Jeremías  20 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 18 versitos |
1 El sacerdote Pasjur, hijo de Imer, que era inspector jefe de la Casa de Yahvé, oyó a Jeremías profetizar dichas palabras.
2 Pasjur hizo dar una paliza al profeta Jeremías y lo hizo meter en el calabozo de la Puerta Alta de Benjamín —la que está en el templo de Yahvé—.
3 Al día siguiente sacó Pasjur a Jeremías del calabozo. Díjole Jeremías: No es Pasjur el nombre que te ha puesto Yahvé, sino «Terror en torno».
4 Porque así dice Yahvé: «Voy a convertirte en terror para ti mismo y para todos tus allegados, los cuales caerán por la espada de sus enemigos, y tus ojos lo estarán viendo. Y asimismo a todo Judá entregaré en manos del rey de Babilonia, que los deportará a Babilonia y los acuchillará.
5 Y entregaré todas las reservas de esta ciudad y todo lo atesorado, todas sus preciosidades y todos los tesoros de los reyes de Judá, en manos de sus enemigos, que los pillarán, los tomarán y se los llevarán a Babilonia.
6 En cuanto a ti, Pasjur, y todos los moradores de tu casa, iréis al cautiverio. En Babilonia entrarás, allí morirás y allí mismo serás sepultado tú y todos tus allegados a quienes has profetizado en falso.»
7
Extractos de las «Confesiones».
Me has seducido, Yahvé, y me dejé seducir;
me has agarrado y me has podido.
He sido la irrisión cotidiana:
todos me remedaban.
8 Cada vez que abro la boca
es para clamar «¡Atropello!»,
y para gritar: «¡Me roban!»
La palabra de Yahvé ha sido para mí
oprobio y befa cotidiana.
9 Yo decía: «No volveré a recordarlo,
ni hablaré más en su Nombre.»
Pero había en mi corazón algo así como fuego ardiente,
prendido en mis huesos,
y aunque yo trabajaba por ahogarlo,
no podía.
10 Escuchaba las calumnias de la turba:
«¡Terror por doquier!,
¡denunciadle!, ¡denunciémosle!»
Todos aquellos con quienes me saludaba
estaban acechando un traspiés mío:
«¡A ver si se distrae, y le podremos,
y tomaremos venganza de él!»
11 Pero Yahvé está conmigo, cual campeón poderoso.
Y así mis perseguidores tropezarán impotentes;
se avergonzarán mucho de su imprudencia:
confusión eterna, inolvidable.
12 ¡Oh Yahvé Sebaot, juez de lo justo,
que escrutas las entrañas y el corazón!,
vea yo tu venganza contra ellos,
porque a ti he encomendado mi causa.
13 Cantad a Yahvé, alabad a Yahvé,
porque ha salvado la vida de un pobrecillo
de manos de malhechores.
14 ¡Maldito el día en que nací!,
¡el día que me dio a luz mi madre no sea bendito!
15 ¡Maldito aquel que felicitó a mi padre diciendo:
«Te ha nacido un hijo varón»,
y le llenó de alegría!
16 Sea el hombre aquel semejante a las ciudades
que destruyó Yahvé sin que le pesara,
y escuche alaridos de mañana
y gritos de ataque al mediodía.
17 ¡Oh, que no me haya hecho morir desde el vientre,
y hubiese sido mi madre mi sepultura,
con seno preñado eternamente!
18 ¿Para qué haber salido del seno,
a ver pena y aflicción,
y a consumirse en la vergüenza mis días?

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Introducción a Jeremías 

Jeremías.
Poco más de un siglo después de Isaías, hacia el 650 a. C., nacía Jeremías de una familia sacerdotal residente en los alrededores de Jerusalén. Conocemos su vida y carácter mejor que los de ningún otro profeta por los relatos biográficos en tercera persona de que está sembrado su libro, y cuyo orden cronológico es el siguiente: 19:1-20:6; 26; 36; 45; 28-29; Jer_51:59-64 ; Jer_34:8-22 ; 37-44 . Las «Confesiones de Jeremías»: 11:18-12:6; Jer_15:10-21 ; Jer_17:4-18 ; Jer_18:18-23 ; Jer_20:7-18 , proceden del profeta mismo. No constituyen una autobiografía, pero sí son un testimonio emocionante de las crisis interiores que atravesó y que se describen en el estilo de los Salmos de súplica. Llamado por Dios muy joven aún, el 626, el año trece de Josías, Jer_1:2 , le tocó vivir el trágico período en que se preparó y consumó la ruina del reino de Judá. La reforma religiosa y la restauración nacional de Josías despertaron esperanzas que fueron destruidas por la muerte del rey en Meguidó el 609 y por el cambio del mundo oriental, la caída de Nínive el 612 y la expansión del imperio caldeo. Desde el 605, Nabucodonosor impuso su dominio en Palestina, Judá se rebeló por instigación de Egipto, que intrigaría hasta el fin y, el 597, Nabucodonosor conquistó Jerusalén y deportó a una parte de sus habitantes. Una nueva rebelión hizo volver a los ejércitos caldeos, el 587 fue tomada Jerusalén, incendiado el templo, y tuvo lugar la segunda deportación. Jeremías vivió esta dramática historia predicando y amenazando en vano a los reyes incapaces que se sucedían en el trono de David; fue acusado de derrotismo por los militares, perseguido y encarcelado. Después de la toma de Jerusalén, y aun cuando veía en los desterrados la esperanza del porvenir, Jeremías prefirió permanecer en Palestina junto a Godolías, el gobernador nombrado por los caldeos. Pero éste fue asesinado, y un grupo de judíos, temeroso de las represalias, huyó a Egipto llevándose consigo al profeta. Probablemente murió allí.

