelieves de calabazas y capullos abiertos; todo era de cedro, no se veía la piedra.
19 Dispuso el santuario al fondo del templo, colocando allí el arca de la alianza de Yahvé.
20 El santuario medía veinte codos de largo, veinte de ancho y veinte de alto. Lo revistió de oro fino y alzó, delante del santuario, un altar de cedro,
21 recubierto de oro.
22 Revistió de oro la totalidad del templo, de arriba abajo.
23
Los querubines.
Hizo en el santuario dos querubines de madera de acebuche de diez codos de altura.
24 Un ala de un querubín medía cinco codos y cinco codos también la otra ala: diez codos desde la punta de un ala hasta la punta de la otra.
25 El segundo querubín medía también diez codos. Los dos querubines tenían las mismas medidas y la misma forma.
26 La altura de un querubín era de diez codos; igualmente el segundo querubín.
27 Colocó los querubines en medio del recinto interior. Los querubines tenían las alas desplegadas. Cada uno tocaba un muro con un ala y en el centro del templo se tocaban uno al otro, ala con ala.
28 Revistió de oro los querubines.
29 (Esculpió todos los muros del templo, del santuario y de la nave, con bajorrelieves de querubines, palmeras, capullos abiertos.
30 Recubrió de oro el pavimento del templo, del santuario y de la nave.)
31
Las puertas. El patio.
Construyó la entrada del santuario con puertas de madera de acebuche (el dintel y las jambas tenían cinco laterales.)
32 Esculpió sobre ellos bajorrelieves de querubines, palmas y capullos abiertos. Los recubrió de oro, aplicando láminas de oro sobre los querubines y las palmeras.
33 Lo mismo hizo para la puerta de la nave: montantes de madera de acebuche (de cuatro laterales)
34 y dos puertas de madera de abeto: las dos planchas de cada puerta estaban redondeadas.
35 Esculpió querubines, palmeras, capullos abiertos y aplicó oro sobre los relieves.
36 Construyó el patio interior, con tres hileras de piedra tallada y una de tablones de cedro.
37
Fechas.
El año cuarto, en el mes de Ziv, se echaron los cimientos del templo de Yahvé,
38 y el año once, en el mes de Bul —que es el mes octavo— fue concluido el templo en su totalidad, conforme al proyecto establecido. Salomón lo construyó en siete años.

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Introducción a I Reyes

Los libros de los Reyes , como los de Samuel, constituían una sola obra en la Biblia hebrea. Corresponden a los dos últimos libros de los Reinos en la traducción griega, y de los Reyes en la Vulgata.

Son la continuación de los libros de Samuel, y 1 R 1-2 contiene la parte final del gran documento de 2 S 9-20. La larga narración del reinado de Salomón, 1 R 3-11, detalla la excelencia de su sabiduría, el esplendor de sus construcciones, sobre todo del Templo de Jerusalén, y la abundancia de sus riquezas. Es ciertamente una época gloriosa, pero el espíritu conquistador del reino de David ha desaparecido: se conserva, se organiza y, sobre todo, se saca partido de los triunfos de David. Se mantiene la oposición entre las dos fracciones del pueblo, y a la muerte de Salomón, en 931, el reino se divide: las diez tribus del Norte llevan a cabo una secesión agravada por un cisma religioso, 1 R 12-13. La historia paralela de los dos reinos de Israel y Judá se desarrolla de 1 R 14 a 2 R 17: con frecuencia es la historia de las luchas entre estos reinos hermanos, es también la de los asaltos del exterior por parte de Egipto contra Judá y de los arameos por el Norte. El peligro arrecia cuando los ejércitos asirios intervienen en la región, primero en el siglo IX, con más fuerza en el siglo VIII, cuando Samaría cae bajo sus golpes el 721, mientras que Judá se ha declarado ya vasallo. La historia, limitada ya a Judá, prosigue hasta la ruina de Jerusalén el 587 en 2 R 18-25 21. La narración se alarga al tratar de dos reinados, el de Ezequías, 2 R 18-20, y el de Josías, 2 R 22-23, marcados por un despertar nacional y una reforma religiosa. Los grandes acontecimientos políticos son entonces la invasión de Senaquerib bajo Ezequías el 701, en respuesta a la denegación del tributo asirio y, bajo Josías, la ruina de Asiria y la formación del imperio caldeo. Judá hubo de someterse a los nuevos amos de Oriente, pero pronto se rebeló. El castigo no se hizo esperar: el 597, los ejércitos de Nabucodonosor conquistaron Jerusalén y llevaron cautivos a una parte de sus habitantes; diez años después un amago de independencia provocó una segunda intervención de Nabucodonosor, que terminó el 587 con la ruina de Jerusalén y una segunda deportación. Reyes concluye con dos breves apéndices, 2Re_25:22-30 .

La obra cita nominalmente tres de sus fuentes, una Historia de Salomón, los Anales de los reyes de Israel y los Anales de los reyes de Judá, pero también existieron otras: además de la parte final del gran documento davídico, 1 R 1-2, una descripción del Templo, de origen sacerdotal, 1 R 6-7, y, sobre todo, una historia de Elías compuesta hacia fines del siglo IX y una historia de Eliseo un poco posterior; estas dos historias forman la base de los ciclos de Elías, 1 R 17 - 2 R 1, y de Eliseo, 2 R 2-13. Los relatos del reinado de Ezequías que presentan en escena a Isaías, 2Re_18:17-20:19, provienen de los discípulos de este profeta.

Cuando la utilización de las fuentes no lo impide, los sucesos quedan encerrados en un marco uniforme: se trata cada reinado como una unidad independiente y completa, su comienzo y su fin se señalan casi con las mismas fórmulas, en las que jamás falta un juicio sobre la conducta religiosa del rey. Se condena a todos los reyes de Israel a causa del pecado original de este reino, la fundación del santuario de Betel; entre los reyes de Judá, ocho solamente son alabados por su fidelidad general a las prescripciones de Yahvé. Pero esta alabanza queda restringida seis veces por la observación de que los altos no desaparecieron; únicamente Ezequías y Josías reciben una aprobación sin reservas.

Estos juicios se inspiran evidentemente en la ley del Deuteronomio sobre la unidad del santuario. Más aún: el descubrimiento del Deuteronomio bajo Josías y la reforma religiosa que inspiró señalan el punto culminante de toda esta historia, y toda la obra es una demostración de la tesis fundamental del Deuteronomio, repetida en 1 R 8 y 2 R 17: si el pueblo observa la alianza concluida con Dios, será bendecido; si la rompe, será castigado. Este influjo deuteronomista se encuentra también en el estilo, siempre que el redactor desarrolla o comenta sus fuentes.

Es probable que una primera redacción deuteronomista fuera hecha antes del Destierro, antes de la muerte de Josías en Meguidó el 609, y la alabanza otorgada a este rey, 2Re_23:25 (menos las últimas palabras) sería la conclusión de la obra primitiva. Una segunda edición, asimismo deuteronomista, se hizo durante el Destierro: después del 562, si se le atribuye el final del libro, 2Re_25:22-30 , o algo antes si ponemos su punto final después del relato de la segunda deportación, 2Re_25:21 , que tiene trazas de ser una conclusión. Hubo, finalmente, algunas adiciones, durante y después del Destierro.

Los libros de los Reyes se han de leer con el espíritu con que fueron escritos, como una historia de salvación: la ingratitud del pueblo elegido, la ruina sucesiva de las dos fracciones de la nación parecen llevar al fracaso el plan de Dios; pero siempre queda, para defender el futuro, un grupo de fieles que no han doblado las rodillas ante Baal, un resto de Sión que guarda la Alianza. La firmeza de las disposiciones divinas se manifiesta en la admirable subsistencia del linaje davídico, depositario de las promesas mesiánicas, y el libro, en su forma definitiva, se cierra con la gracia concedida a Jeconías, como aurora de una redención.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

I Reyes 6,1
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |2Cr_3:1-7

NOTAS

6:1 Esta fecha depende de un sistema cronológico que ponía igual intervalo entre la erección de la Tienda en el desierto y la construcción del templo bajo Salomón, por una parte; y entre esta construcción y la reconstrucción, a la vuelta del Destierro, por otra. El suceso se sitúa en los alrededores del 960 a.C.


I Reyes 6,2
NOTAS

6:2 (a) El templo o Casa de Yahvé era un edificio alargado con tres piezas sucesivas: el Ulam es el vestíbulo; el Hekal, más tarde llamado Santo, es la gran sala de culto, la nave; el Debir, la cámara del fondo, es la parte más sagrada, el santuario, al que se llamará Santo de los Santos, donde está el arca de la alianza, 1Re_6:19. La diferencia de cinco codos de altura entre el Hekal y el Debir (1Re_6:2 y 1Re_6:10) indica que el suelo del Debir estaba más alto, formando una especie de estrado para el arca. El Debir debía separarse del Hekal por medio de una mampara. Sobre tres de los lados exteriores del templo, se apoyaba un edificio de tres pisos poco elevados (1Re_6:10). Comparar la descripción de la Tienda en el desierto, Ex 26-36, y la del templo futuro en Ez 40-42.

6:2 (b) «veinticinco» griego, «treinta» hebr.

I Reyes 6,3
NOTAS

6:3 El griego contiene la frase: «Construyó el templo y lo concluyó» (1Re_6:9 y 1Re_6:14). La repetición tiene la función de enmarcar las diversas partes del texto.

I Reyes 6,4
NOTAS

6:4 Traducción dudosa.

I Reyes 6,5
NOTAS

6:5 El hebr. repite «alrededor de las paredes de la Casa» omitido por griego.

I Reyes 6,9
NOTAS

6:9 El sentido de las últimas palabras es dudoso.

I Reyes 6,11
NOTAS

6:11 Los vv. 1Re_6:11-13 no se encuentran en el griego. Son un añadido.

I Reyes 6,12
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Sa_7:11-16

I Reyes 6,15
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |2Cr_3:8-9

I Reyes 6,16
NOTAS

6:16 «hasta las vigas» (ya 1Re_6:15) griego; «hasta los muros» hebr.

I Reyes 6,17
NOTAS

6:17 El hebr. pone por error «delante del santuario» al comienzo de 1Re_6:20.

I Reyes 6,20
NOTAS

6:20 Se trata del altar del incienso, ver Éxo_30:1+.

I Reyes 6,21
NOTAS

6:21 Al comienzo, el hebr. está sobrecargado y su texto está corrompido.

I Reyes 6,22
NOTAS

6:22 El hebr. añade «y todo el altar del santuario lo revistió de oro»; omitido por griego.

I Reyes 6,23
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |2Cr_3:10-13; Éxo_25:18+

I Reyes 6,29-30
NOTAS

6:29-30 Los dos vv. son adicionales.

I Reyes 6,31
NOTAS

6:31 Descripción de difícil interpretación. El texto debe ser corregido y el sentido de varios términos técnicos es dudoso.

I Reyes 6,36
NOTAS

6:36 (a) El patio en que se alzaba el templo, en cotraposición al gran patio, 1Re_7:12, que rodeaba el templo y el palacio.

6:36 (b) Los tablones formaban una armadura que aseguraba la estabilidad del muro. La superestructura probablemente era de ladrillo.