El drama de esta vida no estriba sólo en los acontecimientos en que Jeremías se vio envuelto, sino también en el mismo profeta. Era de alma tierna, hecha para amar, y fue enviado para «extirpar y destruir, reconstruir y plantar» Jer_1:10 ; le tocó sobre todo predecir desgracias, Jer_20:8 . Tenía ansias de paz y hubo de estar siempre en lucha: contra los suyos, contra los reyes, los sacerdotes, los falsos profetas, contra todo el pueblo, «varón discutido y debatido por todo el país», Jer_15:10 . Se vio desgarrado por una misión a la que no podía sustraerse, Jer_20:9 . Sus diálogos interiores con Yahvé están sembrados de gritos de dolor: «¿Por qué ha resultado mi penar perpetuo?», Jer_15:18 , y aquel pasaje patético que se anticipa a Job: «Maldito el día en que nací...», Jer_20:14 , etc.

Pero este sufrimiento acrisoló su alma y la abrió al trato con Dios. Lo que nos hace a Jeremías tan querido y tan nuestro es la religión interior y cordial que él mismo practicó antes de formularla en el anuncio de la Nueva Alianza, Jer_31:31-34 . Esta religión personal le llevó a profundizar en la enseñanza tradicional: Dios sondea los entresijos y los corazones, Jer_11:20 , retribuye a cada uno según sus obras, Jer_31:29-30 ; la amistad con Dios, Jer_2:2 , se rompe con el pecado, que sale del corazón malvado, Jer_4:4 ; Jer_17:9 ; Jer_18:12 . Este aspecto afectivo le emparenta con Oseas, cuyo influjo experimentó; esta interiorización de la Ley, esta función del corazón en las relaciones con Dios, esta preocupación por la persona individual le aproximan al Deuteronomio. Jeremías vio ciertamente de manera favorable la reforma de Josías, inspirada en este libro, pero recibió una cruel desilusión por su ineficacia para cambiar la vida moral y religiosa del pueblo.

La misión de Jeremías fracasó en vida suya, pero su figura no dejó de agrandarse después de su muerte. Por su doctrina de una Alianza nueva, fundada en la religión del corazón, fue el padre del Judaísmo en su línea más pura, y su influjo se nota en Ezequiel, en la segunda parte de Isaías y en varios salmos. La época macabeica le cuenta entre los protectores del pueblo, 2Ma_2:1-8 ; 2Ma_15:12-16 . Al sacar a primer plano los valores espirituales, al poner de manifiesto las íntimas relaciones que el alma ha de mantener con Dios, preparó la Nueva Alianza cristiana, y su vida de abnegación y sufrimientos en servicio de Dios, que bien pudo prestar algunos rasgos para la imagen del Siervo en Is 53, convierte a Jeremías en figura de Cristo.

Esta influencia duradera supone que las enseñanzas de Jeremías se leyeron, meditaron y comentaron con frecuencia. Esta labor de toda una descendencia espiritual se refleja en la composición de su libro, que no se presenta, ni mucho menos, como obra escrita de una vez. Además de los oráculos poéticos y de los relatos biográficos, contiene discursos en prosa en un estilo afín al del Deuteronomio. Su autenticidad ha sido impugnada y han sido atribuidos a redactores «deuteronomistas» posteriores al Destierro. En realidad, su estilo es el de la prosa judía del siglo VII y comienzos del VI a. C., su teología es la de la corriente religiosa a la que pertenecen tanto Jeremías como el Deuteronomio. Son el eco auténtico de la predicación de Jeremías, recogida por sus oyentes. Toda esta tradición jeremiana no se ha transmitido en una forma única. La versión griega ofrece una recensión notablemente más corta (un octavo) que el texto masorético y a menudo diferente en detalles; los descubrimientos de Qumrán prueban que las dos recensiones existían en hebreo. Además, el griego coloca los oráculos contra las naciones después de Jer_25:13 , y en orden distinto al hebreo, que los relega al final del libro, 46-51. Estas profecías quizá formaran primeramente una colección particular y no todas procedan de Jeremías: al menos, los oráculos contra Moab y Edom han sido fuertemente rehechos y el largo oráculo contra Babilonia, 50-51, data del final del Destierro. El cap. 52 se nos presenta como un apéndice histórico, paralelo de 2Re_24:18-25:30. Otros complementos de menor extensión fueron insertados a lo largo del libro y atestiguan el uso que de él hacían y la estima en que lo tenían los cautivos de Babilonia y la comunidad renaciente después del Destierro. Hay también abundancia de duplicados que suponen una labor redaccional. Finalmente las indicaciones cronológicas, que son numerosas, no se suceden con orden. El desorden actual del libro es resultado de un largo trabajo de composición, cuyas etapas es harto difícil reconstruir una por una.

No obstante, el cap. 36 nos da valiosas indicaciones: el 605, Jeremías dicta a Baruc los oráculos que había pronunciado desde el comienzo de su ministerio, Jer_36:2 , es decir, desde el 626. Este rollo, quemado por Joaquín, volvió a ser escrito y fue además completado, Jer_36:32 . Acerca del contenido de esta colección tan sólo caben hipótesis. Parece que le servía de introducción Jer_25:1-12 y agrupaba las piezas anteriores al 605, que se hallaban en los caps. 1-18, pero también contenía, según Jer_36:2 , oráculos antiguos contra las naciones a las que se refiere Jer_25:13-38 . Se incluyó allí el apartado de las «Confesiones», cuyo detalle se ha expuesto anteriormente. También se añadieron dos opúsculos sobre los reyes, 21:11-23:8, y sobre los profetas, Jer_23:9-40 , que pudieron existir anteriormente por separado.

Así se distinguen ya dos partes en el libro: una contiene amenazas contra Judá y Jerusalén, 1:1-25:13; la otra, profecías contra las naciones, Jer_25:13-38 y 46-51. Una tercera parte está constituida por 26-35, donde se han reunido en un orden arbitrario trozos que ofrecen un tono más optimista. Casi todas estas piezas están en prosa y en gran parte proceden de una biografía de Jeremías, que se atribuye a Baruc. Grupo aparte forman los caps. 30-31, que son un opúsculo poético de consolación. La cuarta parte, 36-44, en prosa, prosigue la biografía de Jeremías y relata sus sufrimientos durante y después del sitio de Jerusalén, y concluye con Jer_45:1-5 , que viene a ser como la firma de Baruc.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

Jeremías  20,7
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_15:10+

NOTAS

20:7 Estas imágenes de seducción y de lucha señalan la influencia de Yahvé sobre el profeta. Éste parece que aquí se rebela contra un Dios al que considera responsable de su desdicha. Resulta rara en la Biblia la expresión de tamaña desesperación (ver sin embargo, Job_3:1 s; Sal 88). Pero Jeremías mantiene la certeza de que Yahvé es el Dios de la Gracia y en lo más hondo de su angustia lanza un grito de esperanza, Jer_20:11-13.


Jeremías  20,9
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_23:29

[2] Job_32:19-20; Sal_39:4 [Sal_39:3]

Jeremías  20,10
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |Sal_31:14 [Sal_31:13]

NOTAS

20:10 Expresión predilecta de Jeremías, que sus adversarios parodiarían, ver Jer_6:25; Jer_20:3; Jer_46:5; Jer_49:29.

Jeremías  20,12
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] = Jer_11:20+

NOTAS

20:12 O bien: «con justicia», si seguimos a 2 mss hebr., sir., árabe. Ver Jer_11:20.

Jeremías  20,13
NOTAS

20:13 El pobrecillo ('ebiôn), o el cuitado (`anaw), ver Jer_22:16, aquí con un sentido religioso: probado en medio de los hombres, confiado en Dios. Los «pobres de Yahvé», ver Sof_2:3+, serán la posteridad espiritual de Jeremías.

Jeremías  20,14
NOTAS

20:14 Jeremías, llamado desde el seno de su madre, Jer_1:5, maldice el día de su nacimiento. Esta maldición, que será repetida por Jb 3, señala el punto extremo de la aflicción interior del profeta.

Jeremías  20,15
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Job 3; Jer_1:5; Jer_15:10

Jeremías  20,16
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén_19:24-25